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gasttronomia
Jorge Chávez Noriega

Tiene las manos las manos ásperas y curtidas, como las de un artista que se ha dedicado toda la vida al oficio de la escultura. Pero Peter Gyorgyicsek, en vez de usar cera o yeso, emplea azúcar para darle vida a sus creaciones: animales, flores, objetos y personajes que parecen sacados de un cuento surrealista.

Hace veinticinco años, Peter estudió cocina y se especializó en pastelería en su natal Hungría. Un buen día, durante una de sus clases, vio cómo uno de sus maestros daba forma a una rosa con un soplete, teniendo como materia prima unos cuantos gramos de azúcar. El proceso de elaboración le fascinó y pensó que él podía hacer lo mismo, dejando volar su imaginación.

“Mi intención es capacitar a los profesionales de la pastelería y elevar sus conocimientos para que puedan crear piezas de arte”, comenta el chef, quien visita por primera vez nuestro país. “Estoy muy feliz de llegar a un lugar con una gran tradición culinaria. Pude probar el pollo a la brasa y realmente me encantó”, añade.

Para su trabajo, Peter utiliza el isomalt, un tipo de azúcar con la que se puede crear obras de innumerables formas y tamaños. Cuenta que su fuente de inspiración es todo lo que lo rodea: una simple lámpara, las formas de los edificios, o los colores de las casas. Como buen especialista de la cocina, sabe que mientras más insumos se tengan, hay más posibilidades de sorprender.

VOZ AUTORIZADA
Peter Gyorgyicsek es toda una autoridad en esta especialidad. El año 2012 fue reconocido con la medalla de oro en las Olimpiadas Culinarias, en la categoría escaparate individual. Para este evento, su preparación fue como la de un atleta: varios meses de concentración para idear el concepto que iba a presentar antes de la competición. “Incluso tuve que estar lejos de mi esposa por un buen tiempo”, recuerda entre risas.

Su trabajo le ha permitido viajar por todo el mundo. Vivió diez años en Sudáfrica, donde tuvo la oportunidad de trabajar como jefe de Pastelería en algunos de los principales hoteles: The Table Bay Hotel, 12 Apostles y Mount Nelson.

Por estos días vive con su familia en Australia, pero desde que se dedica a dictar conferencias ha visitado países tan disímiles como Malasia, Japón, Francia y Estados Unidos. “Conocer distintas culturas me permite tener una visión más amplia para crear nuevas piezas. Pero lo que más destaco es la amistad que se genera en cada lugar que visito”.

Dice que él no hace distinción entre sus obras: a todas les guarda el mismo cariño. Sin embargo, uno de sus trabajos tiene especial relevancia. En el 2011 preparó una enorme torta para la boda real entre el príncipe William y Kate Middleton, como parte de un obsequio que envió el gobierno sudafricano a la realeza británica. Nada menos.

Peter Gyorgyicsek cuenta que se quedará dos semanas en Lima. Las múltiples actividades que tiene por cumplir no le permitirán hacer turismo en otras ciudades del país. Dice, sin embargo, que no esta no será su primera vez en Perú, pues sueña con volver con su esposa e hijos para visitar Machu Picchu. Que así sea. //

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