×
estrella

Función exclusiva para usuarios registrados y suscriptores.

La neblina comenzó a hacer de las suyas y los limeños hemos empezado a aceptar que el ha llegado. La fecha oficial es el viernes 20 de junio, día en que empieza la fría temporada en este lado del hemisferio, por lo que ya debes prepararte sacudiendo la frazada de tigre, prendiendo el deshumedecedor y sacando del clóset las chompas más abrigadoras.

LEE TAMBIÉN | Fiestas desde la 1 de la tarde, clubes nocturnos y brindis en las alturas: la nueva noche limeña para los mayores de 30 años

Ahora, Lima no es una región de nevadas ni temperaturas extremas. El invierno de la capital siempre se ha considerado ‘amable’ frente a los inviernos de otras geografías; sin embargo, su particularidad es, entre otras características, esa densa capa de nubes que cubre buena parte de Lima y le da el color gris adjunto a su identidad. “Es una condición originada por el Anticiclón del Pacífico Sur”, así nos lo explica la ingeniera Patricia Rivera, especialista de la Subdirección de Predicción Climática del Senamhi: “Es como un techo sobre nosotros. Toda la humedad que suele haber en la capital [por el mar o el ambiente] sube hacia la atmósfera y se estanca en este techo, por eso tenemos esta cobertura nubosa todo el invierno”. Siempre la hemos tenido, es normal, está en el océano y se acerca a la costa durante el invierno.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Nora Sugobono

Además, sus nubes bajas y la neblina que nos despierta con alergias y estornudos llegan por los vientos que circulan debajo del anticiclón: “Si se carga demasiado empieza a botar llovizna. También hay otros sistemas que a veces se aproximan, como el vórtice [aire en forma de remolinos] de la semana pasada que generó vientos más intensos”, agrega Rivera. Si bien durante el día, esta nubosidad impide que los rayos del sol entren a calentarnos, durante la noche el comportamiento es distinto. Mientras más despejado sea el cielo, la noche será más fría, tal como sucede en los distritos de Lima Este (como Ate, La Molina o San Juan de Lurigancho). Mientras que los distritos cercanos al mar están ‘protegidos’ de alguna manera por la humedad: “Esta también evita que perdamos mucha temperatura y lleguemos a una condición más fría”, acota la experta.

Abrigarse en Lima puede ser un reto, sobre todo cuando el invierno todavía no es tan intenso. Vestirse con capas es una buena idea.
Abrigarse en Lima puede ser un reto, sobre todo cuando el invierno todavía no es tan intenso. Vestirse con capas es una buena idea.
/ SHipskyy

La idea de Lima como una ciudad sin extremos climáticos está presente en nuestra cultura. El arquitecto Miguel Córdova, refiere que tener esta percepción “ha contribuido a una desatención generalizada respecto al acondicionamiento térmico. Esta idea ha permeado tanto en la cultura cotidiana como en las decisiones arquitectónicas y urbanísticas”, dice el arquitecto.

Por ejemplo, en Lima no hemos tenido la necesidad ni la costumbre de implementar calefacción en las casas o edificios. Por otro lado, para Córdova, las viviendas no suelen considerar principios básicos de ventilación cruzada y esto provoca —como bien sabemos— la acumulación de humedad en interiores. Solo nos preocupamos en impedir que entre el frío, cuando también deberíamos gestionar que el calor se mantenga: “Los materiales utilizados comúnmente en la construcción tienden a absorber y transmitir el frío, generando ambientes internos húmedos, fríos e incluso propensos a la aparición de moho”. Terribles invasores que además son dañinos para la salud.

Por ello, Córdova plantea comenzar a cambiar nuestra relación con el invierno “no solo como una estación climática, sino también como una dimensión corporal, urbana y arquitectónica de nuestra experiencia cotidiana”. Con atención también al cambio climático cuyo impacto es inminente.

El emblemático colchón de nubes visto desde el Apu Siqay en Villa María del Triunfo. Los visitantes se maravillan con el paisaje e, incluso, aprovechan para acampar.
El emblemático colchón de nubes visto desde el Apu Siqay en Villa María del Triunfo. Los visitantes se maravillan con el paisaje e, incluso, aprovechan para acampar.
/ IG/ apu.siqay.t

Tesoros verdes

Pero el invierno no solo son resfríos, veredas resbalosas y el barro en la basta del pantalón. En estos meses, los paisajes comienzan a humedecerse y vestirse de abundante vegetación. En nuestras lomas costeras ya se ve la aparición de la flor de Amancaes, la emblemática especie enamorada de Lima. Christian Ipanque, fundador del colectivo Lomas de Pamplona (contacto: 941542010), está emocionado por la llegada del invierno: “Sería estupendo que la ciudadanía en general tenga la oportunidad de visitar las lomas en esta temporada. Siempre hay esa expectativa. Si bien no solemos disfrutar tanto el invierno en Lima, justamente estos espacios están para cambiar el imaginario de las personas”, nos dice resaltando el valor de este ecosistema en peligro ante el crecimiento de las ciudades. Asegura que caminar por las lomas es un espectáculo natural multicolor (no solo verde) y la oportunidad de reconocer el trabajo de las comunidades que las ponen en valor.

Con el invierno llega la oportunidad de visitar las variadas lomas de Lima y conocer sus especies de flora y fauna en todo su esplendor.
Con el invierno llega la oportunidad de visitar las variadas lomas de Lima y conocer sus especies de flora y fauna en todo su esplendor.
/ JESSICA VICENTE

Otros destinos, como el colchón de nubes Apu Siqay, en Villa María del Triunfo, se han vuelto muy populares en redes sociales. En plataformas como TikTok, los usuarios recomiendan rutas para llegar al apu, así como a las lomas, como una manera divertida y ecológica de disfrutar nuestro invierno capitalino. //

¿Cómo abrigarse?

• Ante el inminente retorno de las casacas de plumas abrigando a todos los limeños, la ‘stylist’ Natalie Bouchier recomienda alternativas con más estilo, como una abrigadora polera con capucha y encima una casaca de cuero ‘oversize’, que están en tendencia. 

• Otra opción para usar sobre la polera con capucha, es usar un blazer o abrigo de paño. “Lima no es una ciudad muy fría, a veces sale sol, por lo que funciona jugar con capas. Un polo de manga corta, camisa abierta y, luego, un abrigo: fórmula ideal”, sugiere Bouchier. No descartar los trench coats.

Contenido Sugerido

Contenido GEC