Celeste Pérez

Sara Flores (Tambomayo, 1950) confiesa que nunca imaginó que el arte kené la llevaría tan lejos. Cuando lo aprendió, de manos de su madre en los años 70, lo atesoró como una herencia preciosa que la ataría a ella incluso después de la muerte. “El kené enseña que todo está interconectado: las personas, los animales, los árboles, los espíritus. Exprime el respeto, la armonía de la naturaleza y la energía de la vida”, reflexiona en diálogo con Somos.

LEE TAMBIÉN | “Necesitamos un reequipamiento general a nivel nacional”: el drama de los bomberos en el Perú, quienes luchan contra el fuego y la falta de recursos

La artista, que ya es todo un ícono en el mundo del arte, acaba de consagrarse con una exposición individual en el Museo de Arte de Lima (MALI), convirtiéndose en la primera mujer indígena en lograrlo.

Bautizado como “Non Nete. Un sueño para una nación indígena”, esta propuesta artística ya ha abierto sus puertas y pretende sumergir en el universo de los kenés a más peruanos, sobre todo a aquellos a quienes les hace falta abrazar aún más la riqueza de su país, como defiende Flores: “Somos peruanos y estamos orgullosos de serlo, pero también veo cómo a veces eso se nos olvida. Cómo muchos nos quitan nuestros derechos e invaden nuestras tierras, saquean todo el pescado, los árboles”.

Las piezas de la exposición de Flores en el MALI son patrones kené realizados con base en tintes naturales sobre tocuyo. (Foto: Shipibo Conibo Center)
Las piezas de la exposición de Flores en el MALI son patrones kené realizados con base en tintes naturales sobre tocuyo. (Foto: Shipibo Conibo Center)

A punta de tintes naturales y sobre retazos de tocuyo, Flores ha invertido decenas de horas para componer esta colección. Sin embargo, precisa que el kené es un ejercicio continuo de reinvención. “No es algo que se deba entender de forma estática. Toda mi vida he buscado nuevas formas y diseños, pero nunca he dejado de trabajar con materiales naturales, manteniendo viva esta práctica ancestral y llevándola a nuevos espacios”, precisa.

Muchos recuerdan, en esa línea, que la artista shipibo-konibo nos infló el pecho de orgullo a finales de 2024, tras ser elegida por la casa de modas francesa Dior para colaborar en un rediseño inédito de su icónico bolso Lady Dior. “Para mí, estas colaboraciones no son solamente una validación. Son una plataforma, una oportunidad de que mi mensaje viaje más lejos”.

“Non Nete. Un sueño para una nación indígena” es la primera exposición individual de la artista en el país. Hace unos meses, flores también estableció otro hito, convirtiéndose en la primera peruana en colaborar con Dior. (Foto: Dior)
“Non Nete. Un sueño para una nación indígena” es la primera exposición individual de la artista en el país. Hace unos meses, flores también estableció otro hito, convirtiéndose en la primera peruana en colaborar con Dior. (Foto: Dior)
Un encuentro con el arte
Sara Flores en el MALI

La muestra “Sara Flores. Non Nete. Un sueño para una nación indígena” se puede visitar hasta el 17 de agosto en la Sala 2 del primer piso del MALI, adquiriendo la entrada del museo disponible en Joinnus y boletería presencial. 

TRADICIONES EN EL MUNDO MODERNO

Ese mensaje ha calado también en las nuevas generaciones de artesanos indígenas de la Amazonía. Para ellos, el reto de la visibilidad y valoración continúa —incluso más complejo— en un panorama donde la modernidad le gana la carrera a las saberes ancestrales.

“Hasta hace unos años, en mi comunidad no se sabía nada de tecnologías, moda, diseño. Gracias a mis padres, pude viajar a Lima para aprender de ello, y así complementarlo con la cultura que tanto amo”, dice Lizeth Álvarez (@lizeth_ashaninka), diseñadora de moda asháninka del distrito de Kimbiri, en la ceja de selva de Cusco.

Lizeth Álvarez no solo se encarga de difundir las técnicas artísticas de la comunidad asháninka, sino también tradiciones como la pintura facial. (Foto: Joao Socola)
Lizeth Álvarez no solo se encarga de difundir las técnicas artísticas de la comunidad asháninka, sino también tradiciones como la pintura facial. (Foto: Joao Socola)
/ ;Joao Socola

Desde su infancia, las iconografías, telas y teñidos naturales fueron un común denominador, algo que quería preservar en su trabajo como profesional de la moda. “Y lo estoy logrando. Hoy en día lidero Anaro, nombre que hace referencia a la fuerza del agua. Hasta ahora, damos trabajo a 20 artesanos en activo, trabajando con hilos naturales, técnicas como el telar de cintura, y capacitándolos para poder hacer cosas más modernas en confección también. Eso sí, sin dejar de lado nuestra cultura, iconografía y herencias”, añade.

Aunque confiesa que el valor de sus piezas cobra más relevancia entre los ciudadanos extranjeros, Álvarez guarda la esperanza de que cada vez más peruanos valoren su cultura. “Hay muchas cosas por mejorar, empezando por dejar de discriminar a las comunidades nativas. Por prácticas como esa, muchos jóvenes se avergüenzan de hablar de su cultura, de cuidar sus costumbres como los teñidos naturales, la pintura facial, los tejidos e incluso su lengua. Eso solo hace que, con el tiempo, toda esa riqueza empiece a perderse”, precisa.

En tanto, resalta también la labor del joven artista shipibo-konibo Paolo Maynas (@paolo_maynas), natural de la comunidad nativa Panaillo. A sus 21 años, Maynas ha logrado alentar al crecimiento de su taller familiar a través del arte del kené, capacitando a las artesanas de su comunidad. “Al comienzo también tuve que batallar con el machismo, pues el kené no suele enseñarse a los hombres. Felizmente, mis padres entendieron y me apoyaron. Ahora, mi compromiso está en empujar el arte que tenemos, capacitar a las artesanas y mostrar su arte en las redes sociales”, comenta. Su empuje, lo lleva también a soñar en grande, motivado por los caminos que viene abriendo su colega Sara Flores. “Me gustaría que algún día podamos ser más los artesanos indígenas con estos espacios. El logro de Sara es muy valioso porque nos abre las puertas a todos, y sobre todo alienta a las generaciones más jóvenes, que muchas veces dejan su comunidad y no miran atrás, debido a la discriminación, las injusticias, la falta de pago justo”, sentencia.

Con apenas 21 años, Paolo Maynas lidera el taller familiar en Yarinacochas. Difunde el arte kené de su comunidad a través de redes sociales, en @paolo_maynas. (Foto: archivo personal)
Con apenas 21 años, Paolo Maynas lidera el taller familiar en Yarinacochas. Difunde el arte kené de su comunidad a través de redes sociales, en @paolo_maynas. (Foto: archivo personal)

AGENTES DE CAMBIO

Con un papel comprometido hace más de una década, la diseñadora peruana Anabel de la Cruz (@anabel_de_la_cruz) trabaja regularmente con comunidades indígenas en diferentes destinos del Perú. Para ella, el primer acercamiento con estos colectivos debe dirigirse con respeto y responsabilidad.

“Empecé en 2010 en Ucayali y Cantagallo. Estas comunidades tienen muchísimo potencial, es importante impulsar a su preservación, y comprendí que ello se puede lograr con talleres de costura, herramientas de capacitación y más. Ellas están abiertas a aprender y también a compartir sus conocimientos, pero es importante que nuestra visión como diseñadores se mantenga apreciando que no se trata de algo meramente físico, sino más bien de unos diseños que involucran lenguas, técnicas, cosmovisión y años de conocimientos”, explica la modista.

Aunque actualmente no existe una legislación que ampare y regule el uso de técnicas ancestrales como el kené en la moda contemporánea (únicamente leyes que lo declaran patrimonio cultural como la reciente N° 32261), De La Cruz apunta a que ya se consoliden prácticas desde el sector privado y educativo.

“Las directrices pueden empezar a tomarse desde, por ejemplo, los centros educativos de moda. Lamentablemente, como diseñadores muchas veces prima la enseñanza de que en lo creativo todo es válido, pero en el escenario de los pueblos indígenas no debe ser así. Asimismo, considero que se puede trabajar más informando a los jóvenes de estas comunidades sus opciones —como Beca 18— para involucrarse en el mundo de la moda o el arte. Muchos de ellos carecen de estos espacios y su talento es indiscutible”, señala. A su vez, la diseñadora comenta también que se encuentra alistando, junto a la Asociación de Moda Sostenible del Perú, la “Guía para una moda ética y sostenible: Trabajo entre diseñadores y artesanos”. Un documento construido de manera participativa y horizontal en mesas de diálogo intercultural, que establece principios claros para la cocreación, algo que hacía mucha falta. //

En ojos del mundo

La importante feria ARCOmadrid 2025 se celebró del 5 al 8 de marzo y tuvo como proyecto central el Amazonas y su arte. En la cita, destacaron más de 200 galerías provenientes de 36 países diferentes, cobrando relevancia los latinoamericanos, con una presencia del 32%. 

Bajo la premisa “Wametisé: ideas para un amazofuturismo”, el evento invitó a reflexionar sobre nuevos modos de creación que representen existencias híbridas entre cuerpos humanos, vegetales, físicos y metafísicos. Además, se impulsó la visión del arte desde un ángulo más ecológico y decolonial.

Contenido Sugerido

Contenido GEC