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Uno de los puntos más vibrantes e históricos del país, el puerto del Callao, está a punto de recibir a una miembro de la realeza con uno de los futuros más prometedores en la monarquía europea: la princesa Leonor de Borbón (19), heredera de la Casa Real Española. Aunque su arribo a la provincia constitucional el próximo 18 de abril tiene objetivos de formación militar y no de carácter diplomático, para algunos expertos, este acercamiento podría suponer el inicio de una serie de relaciones con la nueva generación de ‘royals’ que en unos años tomarán el mando en diversos puntos del mundo.
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La travesía a bordo del buque-escuela Juan Sebastián de Elcano, que lleva casi un siglo surcando los mares, representa una etapa crucial en la formación de Leonor como miembro de la Armada Española, un requisito indispensable en su preparación para asumir, en el futuro, el papel de princesa heredera del trono. Leonor emprendió el viaje el pasado 11 de enero, junto a sus compañeros de la Escuela Naval, en dirección a América. Tras su escala en el puerto peruano, aún le restarán cerca de tres meses de formación en alta mar.

Esta travesía marítima no es nueva en la historia de la corona española: también fue realizada por su padre, el rey Felipe VI, en 1987, y décadas antes, por su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, en 1958, reafirmando así el vínculo histórico entre la monarquía y la Armada.
“En este caso, las relaciones bilaterales entre España y Perú no tienen mayor implicancia. Se trata de la visita de un buque-escuela y ella es una tripulante más: así es como los españoles, y especialmente la familia real, quieren que se la vea”, explica Francisco Belaúnde Matossian, docente de Derecho Internacional de la Universidad San Ignacio de Loyola. “Por ello, no desean que se realice una ceremonia en su honor, sino que consideran muy importante que la princesa sea percibida como una tripulante en formación, un ciudadano más”, añade.

MIRADA AL FUTURO
Crecida en medio de la mirada pública y el escrutinio de los medios de comunicación, la princesa Leonor ha sabido navegar entre sus responsabilidades con un giro refrescante a la tradicional mirada al trono: desde pequeña, ha sido vista como una representante de una monarquía más cercana y humana.
“A través de la princesa Leonor, la corona está logrando acercarse a las juventudes. Por ejemplo, el año pasado lideró una visita por la Galería de las Colecciones Reales con unos 40 jóvenes de su edad, abriendo el diálogo con ellos y afianzando una proximidad distinta a la de reinados anteriores”, sostiene Arnaldo Mera, historiador y especialista en realeza.
En esa línea, medios españoles han calificado su travesía a bordo del Elcano como una formación “sin armadura”, destacando que la princesa se ha dejado ver junto a sus compañeros disfrutando de actividades propias de su edad, como visitas a la playa y a centros comerciales.

“Es inherente que algunos medios continúen señalando estas escenas como una falta de valores o de criterio; sin embargo, en más de una oportunidad, Leonor ha demostrado ser una joven de destacado rendimiento académico, responsable con las herencias de la corona e interesada en su país, equilibrando su proceso de preparación con el hecho de ser una chica normal, lo que le ha permitido empatizar con muchos jóvenes”, señala Mera.
Políglota, Leonor de Borbón cursó los primeros años de educación en el Colegio de Santa María de los Rosales en Madrid. En 2021, dio el salto y continuó su formación en el UWC Atlantic College de Gales, colegio internacional donde afianzó amistades con jóvenes de todo el mundo gracias a su entorno multicultural.

Destinada a la corona, a pesar de su corta edad la princesa no flaqueó en el entrenamiento militar que le deparaba su herencia familiar. Así, ingresó a la Academia Militar de Zaragoza, empezando en 2024 su segundo año de formación en la Escuela Naval de Marín, ubicada en Galicia, al noroeste de España.
“Luego de las polémicas ligadas a su abuelo, Juan Carlos I, la Casa Real viene logrando deslindar de esa imagen a la monarquía y consolidar a Leonor como una futura reina muy querida. Los sondeos apuntan a que la juventud la aprecia, la admira”, señala también el historiador.

Tras su travesía en el Elcano, a Leonor le espera finalizar su instrucción en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier. Es un reto para el que ya se viene preparando.
TIEMPO DE REINAS
El patrón de Leonor es replicado en diferentes casas reales del mundo. En el corazón de esta herencia de tiempos medievales, el mundo se prepara para dar la bienvenida a una temporada de reinas líderes.
“Con la caída de las leyes sálicas y reformas constitucionales en el mundo, hoy hay más princesas destinadas a ser reinas. Vemos a Amalia de Holanda, muy preparada para la corona, o a Isabel de Bélgica, por ejemplo. Incluso, es interesante recalcar que la reina Isabel II logró cambiar la sucesión en Inglaterra, en el sentido de que el primogénito de George será automáticamente heredero de la corona, inherente de si se trata de un hombre o una mujer”, concluye Mera.

Consolidar la presencia de mujeres en la monarquía amplía también la visión 360° a su labor como reinas, pues muchas de las flamantes princesas destacan la importancia de comprometerse también con su formación humana a la par de la militar y política.
Listas para heredar el trono de las monarquías más importantes en el mundo, la nueva generación de princesas europeas se distingue por abrirle las puertas a un reinado más cercano al pueblo, un enfoque más digital y un perfil moderno que no se reduce solo a lo tradicional.
• Ingrid de Noruega (21) fue la primer miembro de la casa real noruega en asistir a la escuela pública, y destaca por sus motivaciones ecologistas y deportivas. (Izquierda)
• Isabel de Bélgica (23), siguió la carrera de Historia y Política en Oxford y hoy se encuentra cursando un máster en Políticas Públicas de la misma universidad. (Al medio)
• Amalia De Holanda (21) resalta por presidir ceremonias institucionales regularmente en Europa, mientras estudia la carrera de Políticas, Psicología, Derecho y Economía de la Universidad de Ámsterdam.
(Fotos Getty Images)

“La familia real española, en la actualidad, es bastante cercana a la gente, a diferencia del pasado. Esto es algo que Leonor, sin duda, representa con sus actividades más allá de lo académico”, apunta Belaúnde Matossian, docente de USIL. Por ello, apenas cumplió la mayoría de edad, Leonor de Borbón empezó con la planeación de sus primeros viajes en solitario, como su visita a Lisboa el año pasado. Además, es una importante figura en los Premios Princesa de Asturias, donde recibió recientemente el título de alcaldesa honoraria de Oviedo y le fue otorgada la Medalla de Asturias. Asimismo, y también con la llegada de su mayoría de edad, la princesa asumió encargarse del discurso final de la ceremonia y de abrir las puertas del evento en la cita de este año (que se llevará a cabo en octubre).

Afianzar la cooperación internacional y reforzar la imagen de una monarquía accesible y cercana a las necesidades de las naciones es algo con lo que Leonor de Borbón ya viene desde su formación como princesa. En el Perú, estamos listos para recibir a la futura reina de España con los brazos abiertos. //
A lo largo de los años, diversos miembros de la realeza en el mundo han visitado el Perú reforzando sus lazos históricos, culturales y diplomáticos. Participando de momentos claves o como parte de actividades de buena voluntad en la región, desde hace más de medio siglo los ‘royals’ en el mundo han afianzado una conexión cercana con el Perú en más de una oportunidad, subrayando compromisos en áreas de comercio, educación y medioambiente, por mencionar solo algunos asuntos.
En esa línea, resalta, por ejemplo, la figura de la princesa Ana de Inglaterra, quien ha visitado el Perú en tres oportunidades, 1997, 2007 y 2017, siempre para participar de actividades de labor social. Es, además, la última miembro de la familia real que ha visitado nuestro país, hasta la próxima llegada de Leonor de Borbón.

La princesa Margrethe, heredera del trono de Dinamarca, llegó al perú en 1966, durante el proyecto de digitalización de la realeza de Dinamarca. (Foto: Archivo histórico de El Comercio)

En 1967, los emperadores de Japón Akihito y Michiko llegaron a Lima en una visita oficial. (Foto: Archivo histórico de El Comercio)

Legendaria, una fotografía de la vista de los reyes de España Juan Carlos I y Sofía al Cusco, en noviembre de 1978. (Foto: Archivo histórico de El Comercio)

La duquesa Catalina de Kent y la princesa Alejandra de Kent arribaron al Perú en 1959, como parte de una gira de buena voluntad. (Foto: Archivo histórico de El Comercio)

Ana de Inglaterra ha estado en nuestro país en tres oportunidades. Esta postal, es de su llegada en 2007. (Foto: Malu Cabellos/El Comercio)

La princesa Beatriz de York llegó al Cusco en 2007, con fines turísticos. (Foto: Renzo Guerrero/El Comercio)

En 2014, la reina Máxima de Holanda visitó el Perú para reunirse con funcionarios de las Naciones Unidas y conocer la ciudad. (Foto: Lino Chipana/El Comercio)

Beatriz y Eugenia de York participaron de la boda de Sassa de Osma y el príncipe Christian de Hanover en 2017, en la Basílica de San Pedro del Centro de Lima. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/El Comercio)