La obsesión por el detalle y una creatividad colosal encuentran cobijo en un atributo que también resulta ser un paliativo al apuro abrumador de los días: el placer por investigar. De ahí que la creación de demonios, elfos, o cualquier otra criatura fantástica formen parte de un largo proceso que, desde la imaginación de Juan Diego Peschiera hasta su materialización en el arte de transformar la apariencia mediante cosméticos, prótesis y otras técnicas creativas, termina siendo siempre un viaje alucinante. “Yo soy bien nerd, disfruto todo lo que implica sentarse a leer y estudiar la idea antes de empezar a dibujar, esa parte me fascina”, sonríe. Pero, ¿cómo es que su destreza puede llevarlo a escenarios tan disimiles como el de caracterizar a un monstruoso orco y maquillar a pacientes simulados para una clase de medicina forense?
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