Alicia Rojas Sánchez

La preocupación por la conservación del medio ambiente fue una piedra angular en el pontificado de , el Papa que falleció hoy a los 88 años. Anticipado a su visita a la Amazonía peruana, publicó a mediados del 2015 la encíclica Laudato si, donde critica no solo el consumismo y el capitalismo, sino insta a que las sociedades adopten una visión de cuidado con el entorno, con nuestra “casa común”.

Esta misma visión marcó la llegada del a Perú en 2018, sobre todo con una serie de eventos que tuvieron como epicentro la Amazonía, sus comunidades nativas y la necesidad de resaltar el impacto del cambio climático en un territorio tan vulnerable como el nuestro.

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Nora Sugobono

Del 18 al 21 de enero de 2018, el Papa Francisco visitó el Perú y, durante su estadía, el recorrió Lima, Trujillo y Puerto Maldonado. Su visita congregó el entusiasmo de multitudes, poniendo también en el centro del debate problemas como la corrupción, la deforestación en la Amazonía y la exclusión de las comunidades nativas.

Infierno, el pueblo que pedía una bendición

Infierno, la localidad que esperaba al Papa Francisco. (Foto: Carlos Hidalgo/El Comercio)
Infierno, la localidad que esperaba al Papa Francisco. (Foto: Carlos Hidalgo/El Comercio)

A 19 kilómetros de Puerto Maldonado, en Madre de Dios, está Infierno, un territorio habitado por la comunidad Ese’eja que esperaba al Papa con un pedido especial: una bendición que los liberara del estigma de vivir en un lugar con ese nombre. Aunque su encuentro fue breve, el simbolismo de este momento quedó impregnado en la memoria de sus habitantes. Para ellos, la presencia del Pontífice significó más que un acto litúrgico. Fue un signo de esperanza.

Las mototaxistas, una escolta fervorosa

Mototaxistas de Puerto Maldonado fueron la escolta del Papa Francisco en su visita a esta ciudad. (Foto: Carlos Hidalgo/El Comercio)
Mototaxistas de Puerto Maldonado fueron la escolta del Papa Francisco en su visita a esta ciudad. (Foto: Carlos Hidalgo/El Comercio)

En Puerto Maldonado, donde por lo menos el 77% de la población se identificaba como católica hasta el 2018, la expectativa creció conforme se acercaba la fecha de la visita de Francisco. Un grupo particular de devotos se organizó de una manera poco convencional. Quienes manejaban las mototaxistas de la ciudad, un medio de transporte extendido en Puerto Maldonado, decidieron formar una gran cadena alrededor del papamóvil y acompañarlo en su recorrido. Fueron unas 15 mil mototaxis y motos lineales que se formaron para esta actividad, y sus conductores se organizaron para vestir de blanco y amarillo para esta ocasión.

Rosa y un “milagro”

Foto referencial. El papa Francisco en Puerto Maldonado, en el auditorio Jorge Basadre, el 19 de enero del 2018. (Foto: LINO CHIPANA/ EL COMERCIO)
Foto referencial. El papa Francisco en Puerto Maldonado, en el auditorio Jorge Basadre, el 19 de enero del 2018. (Foto: LINO CHIPANA/ EL COMERCIO)
/ LINO CHIPANA/ EL COMERCIO

Las calles de Puerto Maldonado se colmaron de fieles que solo deseaban ver al Papa. Aunque fuera por unos segundos, aunque fuera a la distancia. Entre ellos estaba Rosa, una madre de tres hijas que no pudo ingresar al coliseo regional donde Francisco brindó su mensaje. Sin resignarse, subió a su moto con sus niñas para crear el momento oportuno que le permita acercarse al Papa a su salida del hogar El Principito. El calor era inclemente, pero tenía un objetivo en mente: que Francisco bendiga a su hija, quien tenía un complejo cuadro de salud. Logró convencer a un agente de seguridad para que la dejara acercarse. Con su hija de cinco años en brazos y lágrimas en los ojos, vio cómo el Papa salía en un auto y extendía su mano hacia ellas. Fue un gesto fugaz, pero para Rosa era un milagro.

Las frases dirigidas a la clase política peruana

El Papa Francisco junto al expresidente Pedro Pablo Kuczynski (FOTO: ALESSANDRO CURRARINO/EL COMERCIO)
El Papa Francisco junto al expresidente Pedro Pablo Kuczynski (FOTO: ALESSANDRO CURRARINO/EL COMERCIO)
/ ALESSANDRO CURRARINO

Francisco no solo trajo palabras de fe, también dejó críticas sobre la realidad política del país. Durante su encuentro con los obispos peruanos, mencionó el caso Odebrecht como una muestra de la corrupción que carcome a Latinoamérica. “Creo que la política está en crisis, muy en crisis, en América Latina por corrupción”, sentenció. Luego lanzó una pregunta que caló hondo: “¿Qué le pasa a Perú que cada vez que sale un presidente lo meten preso?”. Estas palabras resonaron en un país donde el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski enfrentaba un escándalo vinculado a la constructora brasileña.

En su discurso en Lima, con PPK a su lado, no dudó en reforzar su mensaje de combatir la corrupción y sus consecuencias en el sistema democrático. En otro momento, Francisco afirmó “La política está enferma, está muy enferma. Y hay excepciones, pero en general, está más enferma que sana”. Su voz se convirtió en un eco de las preocupaciones de muchos peruanos.

Trujillo y la imagen milenaria del caballito de totora

Los caballitos de totora reciben al Papa Francisco en su visita a Huanchaco (La libertad). (FOTO: FRANCISCO RODRIGUEZ TORRES/EL COMERCIO)
Los caballitos de totora reciben al Papa Francisco en su visita a Huanchaco (La libertad). (FOTO: FRANCISCO RODRIGUEZ TORRES/EL COMERCIO)

En la costa norte del país, La Libertad recibió al Papa con una escena que evocaba el pasado prehispánico: pescadores en caballitos de totora remaron en las aguas de Huanchaco como homenaje a su llegada. Esta imagen inspiró a Francisco a comparar su labor con la de los apóstoles: “Los discípulos de ayer, como tantos de ustedes hoy, se ganaban la vida con la pesca. Salían en barcas, como algunos de ustedes siguen saliendo en los ‘caballitos de totora’”.

Pero la realidad de Trujillo también tenía sombras. La región fue golpeada por El Niño Costero en 2017, dejando miles de damnificados. Desde la explanada de Huanchaco, el Papa recordó que “el alma de una comunidad se mide en cómo logra unirse para enfrentar los momentos difíciles”. La frase resonó en una ciudad que aún reconstruía su tejido social tras el fenómeno natural.

La voz de la Amazonía y un grito de auxilio

Yesica Patiachi Tayori, del pueblo harakbut. (FOTO: LINO CHIPANA/ EL COMERCIO)
Yesica Patiachi Tayori, del pueblo harakbut. (FOTO: LINO CHIPANA/ EL COMERCIO)
/ LINO CHIPANA/ EL COMERCIO

En Puerto Maldonado, la joven Yesica Patiachi Tayori, del pueblo harakbut, tomó la palabra y expresó el dolor de las comunidades amazónicas. “Somos los sobrevivientes de muchas crueldades e injusticias. Nuestros hermanos indígenas de varias regiones sufren por la explotación de nuestros recursos naturales. En la actualidad, muchos foráneos invaden nuestros territorios sin consultarnos”, dijo ante un Francisco que la miraba con complicidad.

El Papa respondió con un mensaje claro: proteger a la Amazonía de los nuevos colonialismos. “Por un lado, el neoextractivismo y la fuerte presión de grandes intereses económicos que dirigen su avidez hacia el petróleo, el gas, la madera, el oro y los monocultivos agroindustriales”. Con ello, el Pontífice reafirmó su compromiso con la defensa de la “casa común” y la dignidad de los pueblos indígenas.

En el nombre de Francisco

Boca Pariamanu, la comunidad nativa que nombró "Papa Francisco" a sus bosques. (Foto: Ministerio del Ambiente)
Boca Pariamanu, la comunidad nativa que nombró "Papa Francisco" a sus bosques. (Foto: Ministerio del Ambiente)

La comunidad Boca Pariamanu, en Madre de Dios, decidió renombrar sus bosques como “Papa Francisco” en honor al mensaje de conservación del Pontífice. " Nos sentimos identificados con la predica que brinda el papa Francisco. Esta decisión ha sido tomada por unanimidad, no hubo ningún comunero que se opuso. Todo nosotros profesamos la fe cristiana y somos católicos”, explicó Julio Rolin, entonces presidente de la comunidad nativa Boca Pariamanu

Sin embargo, esta decisión también fue un acto de resistencia ante la minería ilegal y la deforestación. “Hacemos un registro de campo y elaboramos estadísticas sobre las especies en peligro de extinción, como la maquisapa y el paujil”, detalló Rolin. La visita de Francisco no solo los inspiró espiritualmente, sino que también les dio visibilidad en su lucha por la supervivencia de su tierra.

La visita de Francisco a Perú dejó postales de fe, mensajes de cambio y el recuerdo de una voz que llamó a la reflexión. Más allá de la religión, no desligó su discurso de la realidad social y política del país.


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