En marzo del 2017, cuando Rafael Ballón Adrianzén se enteró del desborde del río Piura, cogió sus implementos de buzo y fue a Catacaos a ayudar: salvó a más de 50 personas en tres días. (Foto: Rosario Seminario)
En marzo del 2017, cuando Rafael Ballón Adrianzén se enteró del desborde del río Piura, cogió sus implementos de buzo y fue a Catacaos a ayudar: salvó a más de 50 personas en tres días. (Foto: Rosario Seminario)

No hubo duda sobre la historia ni la foto: Rafael Ballón Adrianzén, el joven buzo que arriesgó su vida para ayudar a decenas de damnificados por las lluvias de El Niño costero de 2017, era una luz de esperanza en un momento del país en que todo era oscuro, el color del barro. Hoy nos enteramos que falleció después de un accidente de tránsito. Y quisimos recordarlo así, valiente, decidido, solidario, tal cual fue retratado por Ralph Zapata y Rosario Seminario en Somos 1582. Gracias por tu ejemplo, Rafael.

Rafael Ballón fue portada de Somos el 16 de diciembre del 2017.
Rafael Ballón fue portada de Somos el 16 de diciembre del 2017.

- Nota original publicada el 16 de diciembre del 2017 -

La noche del 27 de marzo de este año, Rafael Ballón Adrianzén –uno de los héroes de la inundación en Piura– sintió miedo. Porque un niño casi pierde la vida mientras intentaba salvarlo, por la corriente furiosa del río Piura que lo desafiaba y por las macanches venenosas que revoloteaban en ese río desbordado. “El miedo te hace prever más las cosas”, dice mientras muestra dos arpones con los que realiza pesca submarina en el norte peruano. Han pasado casi nueve meses desde aquel fatídico día y el buzo profesional, de 25 años, suelta una frase lapidaria: “Se viene el verano y ojalá no pase lo mismo”. 

Lo mismo sería que llueva de forma extraordinaria en la región y el río Piura alcance un caudal de 3.600 m3/s, se desborde e inunde las ciudades de Piura y Castilla y los pueblos del Bajo Piura. Que esas lluvias torrenciales –según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN)– maten a 17 personas, dejen 91.835 damnificados,
310.570 afectados, 39 heridos y 4 desaparecidos. Que 5.724 viviendas colapsen y otras 8.469 terminen inhabitables. Y que 711 instituciones educativas y 195 centros de salud también resulten afectados en la región Piura. 

En la sala de la casa de Ballón hay un ancla de acero que le regaló un amigo, aletas de termoplástico y microfibra de buzo, dos arpones
con ligas y tres sillones con una mesa de centro. Se ha mudado recientemente, porque antes vivía con sus padres, en el centro de Piura. “Las pistas están rotas y la polvareda es insoportable, igual que en Miraflores”, dice mientras muestra una foto donde aparece envuelto en su traje de buzo y levantando un mero de 12 kilos.

Dos meses antes de la inundación, el joven buzo fundó su escuela de buceo y natación: Buceo Apnea Piura, amparado en su título de instructor del Instituto Europeo de Apnea de Alicante, España. La apnea es una disciplina deportiva que consiste en retener voluntariamente el aire bajo el agua. Y Ballón obtuvo el año pasado el récord nacional en este deporte, con 5 minutos 10 segundos. 

Hace unos meses le presentó a una ONG el proyecto ‘Los hijos del río’, que busca enseñarles natación y primeros auxilios –cada mes, de forma renovable– a 15 niños damnificados de Pedregal Grande, en el Bajo Piura. “Porque no sabemos cuándo ocurrirá otro Niño, y debemos estar preparados. Mucha gente murió ahogada porque
no recibió los primeros auxilios a tiempo”, dice. “Lamentablemente, la ONG estaba dejando Piura y no se concretó el proyecto. Pero si alguna empresa se anima sería genial. Necesitamos S/ 2 mil para empezar”.

Contenido Sugerido

Contenido GEC