Oscar García

La historia de arranca en 2009, en una calle de una sola vía que baja directo hacia el mar, a media cuadra del viejo cine Olaya, en el malecón de Chorrillos. Por ahí pasaban bandas curtidas como G3, combos bravos como Sabor y Control… y también llegaban ellos: unos chibolos recién salidos del colegio, con más ganas que técnica, dispuestos a ver hasta dónde podía llevarlos la música. El local se llamaba La Catacumba. “Nosotros éramos los que recién empezaban, y en esa época hacíamos rock de garage”, recuerdan entre risas Lorenzo Zolezzi y Matteo Bonora, los miembros fundadores. Bastante lejano a la fusión de reggae, cumbia y sabor tropical que hoy los ha hecho conocidos. Ese giro musical, de hecho, vino por accidente: cuando aún tenían su banda de rock ganaron un concurso y el premio era grabar un disco. Lo grabaron… pero el disco duro se dañó. La información se borró. Era como si el destino les dijera que ese no era el camino.

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Después de ese borrón —literal y simbólico—, Lorenzo y Mateo no se rindieron. Al contrario, cambiaron de ruta. Dejaron atrás el rock y empezaron a explorar otros sonidos que les hablaban más del barrio, del cuerpo y de la calle: reggae, cumbia, huayno, dub. Se enamoraron de la cultura Sound System, esa movida jamaiquina que saca los parlantes y hace fiesta al aire libre. “Nos gustaba ese concepto de hacer música pública, con mensaje, con crítica. Y sentíamos que eso hacía falta acá”, cuentan. Fue en ese contexto que apareció el nombre: Olaya Sound System, en honor al héroe chorrillano, mensajero de la independencia. “Encima, teníamos un cuadro de José Olaya en la casa. Fue como si el nombre nos hubiera elegido”, dice Lorenzo.

El grupo alista su primera gira por el Viejo Continente. (Foto: Diego Moreno).
El grupo alista su primera gira por el Viejo Continente. (Foto: Diego Moreno).
/ Diego Moreno

La primera etapa fue intuitiva, de puro instinto y pulmón. El curso cambiaría con el tercer disco, Quién es quién (2015). Fue ahí que Lorenzo y Matteo tomaron la decisión de dejar sus chambas de comunicadores para dedicarse al cien por ciento a la música. “Fue una decisión bien difícil. Teníamos trabajos estables, ingresos fijos… y, de pronto, dijimos: ‘Vamos a intentarlo dos, tres años, y si no funciona, regresamos con el rabo entre las piernas’”, recuerda Lorenzo. “Pero, felizmente, la cosa se dio”.

Ese año, Olaya empezó a sonar en radios, gracias a la iniciativa del presentador Carlos Galdós, que se enamoró del grupo y puso en rotación la canción Desaparecer. En ese mismo disco está Jacarandá, una de sus más celebradas y la que hoy tiene más escuchas en Spotify. La exposición radial les permitió salir a provincias: Arequipa, Huancayo, Ayacucho, Cusco. Los shows se multiplicaron, la banda creció, y con ella su comunidad de oyentes.

Fue también en esa época que empezaron a salir del país. Primero a Chile, luego a Argentina y Uruguay. “Fueron giras bien guerreras, sin muchas comodidades, pero con muchísimo corazón”, recuerdan. Dormían donde podían, cargaban los instrumentos en mochilas y hacían conciertos que, aunque humildes, les dejaban una certeza: había algo en su música que conectaba. “Esas experiencias te fortalecen como grupo humano. Estás lejos, apretado, cansado... pero suena una canción y todo cobra sentido”, dice Matteo.

Esa conexión con el público les ha dejado momentos imborrables. Como aquel fan en Arequipa que, tras un concierto, se acercó a Mateo y le dijo que una canción de Olaya lo había ayudado a salir de una depresión profunda. “No recuerdo cuál era, pero eso me marcó. Me hizo entender que lo que hacemos puede acompañar a alguien en un momento oscuro. Y eso ya es otra cosa”, cuenta.

En la playa Sombrillas, en Barranco, durante la última edición de la feria de emprendimientos Perú Independiente. (Foto: Maritza Méndez Richardson)
En la playa Sombrillas, en Barranco, durante la última edición de la feria de emprendimientos Perú Independiente. (Foto: Maritza Méndez Richardson)
/ andres Espinoza

Hoy, Olaya Sound System celebra 15 años de recorrido con Las vueltas de la vida, su sexto álbum de estudio, un disco con canciones nuevas que —como su nombre lo indica— reflexiona sobre el camino recorrido, sus altibajos y transformaciones. Pero no se quedan ahí: esta etapa la coronarán con su primera gira por Europa, una travesía que los llevará a tocar en Madrid, Barcelona, Roma y otras ciudades aún por confirmar. “Es la primera vez que salimos para allá, y vamos con toda la ilusión”, cuenta Matteo. “Queremos llevar este sonido peruano y tropical a nuevos públicos, conectar con la comunidad migrante, sí, pero también con el oído europeo que ya está abierto a lo latino. Vamos a representar al Perú con honestidad y corazón.”

En un contexto en que la cumbia peruana empieza a ser más reconocida en grandes escenarios internacionales —como ocurrió recientemente con Los Mirlos, de Moyobamba, en el festival de Coachella—, Olaya Sound System siente que hay una nueva responsabilidad sobre los hombros de los músicos peruanos con ansias de internacionalización. “Me parece fantástico lo que pasó con Los Mirlos, fue una noticia maravillosa. Refleja que la música peruana todavía está por dar lo mejor”, dice Lorenzo. “Y también nos pone a todas las bandas que hacemos música tropical peruana ante la responsabilidad de seguir alimentando esta escena mundial, que poco a poco va acogiendo más este sonido original del Perú: tan rico, tan bailable y, creo yo, tan fácil de asimilar por un público inmenso”. //

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