Podestá fue portada de la edición 200 de Somos durante la segunda mitad de los años 80. Hizo más de 60 comerciales entre los 3 y los 12 años. (Fotos: Archivo Personal).
Podestá fue portada de la edición 200 de Somos durante la segunda mitad de los años 80. Hizo más de 60 comerciales entre los 3 y los 12 años. (Fotos: Archivo Personal).
Gabriela Machuca Castillo

Si creciste en el Perú entre los años 80 y 90 de todas maneras recordarás este comercial de televisión. No vas a poder evitarlo. Los diálogos irrumpirán en tu memoria mientras oyes la locución, suspirarás y, luego, vas a sentirte un poco -bastante- bien:


Pero más allá de la pieza audiovisual, quizá una de las más exitosas en la historia de la publicidad peruana debido a su gran nivel de recordación por parte de toda una generación, está ella: la pequeña de ojos verdes a la que no parábamos de ver entre los comerciales de Los Thundercats, Dinosaurios o ¿Quién manda a quién? La que también fue alguna vez ‘viejita Polystel’ o la hija preocupada por su padre resfriado al que había que aplicarle Vick Vaporub en el pechito. La misma que a su vez saltaba en punta de pies en la playa rumbo un quiosco por una Pepsi porque la arena “ah, uh, quema, quema” o que abrazaba a un Papá Noel que decidía quedarse en una casa por el sabor del panetón que ”... si delicioso es, es de Biscotti...”. Se trata de Rebeca Podestá Soberón, otrora niña estrella de 60 avisos comerciales transmitidos en televisión nacional entre los años 80 y 90, y hoy, destacada psicóloga especializada en sexología y terapia de pareja.

Podestá, quien además fue portada de Somos en su edición de aniversario 200, fue la musa de cuanta publicidad familiar o para niños se crease en el Perú mucho antes de que aparecieran los televisores de pantalla plana. Así, la también hoy madre de dos niños -Vicente (6) y Aurelia (3)- hizo comerciales entre los tres y los doce años. “Y fotos hasta los 14. Empecé como quien no quiere la cosa porque fui a acompañar a mi hermano mayor a grabar un spot de galletas Marquesitas de Royal. Hubo chance de participar y me quedé”, cuenta Rebeca a través del zoom.


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Aunque quisiera, Rebeca no puede olvidar hoy el spot de la mantequilla Manty simplemente porque no la dejarían. “Han pasado más de 30 años y la gente me sigue preguntando si soy la del comercial. Cuando doy charlas educativas en colegios y pido consultas, los papás levantan la mano y me dicen ‘...y lo último que quiero saber es ... ¿eres la pásame la manty?’. Igual si voy a una boda, en la mesa algún joven dice: ‘pásame la manty’. Y no lo hace por bromear, seguramente no conoce ni el origen de la frase, pero esta es ya una que ha quedado en el habla común”, comenta la graduada de la carrera de Psicología de la Unife.

La publicidad, continúa, se filmó en 1990. Ella tenía seis años. “Fue en una casa de Cieneguilla, aunque luego se hicieron tomas de apoyo en un estudio acá en Lima. Fue con Chroma Producciones. Lo más curioso de todo es que entonces las cuatro niñas hacíamos el lipsync (la fonomímica) de las voces de la señoras de manera perfecta. He querido ahora repetirlo para un Tik Tok y me está costando”, dice ella riendo. Dato no menor: dos de estas últimas pertenecían, nada más y nada menos, que a las actrices Ana María Jordán e Yvonne Frayssinet.

La vida hoy

Aunque se alejó del rubro publicitario siendo una adolescente, los medios de comunicación no le fueron del todo ajenos, especialmente en los últimos años en los que viene destacando como una experta en temas de sexualidad y terapia de pareja. Hoy tiene segmentos en dos programas de Radio Corazón, un podcast en RPP y frecuentes apariciones en programas de TV para hablar de su especialidad. Además, claro, de hacer consulta particular.


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Un día en casa, cuando era niña, compraron una publicación que traía un fascículo de sexualidad y me lo aprendí todito. El tema nunca me produjo vergüenza, miedo o tapujo. No pasó tampoco en el colegio y fue ya en la universidad que conocí que se trata de un asunto que se desarrolla en todas las etapas de nuestra vida, por lo que el campo de estudio y de acción es inacabable. Creo que puedo aportar mucho porque la sexualidad es un tópico esencialmente natural con el que mucha gente no logra conectar. De esto se puede hablar con niños, con adultos. Sobre la prevención y cuidado del cuerpo, el enamoramiento, embarazos no deseados, distanciamiento de pareja, cambios con la maternidad, el sexo en los adultos mayores. De veras que hay mucho por decir y hacer”, detalla.

Nuevos proyectos

Además de toda esta actividad, Rebeca está próxima a publicar un cuento para niños. Al ser formada según la corriente de la psicología cognitiva conductual (que establece que nuestros pensamientos condicionan nuestras acciones) y la ciencia de la mente, busca llevar estos principios a los más pequeños a través de una historia sencilla de entender. “La estrella feliz que aprendió a ser más feliz” saldrá este mes por la Editorial Caja Negra.

A la par, acaba de producir un cortometraje navideño para cumplir con una inquietud que siempre la ha orientado a los medios audiovisuales. “Se llama ‘Un deseo de Navidad’ y me acompañan actuando Connie Chaparro y Brianna Botto. En él reflexionamos sobre la pandemia y los motivos por los que debemos ser agradecidos. Ojalá pueda alegrar a los peruanos en estas épocas”, finaliza. Este proyecto también vería la luz en los próximos días.//

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