Juan Carlos Oblitas cumplirá 70 años en febrero pero debería tener 20, o menos. Sería más imprescindible que Paolo o Jefferson. Sería multimillonario. Sería póster, como en la época de Glostora. Ahora, mientras camina por su casa en La Molina, un oasis en tanto gris, el Director Deportivo de la FPF hace un inventario de todo lo que ha pasado hasta aquí, que no es poco y es gloria. Hace 51 firmó su primer contrato con la ‘U’ y ganó mil soles de oro. Era la época en que estudiaba para ser médico y todo lo que ganaba por el fútbol se lo entregaba a su papá. Tres años después fue finalista de la ‘U’ en la Copa Libertadores de América. Dice que ese equipo jugaba de igual a igual contra cualquiera. “Por eso digo que los clubes son lo más importante de todo. Sin ellos, la selección no se sostiene”, dice, mientras revisa unas fotos donde sale con la camiseta de Platini, tras el 1-0 a Francia en Parque de los Príncipes en 1981. Está de buen humor y tiene físico para jugar. “Mi padre dice que usted era un crack”, le digo. Creo que no me ha escuchado. No importa: lo he visto en los videos.
Su importancia en la historia del fútbol peruano va más allá de los dos mundiales o el título sudamericano de 1975: fue el precursor de una posición –extremo por izquierda- que no abundaba en el continente y que parecía una rareza por su velocidad y disciplina, en un medio lento y burocrático. Cuando Oblitas atacaba los defensores zurdos no podían marcarlo, apenas perseguían. Y cuando se volvía lateral, cosa de tres segundos, tenía un orden tal que más de uno podía decir que el Perú de los setenta defendía con 5.
Revolucionario como era, Oblitas nuevamente cambió la historia: en 2015 fue a buscar a Ricardo Gareca, los sostuvo tres años y Perú volvió a un Mundial. Esta semana empieza otra vez ese largo camino de Eliminatoria. Otra vez subir la cordillera.
Este lunes que fue a Videna, ¿con qué sensación se quedó?
Estamos bien. Me preocupa Jefferson, nada más. Todavía no está al 100% de su capacidad. Si me lo preguntas a mí, yo lo descarto. Para partidos de esta naturaleza, va a depender mucho de él. Decir: “Yo quiero jugar”.
¿Es solo una impresión o Ricardo Gareca está molesto?
¿Lo dices por la conferencia? Ese día me llamaban todos preguntando eso. Debe de ser bien incómodo hacer una conferencia virtual. Pero no, está bien. No es que esté molesto, pero hay mucha incomodidad por lo que pasa con la Major League Soccer (MLS) de EE. UU. [no quiere ceder a los jugadores que militan ahí]. Es un bluff de la MLS.
En estos meses de pandemia sin fútbol, ¿tuvo miedo de que el técnico se fuera?
No. Él se mortificó mucho en este tiempo, eso sí: cree que podemos cuidarnos y ser responsables. Es más: no se fue a Buenos Aires. Yo se lo decía pero no quiso, por estar detrás del reinicio del fútbol aquí. Pensé que las Eliminatorias las pasaban para el próximo año pero bueno, no pasó. Ricardo está preparado, siempre lo estuvo.
¿Lo habría convencido de quedarse?
No sé. Habría tratado, sí.
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OBLITAS Y EL FUTURO
Campeón con la 'U', tricampeón con SC. Copa América del 75. Mundialista en Rusia. Subcampeón con Perú 2019. ¿Qué le falta conseguir?
No sé, solo Dios sabe eso. Ya estoy entrando a los 70 y me siento tan bien que me he propuesto estar en esto hasta que mi cabeza funcione. Quiero seguir con el encargo de director deportivo porque puedo hacer lo que quiero y me escuchan. Soy una especie de asesor sin traspasar la línea: ni en el cuerpo técnico ni con el directorio. De acuerdo con mi capacidad, la sabiduría aprendida de tantos años. Podría ser presidente de la FPF, muchos dirían, ¿no?
¿Le interesa postular?
Soy realista: los estatutos no me lo permiten. Cuando uno no puede hacer algo, hay que meterlo en la mesa de noche y cerrarlo. No me hago problemas. Pero también hay una frustración que tengo... Si bien hemos hecho cambios en la selección, en el fútbol peruano hay mucho por hacer. Dimos un gran salto clasificando al Mundial y lo debimos aprovechar mejor. Y creo que no lo aprovechamos.
Eso solo se puede hacer desde otro cargo, ¿no es cierto?
Hay cosas que la FPF quiere hacer, pero la pandemia paró todo. Y hay cosas que los dirigentes de los clubes no han hecho. Es frustrante que ellos, quizá lo más importante de la cadena, no se den cuenta de lo importante que son para el desarrollo. Son la fábrica. La selección puede clasificar o no, solo Dios sabe. Pero la selección no va sola. Eso sí es una frustración. Es peligroso.
¿La gente es hoy hincha de la selección?
Sí. Ha vuelto a ser hincha. Ganemos o no. Sé que es difícil mantenerlo, pero si nosotros no cambiamos las estructuras, no vamos a clasificar sino en 36 años más. El gran reto es ese: que la selección se sostenga con los clubes, eso deben entender los dirigentes. La maquinaria debe seguir andando. No siempre van a estar los mismos que están hoy en Videna. Si eso no cambia, va a ser bravo.
Por eso nos cuesta tanto tener reemplazos para Farfán o Guerrero.
Sí. Produce, pero cada cierto tiempo. Largo tiempo.
¿Son los últimos cracks que hemos producido?
De ese nivel, sí. Superlativo. Yo veo entrenar a este chico Aldair Rodríguez, tiene 26 años... ¿dónde estuvo con esas condiciones? ¿Le dimos las oportunidades para explotar o se ha demorado, tan típico de los peruanos?
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LAS ELIMINATORIAS
¿Cómo se maneja en Videna a una selección que ya es mundialista?
No es difícil porque el grupo es espectacular. Todos. Son mundialistas que mantienen los pies en la tierra. Cuando ha sido necesario, y con el permiso de Ricardo, he tenido que llamar la atención de alguien. Soy superfrontal, voy cara a cara. Y entienden perfectamente.
Y ya con ese rango, ¿la selección está obligada a clasificar?
No. Estamos obligados todos a volver a intentarlo. A entregarnos. Lo que sí es que la valla está más alta. Y la pusimos nosotros mismos. Se lo he dicho en la última reunión a los jugadores. (N. de Redacción: a Asunción no irá por prescripción médica, pero ha decidido estar toda la semana en Videna con el plantel).
¿El proceso, con Mundial o no, se termina en Qatar para usted?
No necesariamente, pero en la medida en que pasan los años, cuesta más. El que cree que en el fútbol es imprescindible o es el dueño de la verdad, se jodió. Cuando era más joven, decía: “De aquí hasta acá voy a hacer tal cosa”. Hoy pienso en el día. Mira: yo era un tipo, soy un tipo supersano, y de repente me levanté con un problema, me dolía el pecho, fui a la clínica y me pusieron tres stents en el corazón. Diosito me dijo: “Ya ves, no eres Superman”. Cuando eres joven, te proyectas y dices: “Quizá puedo ser presidente de la república”. Ahora solo das lo mejor.
¿Sabe que es un candidato que seduce a cualquier partido político?
Debo ser porque sí me han hablado para que sea congresista, alcalde. Pero yo lo último que podría ser es un buen político, soy muy frontal. Hace poco un buen amigo mío, vecino, político, me llamó y me dijo que en un focus group salió que yo tenía que ser alcalde de La Molina. ¿Pero cómo si no tengo buenos gerentes? ¡Te los ponemos!, me dijo. Ahí dije no.
¿No lo seduce la política?
No, nunca. Pero eso también es un mal en el Perú: mucha gente que es exitosa en la vida no la ve seductora. Y no hablo por mí.
GARECA, QATAR Y JUAN REYNOSO
¿El ciclo de Ricardo Gareca con la selección termina en Qatar?
Eso es impredecible.
Se lo pregunto por Juan Reynoso, en cuyos planes está dirigir a Perú.
Él conversa con Ricardo, es verdad. Ellos tienen muy buena relación. Yo también. Juan ya hizo el camino, así como otros: Chemo, Franco, Roberto Mosquera. Sin duda. El tema es que en esto no se sabe. Hacer futurología, de repente viene un presidente de FPF al que no le gusta fulano de tal. Y ya. Si no lo puedo convencer, disuadir con argumentos o ideas, listo.
¿Juan Reynoso es el gran candidato a futuro?
Yo pienso que sí. Pero me da mucho temor hablar de esto. Al día siguiente salen los detractores de Juan por habernos adelantado.
EL MÁGICO EQUIPO DEL 81
¿Se ha visto en algún futbolista de la selección?
No. El puesto del alero ha cambiado un poco. Yo soy muy crítico de aquellos que juegan en mi puesto. Es el gran problema de los técnicos: somos muy exigentes. Por eso Pelé no es entrenador. ¿Por qué? Porque ves cosas que no hace un jugador y dices: ¿por qué no lo hace si es tan fácil? Pelé fue tan bueno que cree que todos pueden hacer lo que hacía. El ‘Oreja’ me encanta, pero tiene otras características.
¿Ha visto la retransmisión de los partidos de la selección en los mundiales?
No, muy poco. Pero nos adelantamos a la época. Sin saber leer ni escribir, nos adelantamos.
¿La selección del 81 es la mejor de la historia?
Lo que puedo decir es que en la mejor selección que jugué fue en las Eliminatorias del 81. Jugaba realmente bien: ‘Patrulla’, Oblitas, Cueto, Velásquez. Julio César y Guillermo. ¿Habrían podido jugar ahora?, preguntan. Habríamos jugado mucho mejor, con más entrenamiento. ¿Quiénes tendrían sitio en el equipo del 81? Paolo, sin duda. Jefferson también. El ‘Mudo’ Rodríguez. Es lo que se me viene a la mente. O Tapia, que parece que tuviera 30 años jugando al fútbol.
¿Es cierto que en ese equipo Héctor Chumpitaz mandaba con una sola palabra?
Levantaba una ceja y ya [hace el gesto]. Es el futbolista ejemplo de toda nuestra historia. Yo aún hoy, cuando lo veo, le digo: “Mi capi, cómo está”. Lo trato de usted. //
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