MDN
(Foto: Juan Ponce)
Arturo León

En la tribuna oriente se observan tres camiones estacionados. A sur acaba de llegar una coaster que va todo Faucett. El chofer va a tomar un descanso. En norte hay un quiosco que vende golosinas y en occidente, a ras de campo, cinco mamás, un papá y un señor con pinta de entrenador de fútbol que da indicaciones. La pequeña tribuna de cemento, unos metros más atrás, casi ni se ve. En la cancha, un grupo de 10 niñas entrena como si estuviera a puertas de una final. No es exactamente eso, pero es algo parecido: en dos días jugarán el mundial de menores más prestigioso del planeta, la Gothia Cup 2019.

Se disputa en Suecia desde 1975, participan categorías desde 12 hasta 18 años (niños y niñas) y es cuna de cracks. Del Perú, lo jugó Yoshimar Yotún. Del mundo, una estrella como el italiano Andrea Pirlo. El equipo de Talemtus Callao es el único team femenino de Perú que estará presente en la importante cita. Es, literalmente, como una Copa del Mundo. Hay fase de grupos y eliminatorias directas hasta llegar a la final. Las niñas del SKF Perú, nombre oficial de la selección en el torneo, vencieron hoy a un equipo de Polonia por 3-2 y a otro de Suecia por 6-1.

DE MINKA A LA CANCHA
En las mañanas, Jesús Naraza se gana la vida como estibador en el mercado de Minka. Por las tardes viste ropa deportiva, una gorra y en su pecho cuelga un silbato. En lo que él llama la “mítica” Cancha Deportiva Dulanto, hace de entrenador de Allison, Rosita, Alexandra, Génesis, Valentina, Danna, Dayhana, Jossymar, Lizbet y María.

“Esta es una vocación que tengo desde hace muchos años. Son más de 10 los que llevo entrenando mujeres para Talemtus Callao. No cobro, lo hago porque quiero que el fútbol femenino y las jugadoras que llegan aquí se conviertan en las mejores”, dice el entrenador, que cuenta con el título que otorga la Federación Peruana de Fútbol (FPF).

Jesús recuerda con orgullo cómo fue la etapa de clasificación (organizada por la Ligas Femeninas F7) para llegar a la Gothia Cup. Fueron 12 equipos los que compitieron por un solo cupo. La final fue contra Sporting Cristal, un equipo que desde la indumentaria sacaba diferencias, y al que vencieron en la tanda de penales.

La mayoría de estas niñas tiene una historia similar: les gustaba el fútbol, los niños no las dejaban jugar, praticaron por su cuenta (y con sus papás) y hoy sueñan con ser profesionales. “Ahora todos los hombres me quieren tener en su equipo”, dice entre risas Alexandra Aquije, defensa central.

Gracias a iniciativas como Talemtus Callao, Las Ligas Femeninas Fútbol 7, la Municipalidad de Lima (este 19 de julio se juega la final del primer campeonato femenino que organizan) y la Academia de Fútbol Femenino Premier, que acaba de lanzar un programa de franquicias, el fútbol femenino cada vez es más escuchado. Ahora toca alentar a nuestras otras mundialistas. //

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