Tres nuevos rostros de la política decente que el Perú necesita
Tres nuevos rostros de la política decente que el Perú necesita
Ana Núñez

PUEDES LEER LA HISTORIA COMPLETA SOBRE LA CORRUPCIÓN ESTE SÁBADO EN SOMOS

CRISTHIAN ROJAS (31)
Miembro fundador del colectivo de jóvenes EsMomento

“Hay que construir ciudadanía y ser vigilantes”

La corrupción parte de un problema central, que es que no existe una ciudadanía que cuestione, que vigile, que participe. La corrupción va andante tranquilamente. Va sola. Una forma de detener la corrupción, una forma de detener ciertos problemas adicionales a ella, es con una ciudadanía activa. La ciudadanía no solo es tener una serie de derechos y defenderlos a toda costa. También implica responsabilidades con el colectivo, con la sociedad en general. Y eso implica tener respeto por el otro, cuestionar este tipo de actividades [corruptas] y no realizarlas. Este es un cambio de largo aliento al fin y al cabo, reflexionar sobre cada uno de nuestros actos a partir de ‘cuánto estamos afectando al otro’. La ciudadanía no se puede pensar sin el otro. Nosotros planteamos la dinámica de la generación valiente.

Cristhian Rojas.
Cristhian Rojas.

TANIA RISCO (27)
MIEMBRO DEL GRUPO VALENTÍN  (Inspirado en Valentín Paniagua)

“Debemos empezar por mirarnos a nosotros mismos”

La corrupción es una práctica ya enraizada en nuestra costumbre, en nuestra cultura. La hemos empezado a identificar por los últimos escándalos políticos, pero en realidad siempre ha existido. Principalmente por la forma como nos hemos constituido como república. Todo el proceso histórico, las divisiones y fecundaciones que ha habido en la sociedad han hecho que se generen canales para, entre comillas, facilitar ciertos procesos, cuando debería ser de otra manera. En las últimas épocas lo estamos viendo con más intensidad, con estos grandes casos de corrupción; sin embargo, no vemos que hay también diferentes niveles de corrupción y que, incluso, nosotros formamos parte de algunas de esas prácticas. Combatir la corrupción debe comenzar por vernos a nosotros mismos: hay que reflexionar sobre cómo estos actos reflejan en parte lo que nosotros somos como individuos, como miembros de la sociedad y en nuestra profesión. Claramente esto es un proceso que empieza en casa, en el colegio, pero también tiene que haber esfuerzo de parte del Gobierno a nivel nacional y de la sociedad civil. Solo así todos podremos lograr este cambio, que va a tomar años. Probablemente décadas. No estamos acostumbrados a que nos digan qué hacer. Eso va a tomar tiempo y es algo en lo que todos tenemos que contribuir.

Tania Risco.
Tania Risco.

MARCO APAZA (23)  
SECRETARIO PERMANENTE DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DEL PERÚ


“Repensar la escuela pública”

La corrupción responde al individualismo que se ha implantado en el país. Las personas privilegian su propio bienestar con respecto al de los demás. Por ejemplo, la coima a los policías de tránsito para evitar el papeleo: nosotros lo vemos como un atajo, como una forma rápida de salir del paso, pero no sabemos que, en general, estamos dañando un sistema que al final nos protege, porque si un policía es corrupto y se acostumbra a esto, lo más probable es que cuando agarre a un ladrón o un delincuente también piense en cómo negociar para sacar algún provecho. Pero creo que se está dando un fenómeno interesante en estos últimos años: la gente comienza a darse cuenta de que la corrupción es algo que tenemos que combatir y eso se engrana principalmente en no permitir la impunidad. Eso está calando en las nuevas generaciones actualmente. Y es muy probable que también tengan una actitud más crítica con respecto a las anteriores, que han sido más permisivas con esta clase de cosas.

Nosotros estamos promoviendo una ley de educación integral desde el colegio hasta la universidad, inclusive hasta en el posgrado. Se ha sacado de las escuelas los cursos de Cívica, Psicología, Filosofía, y eso –me parece– es lo que normalmente ayuda a los muchachos a reflexionar.

Marco Apaza.
Marco Apaza.

Contenido Sugerido

Contenido GEC