Esta podría ser la típica historia de un indocumentado peruano que hace 36 años atravesó Ecuador, Colombia, Panamá y México hasta saltar la frontera de Tijuana y abrazar el sueño yanqui. También podría ser la historia mil veces contada del inmigrante que durmió año y medio en un sofá, que empezó lavando platos y que, de dólar en dólar, llegó a acumular lo suficiente como para abrir su propio restaurante de pollos a la brasa, en Virginia, Washington D. C. (Instagram: @perfectpollo).
No. Luis Grados Antayhua (58 años, casado, dos hijos) no ha nacido para alardear sobre sus 30 carros, tres casas, dos restaurantes y su propia empresa de limpieza. Ese imperio que ha hecho en los Estados Unidos camina solo. No necesita nada más. Pero el empresario –que de niño pedía limosnas y vendía comida en Agua Dulce– parece sentir que tiene una deuda muy grande con los santos y las vírgenes en los que cree fervientemente y que, según nos cuenta, fueron guiándolo hacia el éxito.
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Donde empezó todo
San Buenaventura se llama el pueblo donde nació Luis Grados, a casi 3 mil metros sobre el nivel del mar. Es uno de los siete distritos de la provincia de Canta, en la sierra de Lima, y –por ahora– el menos conocido. Eso tiene su ventaja: los paisajes naturales y lagunas mantienen su belleza sin la mano humana. La desventaja es que el turismo y sus divisa pasan de largo. Todo eso ha empezado a cambiar con los planes de Luis.
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Mucho antes de existir su gran rancho con 35 caballos y decenas de alpacas, a los 4 años de edad vio a la Virgen de las Mercedes. Al menos, su abuela así se lo confirmó. En otra ocasión, un desconocido de buena facha lo vio sentado, solo, en la puerta del estadio de Alianza Lima. Jugaban Perú y Bolivia por la Copa América del 75. Le regaló una entrada, Luis la revendió, sacó buen billete. Otra señal: era un ángel.
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Esa veneración que conserva en la memoria se reflejó, años después, convertido en un hombre de mucho dinero, en una obsesión: contrató a cientos de personas, abrió quebradas, construyó una gruta para la Virgen de las Mercedes (con escalera de penitencia, incluida), en lo que espera se convierta en el mayor atractivo turístico y ceremonial de la región. //
Otras réplicas históricas
- En la cuadra 42 de la avenida Arequipa, en Miraflores, se encuentra la casa Suárez, edificio similiar a un minipalacio de gobierno (Ricardo Malachoswki, 1939).
- Una réplica del monitor Huáscar (a escala real) será el gran atractivo de un parque temático naval que se construye en Ventanilla.
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