La cara de autogol de Juan Manuel Vargas tras ser expulsado es el mejor reflejo de la 'U' el 29 de setiembre pasado en Ayacucho. Derrota 4-2 y zona de descenso. Así debe sentirse un 'Jab' de derecha en la mandíbula. Los 94 años de historia estaban siendo incinerados a vista y paciencia de todo el mundo. Jugadores refunfuñando bronca, técnico con mirada hacia el vacío y una administración indolora parecían la peor condena para el club más ganador del Perú. Fue, entonces, que algo comenzó a cambiar. Quizás fue un tuit, un post en Facebook, una idea tirada al aire. Lo que no podían hacerse en la cancha, había que ganarlo en las tribunas.
Jueves 4 de octubre, el día que cambió el destino. Las grises calles de Lima se pintaron de crema. Transeúntes confundidos creyendo que los de Ate jugaban una final antes de diciembre. Bengalas prendidas y cánticos a todo pulmón. Una caravana fervorosa rumbo al Estadio Nacional se convence de que el partido ante Huancayo ya se está ganando. En el campo, luego, apenas es victoria 1-0 con gol de Germán Denis y 12 356 asistentes (dato ADFP que no incluye boletos abonados) en las tribunas. Llegaron portadas, fotos y sonrisas; el hincha se contagia y repite la previa antes de enfrentar a Unión Comercio el sábado 13. Otra vez en el Nacional y nuevo triunfo con remontada 2-1, con otro gol de Denis y con casi el doble del público de la fecha anterior (23 101 espectadores). La 'U' seguía saliendo del pantano y fue a Moquegua con la misma emoción de sus hinchas. El gol agónico de Anthony Osorio decretaba que había que seguir mirando hacia arriba.
Tocó recibir, después, a Sport Rosario en el mejorado Monumental. Pablo Lavandeira, el refuerzo todoterreno, adelantó, y el 'Tanque' inoxidable Germán Denis sentenció el 2-0 un martes (23 de octubre) en el que la Av. Javier Prado colapsó de cremas en su camino hacia el estadio. Regresó al Nacional para un peleado 0-0 contra Sport Boys, que fue local pero jugó repleto de camisetas visitantes.
Ese bendito octubre no podía acabar mejor. Con una camiseta novedosa y un lema que invitaba a tener garrar 24/7 -Tu lucha, mi lucha- tocó recibir a Sporting Cristal, con sus estratosféricos números en el Acumulado y con un Emmanuel Herrera que peleaba solo contra el récord del Esidio, temporada 2000. Iban 20 minutos del primer tiempo y la noche era más noche porque los dirigidos por el chileno Nicolas Córdova perdían 1-0 y afuera del Monumental seguían siendo largas las colas para ver el partido. De pronto, Alberto Quintero sacó brillo al chimpún -medio centro, medio disparo- que Núñez no alcanzó y que Álvarez no evitó. El 1-1 se gritó dentro del coloso y se escuchó hasta la Vía Expresa. Ya con las tribunas copadas (ese día se hizo el récord anual de 34 940 espectadores sin contar abonados ni palquistas), Germán Denis pateó fuerte, como se debe patear todos los penales en la 'U'. Luego tocó aguantar, resistir y esperar el contraataque. Se hizo inmenso Zubczuk en el arco y más inmenso aún Alberto Rodríguez en la zaga. Tanto se esforzó el 'Mudo', que a los 90' se rompió el talón de aquiles. Fue clave mientras estuvo en la remontada en la tabla general.
Noviembre comenzó con bombardas afuera de Matute. "¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!", sonaba antes del pitazo inicial. Y ¡pum!, dijo la 'U' a los 13 segundos del partido con un golazo de Alberto Quintero, marca absoluta en la historia de los clásicos. Un atajadón de Zubczuk parecía salvar la noche del sábado 3 que ya estaba empatado 1-1, hasta que el uruguayo Affonso les hizo la fiesta a los aliancistas (2-1).
La remecida iba a durar hasta el martes siguiente cuando Municipal remontaba sobre la hora (2-1) en Ate. Barco había adelantado con su primer gol como profesional, y Bulos empatado en un segundo tiempo sin Corzo (entrenaba con la selección) en la banda derecha.
A Cusco fue la 'crema' con una defensa inédita. Barco de lateral, Morales junto a Figuera de zagueros y Vásquez haciendo la banda por izquierda. Ese día llovieron cien balones en el área merengue. Zubczuk confirmó que el futuro está asegurado en el arco (así llegue o no Carvallo) y Morales tuvo su noche de redención cabeceando desde el piso y barriendo las nubes cusqueñas si era posible. Ningún esfuerzo hubiera sido suficiente sin la corrida maratónica de Quintero, más el golazo de Lavandeira y los tres puntos por segundo año consecutivo en Cusco.
En algún momento del receso por fecha FIFA tocó mirar hacia atrás y ver que habían ocurrido tres cosas: Vargas salió de las convocatorias y Fernández le siguió los pasos, el descenso estaba solucionado y que hacia adelante había la remota posibilidad de alcanzar un cupo a la Copa Sudamericana 2019. Con esta última ilusión, 26 mil hinchas volvieron a copar tres tribunas del Estadio Nacional. El 2-0 con tantos de Denis (sexto en el Clausura, quinto de penal) y Jersson Vásquez, goleador del añor con 8 anotaciones, cumplieron el trabajo de parte del cuadro estudiantil. En otras canchas, los resultados se acomodaron a propias conveniencias y a la 'U' solo le quedó celebrar el aplauso merecido de su ferviente hinchada.
El club Universitario de Deportes peleó este año en varios frentes con la misma intensidad. En el Poder Judicial, donde se discute el futuro institucional, y en las canchas, que ardían como el infierno y terminaron siendo el paraíso del fanático fiel, del hincha que responde con más amor en las ultra malas. Algo ha comenzado a cambiar. Una generación apasionada con ganas de forjar su propia historia con demostraciones de garra y afecto. Una vocación que no admite recreos y abraza los sueños de volver a ser el campeón de siempre. En el horizonte, el 2019 promete ver el despertar de un gigante.//