Esta enorme piedra de granito, con 17 metros de largo, 14 metros de ancho y 4,5 metros de alto, fue descubierta para la ciencia por el geólogo José Sánchez Izquierdo en 1997. (Foto: Álvaro Rocha)
Esta enorme piedra de granito, con 17 metros de largo, 14 metros de ancho y 4,5 metros de alto, fue descubierta para la ciencia por el geólogo José Sánchez Izquierdo en 1997. (Foto: Álvaro Rocha)
Álvaro Rocha

Yurimaguas y su preciosa catedral de estilo neogótico –denominada paradójicamente Virgen de las Nieves, cuando el sol cocina tejados y gentes– son el punto de partida para uno de los más insondables misterios de la Amazonía peruana. Antes había que realizar un tortuoso viaje por río para arribar a Balsapuerto, corazón de la etnia Shawi, famosos por sus brujos, pero ahora una carretera facilita el acceso a este distrito de la provincia de Alto Amazonas, en Loreto. 

En las calles de Balsapuerto llaman la atención los niños teñidos de negro por la tintura de huito que les untan para espantar a los espíritus y las enfermedades. El camino a los petroglifos es fascinante: se debe cruzar el río Cachiyacu en balsa y luego caminar por un bosque antes de tomar un descanso en la cascada de Achayacu. En los breves caseríos, los shawis nos brindaban fruta o cuencos con masato.  

Tres horas después, en medio de la nada, nos topamos con una roca colosal que tiene centenares de grabados, donde se distinguen tortugas, aves, osos hormigueros, personas y círculos concéntricos que simbolizan el sol, según el arqueólogo Santiago Rivas. La figura que más destaca es el perfil de Cumpanamá, personaje legendario que creó a los shawis y muy importante para la mitología awajún. 

Cumpanamá, dios mudo y conmovedor, sigue hablándole al pueblo shawi, en relatos orales que se transmiten de generación en generación. El monumento tiene mil años de antigüedad. Y es curioso que en la cima se aprecie una serpiente gigante y el dibujo de una catarata de doble caída, similar a una ubicada muy cerca de ahí. Este notable arte prehistórico es un universo mágico diseñado por una civilización que respetaba la naturaleza y la espiritualidad. Tan lejano a nuestras miserias cotidianas, que vale la pena preguntarse si realmente los primitivos no somos nosotros. 

Más información

  • Camionetas 4x4 cubren los 64 km que existen entre Yurimaguas y Bal-sapuerto en dos horas. Precio: S/ 15

  • La mejor época para visitar es entre mayo y septiembre. En temporada lluviosa (de diciembre a marzo) el sendero a Cumpanamá se hace intransitable.

  • Operadora turística: Río Huallaga Expeditions Tours (T. 9344-19389)

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