La agrupación que dirige Marco Arana estaría definiendo cómo reinventarse para tentar mejor suerte en la coyuntura política. (Foto: Rolly Reyna)
La agrupación que dirige Marco Arana estaría definiendo cómo reinventarse para tentar mejor suerte en la coyuntura política. (Foto: Rolly Reyna)
Juan Carlos Tafur

El pasado 1 de marzo Marco Arana se reunió con el alcalde de San Isidro, Manuel Velarde, para intercambiar opiniones sobre los criterios de lo que debería ser una ciudad sostenible. De inmediato, se incendió la pradera al interior del Frente Amplio respecto de si ello suponía abrir la puerta para que el burgomaestre sanisidrino pudiese ser candidato del partido a la alcaldía de Lima.

Las bases se atrincheraron advirtiendo las diferencias entre un ecologismo popular con criterios postextractivistas respecto de aquellos que pueda enarbolar Velarde. Si hubo algún intento serio de lanzarlo como candidato del FA, el mismo murió rápidamente, aunque sirvió para poner en evidencia cuál es el nuevo talante ideológico que se afianza en esta colectividad partidaria.

Mientras el Frente Amplio alista armas para dar la batalla en favor de la vacancia, fluyen movimientos subterráneos que no solo apuntan a estrategias políticas de corto plazo o están referidas al tema de las elecciones municipales y regionales, sino que van mucho más allá.

Aún está fresco el recuerdo de la disputa entre Marco Arana y Verónika Mendoza que desembocó en la ruptura del Frente Amplio y la escisión de Nuevo Perú. Luego de ello ha habido algunos intentos de recomponer la relación, en una unidad que involucre también a Gregorio Santos, Vladimir Cerrón y el grupo de Juntos por el Perú, pero por el lado de Arana apuntan al naufragio.

El tema está claro para la gente del Frente Amplio y en mayor medida en la de Tierra y Libertad. “Nuestro error fue volvernos rojos cuando fuimos, somos y seremos verdes. Nunca debimos dejar de serlo y fue un grave error asociarnos a la izquierda”, nos asegura un vocero cercano al líder cajamarquino.

Sienten, además, que el itinerario de la vacancia los fortalece ante la opinión pública al poner de manifiesto el ‘oportunismo’ de Nuevo Perú, al retirarse del hemiciclo en la votación anterior y ahora sumarse al pedido. Frente Amplio mira por el rabillo del ojo lo que haga Nuevo Perú y siente que va ganando la partida estratégica.

En general, se acabó la aventura de la izquierda para Marco Arana. Escaldado de lo que fue su vínculo con personajes como Marisa Glave, Carlos Monge o Pedro Francke, ha decidido retomar el filón verde que le dio origen a Tierra y Libertad, hoy bajo el membrete del Frente Amplio.

Las propias bases se opondrían a cualquier intento de recomposición unitaria. Hay en el Frente Amplio una clara consigna: difundir trabajo de bases y respetar lo que ellas decidan. Hace poco, inclusive, en un evento partidario realizado en Cusco, las bases cuadraron a su coordinador nacional, Jorge Aparcana, reclamándole por algún tipo de centralismo en decisiones tomadas y cuestionando, de antemano, cualquier intento de acercamiento al grupo disidente de Nuevo Perú.

Aparcana es uno de los hombres fuertes del partido. Natural de Ica, acompaña a Arana desde hace muchos años. Otro personaje importante es Javier la Rosa, de las canteras del Ideele, que funge de asesor principal de la bancada frenteamplista y además del propio despacho de Arana.

En abril cumple diez años la agrupación que fundara Arana en el convento de Cluny, en la avenida Brasil, y que hoy anda de la mano de la CUT, de Julio César Bazán; la Coordinadora Nacional Progresista, de Edilberto Curro; Mundo Verde, de Martina Portocarrero; Sembrar, de Federico Arnillas (hijo); y Unidos, de Enrique Fernández. 

En sus orígenes, el movimiento se iba a llamar Tierra Nuestra y no se le pudo utilizar porque ya figuraba en el registro de marcas del Indecopi. Algunos voceros del Frente Amplio señalan que el nombre politizado de Tierra y Libertad puede haber contribuido a los errores tácticos cometidos de haberse asociado a la izquierda socialista.

Inclusive, dentro del propio Frente Amplio hay una relativa pugna entre el sector autodenominado ‘ecologista popular’ y los llamados ‘ecosocialistas’, acusando a estos de ser cercanos al signo de Nuevo Perú.

La nota completa en la edición impresa de la revista Somos.

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