MDN
Bomberos galería nicolini
Ana Núñez

No habría mejor color para identificarlos. El rojo de sus uniformes es el mismo que simboliza el amor y esa es la única fuerza que podría impulsar a alguien a entregar –a cambio de nada– no solo su tiempo o su esfuerzo, sino su propia vida. Ha sido un año duro para los aproximadamente 10 mil bomberos voluntarios de nuestro país. Un año con incendios especialmente críticos. Pero ha sido también un año en el que han demostrado de qué están hechos.

Quizá el mayor de los desafíos que tuvieron que enfrentar fue el incendio que devoró durante varios días la galería Nicolini, en el emporio comercial Las Malvinas. Más aún porque dos jóvenes que trabajaban ahí en condiciones absolutamente deplorables murieron carbonizados tras quedar atrapados entre las llamas y las construcciones precarias.

El comandante Iván Gayoso, de la compañía Salamanca 127, fue el líder del equipo de búsqueda y rescate en estructuras incendiadas en aquella emergencia de las galerías Nicolini. Y aunque hay protocolos de seguridad para los propios bomberos y el escenario había sido declarado ‘fuera de control’, el también ingeniero industrial dirigió hasta cuatro operativos para intentar llegar hasta la zona en la que se encontraban atrapados los dos jóvenes. 

Pocos días después, cuando el incendio ya estaba bajo control, a Gayoso lo vimos quebrarse en cadena nacional en el momento en que narraba cómo los intensos esfuerzos de su equipo no fueron suficientes para salvar la vida de los dos muchachos debido a la precaria instalación metálica que ardía tanto como el propio fuego y amenazaba con desplomarse.

“Este año se han dado muchos incendios críticos. El peor, y no solo del año, sino quizá de los 29 que llevo como bombero, fue el de la galería Nicolini. El escenario era complejo y aun así los hombres que participaron en las labores de rescate hicieron esfuerzos más allá de sus posibilidades. Cuando finalmente llegamos a la zona donde estaban los cuerpos, sentí dolor y frustración, pero también pude entender que fue un incendio que sobrepasó lo que se puede esperar de una situación de emergencia”, cuenta el comandante Gayoso.

“Es sabido que el cuerpo de bomberos tiene carencias, pese a que hubo esfuerzos para equiparlo. Aun así, en los más de 150 años que existimos como institución, nunca hemos condicionado nuestro voluntarismo. No hay nada que dé mayor satisfacción que hacer sin esperar nada; que hacer con amor y solidaridad”, finaliza Gayoso.  

Sus palabras permiten entender por qué aquella imagen del ‘bombero con alas’ fue una de las que más se viralizó este año. Ellos son ángeles rojos. 

Contenido Sugerido

Contenido GEC