"Niñas al poder", por Carlos Galdós. (Ilustración: José Carlos Chihuán Trevejo)
"Niñas al poder", por Carlos Galdós. (Ilustración: José Carlos Chihuán Trevejo)
Carlos Galdós

Necesitamos –aún en estos tiempos– hacer que las niñas sepan que son iguales a los niños. Urge hacerles saber que, si viven en un hogar donde hay dificultades económicas extremas, ellas no tienen por qué pagar los platos rotos ni sacrificar sus vidas para que el hermano tenga un futuro mejor. Grave error: ni ellas ni ellos deberían inmolarse. Todavía hay padres que empujan a sus hijas a trabajos forzados. Y eso es lo más suave; lo peor viene cuando las obligan a realizar trabajos sexuales.

Me preguntaba hace poco si a los quince años todavía se es niña. Alguien me dijo que hoy a esa edad las chicas hacen de todo. Me pareció una respuesta un poco salvaje, la verdad, y la discusión aterrizó en el argumento –de la persona que tenía en frente– de que hoy “las chicas se embarazan alegremente”. El tema venía por la hija de la señora que trabaja en la casa de esta persona. Nadie a los quince años decide embarazarse; le pasa a quienes no tuvieron la suerte de tener padres informados y empoderados. Es una cadena maldita que no se rompe. Es muy difícil tener una madre empoderada desde el trabajo doméstico (con un sueldo miserable) y un padre que limpia autos. Las cifras hablan de aproximadamente setenta mil niñas y adolescentes que mueren cada año por complicaciones en el embarazo. Las que sobreviven son 2,5 millones de niñas menores de 16 años. Esto en el mundo entero. 

Así las cosas, en pleno siglo XXI todavía hay niñas en el planeta (30 millones más o menos) que serán sometidas a la horrorosa práctica de ablación del clítoris, que en buen cristiano significa mutilación genital femenina, para que las futuras mujeres no tengan ningún placer sexual. Barbaridad que está justificada religiosa y culturalmente en África, Indonesia, Irak y Yemen, entre otros países, que para qué mencionar si desde estas líneas no podemos hacer nada.  

De vez en cuando, Internet nos regala una de esas noticias que hasta da náuseas leer. Me refiero a los matrimonios infantiles. Si lo ponemos en tiempo/horario, te cuento que cada siete segundos una niña menor de quince años es obligada a casarse. Por todo lo anterior, es urgente que este 11 de octubre paremos la oreja con el Día Internacional de la Niña. Hay aproximadamente 100 millones de ellas en el mundo listas para hacerse cargo del futuro. No podemos esperar que las generaciones que nos siguen sean mejores si no están resueltos los temas líneas arriba mencionados.

Parte de las actividades que habrá durante esa fecha será la campaña “Niñas al Poder”. La idea es que en todo el mundo las niñas tomen –de manera simbólica– la posición de lideres políticos, económicos y de medios de comunicación. Perú no será la excepción y en esta oportunidad se llevarán a cabo las siguientes tomas de poder: 

  • PCM: Se organizará un congreso de niñas.

  • Congreso de la República: Guido Lombardi cederá su trabajo de congresista a una niña.

  • MIDIS: La ministra cederá el poder a una niña en un comedor popular.

  • Coca-Cola: Una niña ocupará el cargo de una alta ejecutiva de la empresa.

  • Latina: En 90 Matinal se realizará la toma de poder con la conductora del programa.

  • YoSoy: Ricardo Morán cederá su espacio a una niña en el programa.

  • Grupo RPP: Niñas conducirán noticieros y emisoras musicales.

  • Canal IPE: Habrá un programa exclusivo en esta señal de TV dirigida a niños y adolescentes con contenidos que buscan siempre empoderarlos.

Cuando mi hija va a mi trabajo, le fascina jugar a la radio. La siento frente al micrófono y le hago creer (durante los comerciales) que le está hablando al Perú entero. Me encanta ver cómo se siente, especial e importante. De eso se trata este 11 de octubre: de hacer sentir eso mismo a todas las niñas del mundo. En ellas están las mujeres del mañana y de ellas vendrá la vida del futuro. 

Esta columna fue publicada el 7 de octubre del 2017 en la revista Somos.

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