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Le Coq y su nuevo menú: un viaje a Francia en cada cucharada perfecto para descubrir sabores nuevos
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Le Coq y su nuevo menú: un viaje a Francia en cada cucharada perfecto para descubrir sabores nuevos

Le Coq y su nuevo menú: un viaje a Francia en cada cucharada perfecto para descubrir sabores nuevos

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Cuando retiran la capa de hojaldre que cubre el contenido de la cassolette, el olor es suficiente para transportarme a otro tiempo y a otro espacio. El azafrán se deja sentir elegante, pero potente, embriagante. Los mariscos y el pescado, acompañados de habas y otras verduras, hacen el resto. Todo ha sido cocinado en sus jugos dentro del horno, y el plato llega humeante a la mesa. Al terminar, me provoca pedir un poco de arroz —o una porción de pasta larga— para aprovechar hasta la última gota de esa salsa maravillosa, y probablemente esto se repita con varios comensales. Si hay pan a la mano, recomiendo encarecidamente remojarlo sin culpas. La cacerola —uno de los platos recién presentados del nuevo menú de — es un comienzo redondo. Recién empiezo, y no quiero que el viaje termine. Antes o después, pruebo las ostras Rockefeller, una receta que data de finales del siglo XIX pero se siente fresca, moderna. Todo vuelve, y la cocina no es la excepción.

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Nora Sugobono

Han pasado tres años desde la primera vez que visité la mesa de Le Coq, el restaurante comandado por Coque Ossio que se nutre de la cocina francesa en su estado más puro —esto se traduce en técnicas, ingredientes; todos los detalles que el concepto abarca— con ciertas licencias de la escuela estadounidense (Coque estudió en Nueva York, de ahí el vínculo). En las paredes hay fotos de calles parisinas y mercados franceses, y todavía encontramos muchos de los cuadros que alguna vez adornaron la casa de su madre, la extraordinaria Marisa Guiulfo. Es una bonita manera de mantener vivo su legado, de tenerla siempre cerca. Gallinas y gallos hacen de las suyas en distintos elementos: desde una escultura con materiales reciclados en la entrada, hasta un precioso recipiente de vidrio en forma de gallo, donde se almacena el negroni de la casa (con un toque de romero). En muchas formas, es un lugar que reúne varias características de los restaurantes más clásicos —como el mantel blanco largo, por ejemplo—, pero, al mismo tiempo, es tremendamente urbano, muy chic. Dependiendo del tipo de visita que se busque, la carta puede ofrecer distintas experiencias.

Pot-au-feu: el sancochado francés. Incluye ossobuco, asado de tira, lengua y carrillera. Viene con verduras, salsas y un poderoso caldo de cocción. Mejor plato para el invierno limeño no hay. (Foto: Heroína Estudio)
Pot-au-feu: el sancochado francés. Incluye ossobuco, asado de tira, lengua y carrillera. Viene con verduras, salsas y un poderoso caldo de cocción. Mejor plato para el invierno limeño no hay. (Foto: Heroína Estudio)
/ HEROINA ESTUDIO

Para muchos comensales en Lima la cocina francesa todavía es un universo por descubrir, y es ahí donde radica la magia de probarlo todo por primera vez. Lejos de ser un formato tradicional o acartonado, Le Coq es vibrante y dinámico. Una mesa a la cual provoca volver cada cierto tiempo, para viajar a través de su menú por un mundo de sabores donde siempre hay lugar para la sorpresa. //

Cassolette de fruit de mer au safran: cacerola de pescado, conchas, langostinos y mejillones a la crema de azafrán. (Foto: Heroína Estudio)
Cassolette de fruit de mer au safran: cacerola de pescado, conchas, langostinos y mejillones a la crema de azafrán. (Foto: Heroína Estudio)
/ HEROINA ESTUDIO

LOS FAVORITOS DE NORA

1
Los placeres sencillos

En una visita a Le Coq, evidentemente, la idea es abrir el paladar a nuevos sabores, técnicas y preparaciones. Pero, en ese camino, ¿por qué no engreírnos también con un bocado confortable, conocido por todos? En pocas palabras: pidan las papas fritas. Solas, o con algún plato como complemento; por ejemplo el tartar. Posiblemente sean de las mejores que encontraremos en la ciudad: delgaditas, crujientes por fuera, suaves por dentro, y con un toque de perejil (depende del plato) que las hace irresistibles. Háganme caso en esto. 

2
El lado más dulce

Imposible hablar de cocina francesa y saltarse los postres. Así que dejen un espacio para compartir dos o tres (mientras más sean en la mesa, mejor). Profiterol, soufflé de Gran Manier, bizcocho melcochudo de dátiles con helado de vainilla y caramelo salado... Realmente, me cuesta elegir solo uno. 

3
Barra con estilo

¿Qué tal una visita solo al bar, con algunas entradas para compartir? Esta es una idea que me resulta tentadora y prometo poner en práctica pronto.

LE COQ

Dirección: Av. Santa Cruz 828, Miraflores. 

♦ 937 779 479

@lecoqlima

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