Es el juicio por monopolio más importante de la era internet, pero también el último de una serie de enfrentamientos entre corporaciones tecnológicas multinacionales y el gobierno de Estados Unidos.
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El que se sienta esta vez en el banquillo es el gigante Google, y lo hace desde este martes en el juzgado número 10 de los tribunales federales de Washington.
Se espera que el proceso se alargue 10 semanas y que desfilen por el estrado algunos de los personajes más poderosos del sector.
Será el juez Amit P. Mehta, nombrado en 2014 por Barack Obama, el encargado de dictar sentencia, aunque se podrá recurrir ante un tribunal de apelaciones y, potencialmente, en la Corte Suprema.
A continuación, te contamos las claves de este histórico juicio.
El Departamento de Justicia de EE.UU. acusa a Google de abusar de su posición dominante en los servicios de búsqueda.
El gigante tecnológico acapara el 90% de las búsquedas en EE.UU.
Y según el Departamento de Justicia, lo ha logrado y mantenido deliberadamente mediante acuerdos de distribución anticompetitivos y excluyentes que bloquean las posiciones predeterminadas de búsqueda en navegadores, celulares, computadoras y otros dispositivos.
El fiscal del Departamento de Justicia Kenneth Dintzer, encargado de abrir los alegatos iniciales este martes, le dijo al juez que para conseguir “esa posición privilegiada” la empresa paga más de US$10.000 millones al año a fabricantes de dispositivos como Apple, compañías de telecomunicaciones como AT&T y fabricantes de navegadores como Mozilla.
Además, Dintzer afirmó que Google manipula las subastas de anuncios en internet para subir los precios a los anunciantes.
“Hace dos décadas, Google se convirtió en la niña bonita de Silicon Valley como empresa emergente con una forma innovadora de buscar en la incipiente internet. Ese Google hace tiempo que desapareció. El Google de hoy es un guardián monopolístico de internet y una de las empresas más ricas del planeta”, se lee en la acusación original.
La demanda reclama que se decrete que Google actuó ilegalmente, que se obligue a la compañía a cesar en sus supuestas prácticas de abuso de posición dominante y que se adopten las “medidas estructurales necesarias” para reparar cualquier daño anticompetitivo.
Aunque no especifica cuáles deberían ser esas decisiones.
También pide que se adopte “cualquier otra medida preliminar o permanente necesaria y adecuada para restablecer las condiciones de competencia en los mercados afectados por la conducta ilícita de Google”.
Básicamente, la empresa considera que se está castigando su éxito.
“Google ciertamente no es el guardián de internet”, señaló el abogado principal de la compañía, John E. Schmidtlein, en la audiencia de este martes.
Y subrayó que los creadores de los buscadores pelean por conseguir ser la herramienta predeterminada, que Google compite duro por ese puesto, y que si gana es “por méritos propios”.
Además, “esa intensa competencia no ha hecho más que mejorar el rendimiento y la calidad de los navegadores, lo que ha resultado en un mayor uso de los motores de búsqueda”, añadió.
Los argumentos en los que se apoyarán Schmidtlein y los otros abogados del grupo los adelantó Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Alphabet, la empresa matriz de Google, en un post titulado “La gente usa Google porque es útil. Nuestra respuesta a EE.UU. vs. Google”.
“Como hemos dicho desde el principio, esta demanda está profundamente viciada”, se lee en esa entrada del blog de Google.
“Tenemos previsto demostrar en el juicio que nuestros acuerdos de distribución de búsquedas reflejan las elecciones de navegadores y fabricantes de dispositivos basadas en la calidad de nuestros servicios y las preferencias de los consumidores“, explica.
“Facilitar que la gente obtenga los productos que desea beneficia a los consumidores y está respaldado por la legislación antimonopolio estadounidense. En resumen, la gente no utiliza Google porque tenga que hacerlo, sino porque quiere”.
Walker apunta que es sencillo cambiar de buscador si así se desea y lo muestra con un video incluido en el texto: solo se necesita hacer dos clics si estás usando Safari en tu computadora y cuatro en un iPhone, por ejemplo.
Además, Walker señala que los directivos de Apple han dicho que eligen Google porque es “el mejor” y que el acuerdo de su empresa con los navegadores no es exclusivo.
“Pagar a los fabricantes de dispositivos y a las operadoras por la promoción adicional de servicios como Chrome y Search es similar a que un supermercado cobre a una marca de cereales por poner sus productos a la vista en una estantería o al final de un pasillo”.
De momento, el juicio está programado para 10 semanas y desfilarán por el tribunal decenas y decenas de testigos.
Entre ellos se prevé que declare Sundar Pichai, director ejecutivo de Google y de Alphabet.
Su nombre ya salió a relucir en los alegatos iniciales de este martes, después de que Dintzer insistiera en que Google sabía que “sus acuerdos cruzaban las líneas antimonopolio”.
Tras su argumentación, el fiscal mostró un chat en el Pichai pidió que se desactivara el historial de un determinado chat.
Asimismo, se espera que declaren en el proceso varios pesos pesados de Apple, como Eddy Cue, vicepresidente de Servicios; John Giannandrea, vicepresidente de Aprendizaje Automático y Estrategia de Inteligencia Artificial; y Adrian Perica, presidente de Desarrollo Corporativo.
A principios de mes, Cue, Giannandrea y Perica perdieron un recurso para no ser llamados a declarar como testigos en el juicio.
Y Pichai se encuentra ya en Washington DC, participando en un foro global sobre IA ante el Senado.
“Este caso tiene que ver con el futuro de internet”, advirtió este martes el fiscal Dintzer.
Ya al presentar la demanda, el Departamento de Justicia comparó el caso con otros juicios antimonopolio cuyos resultados marcaron un hito.
En concreto, con el de AT&T de 1974, que llevó a la partición del gigante telefónico una década después, y con el de 1998 de Microsoft en el mercado de las computadoras personales, por abusar de la posición de dominio de su sistema operativo Windows para imponer su navegador Explorer.
En este último, el juez dictó inicialmente la ruptura de Microsoft, aunque tras presentar un recurso, el caso se cerró con un acuerdo con el gobierno.
Sea como fuere, a la escisión de AT&T en 1984 se le atribuye haber allanado el camino a la moderna industria de la telefonía móvil, mientras que a la lucha con Microsoft se le atribuye haber abierto espacio a Google y otros en internet.
Este no es ni el primero ni el último de los procesos legales que enfrenta Google.
Ya en enero el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, anunció otra demanda, en esa ocasión por el supuesto abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital.
No se prevé que ese caso vaya a juicio al menos hasta el próximo año.
Por otra parte, en la Unión Europea el gigante tecnológico ha recibido las tres multas más altas de la historia por prácticas anticompetitivas.
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