"Desangrada".
Así fue cómo se describió a sí misma la víctima de una estafa que perdió casi US$35.000 en préstamos concedidos a un hombre que conoció en una aplicación de citas.
La mujer, de 40 años y residente en Gales, Reino Unido, se "citó" con el hombre en un video chat durante dos años. Desconocía que su "amor" utilizaba una cara falsa diseñada por gráficos computerizados para engañarle.
Este no es un caso aislado en ese país. La policía calcula que aproximadamente suceden 1.000 estafas de este tipo por semana solo en la región controlada por el cuerpo policial del sur de Gales.
“Este tipo me desangró absolutamente”, reconoció la víctima a un programa de radio de la BBC.
“Creo que me habría llevado a la tumba”, agregó.
Ahora la policía colabora junto con la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) para encontrar al estafador.
“Hasta mis amigos confiaban en él”
El defraudador le dijo a la víctima, tras empezar a hablar, que era un hombre de negocios que vivía en Dallas (Texas, Estados Unidos), una ciudad que ella había visitado en varias ocasiones.
"Me dijo que quería comprar un local y mudarse a Reino Unido para así emprender un negocio aquí. Esa noche -o el día después, creo- se suponía que regresaría a Dallas", narró la víctima.
"Me llamó tan pronto como regresó a Dallas, básicamente me llamaba por video cada día. Así construyó su reputación, hasta el punto que todos confiaban en él. Hasta mis amigos le creían porque también mantenía video-llamadas con ellos", agregó.
Pero el supuesto hombre de negocios había tomado una fotografía de internet y la había manipulado digitalmente para que se moviese de forma convincente mientras hablaba.
Después de un par de meses, el hombre dijo que estaba en problemas en un viaje de negocios a Dubái. Afirmó que una chica se interpuso delante de su automóvil y que tuvo que pagar su atención médica para que las autoridades le devolvieran sus documentos.
"Ahora lo analizo todo y sé que por un momento pensé que algo no iba bien, pero de alguna forma tenía sentido en aquel entonces. Le mandé el dinero para que pagara su cuota. Incluso me mandó una foto en la que se encontraba con la chica en el hospital.
"No pensé que fuera una estafa. Estaba conectada a un respirador y parecía genuino. No había nada en la foto que revelara el fraude", contó la víctima.
La mujer tomó un préstamo de US$7.800 y le mandó el dinero. Se había “enamorado perdidamente del tipo”, relata.
Pero ahí no terminaron sus aparentes problemas, que fueron acumulándose.
En una ocasión en la que dijo encontrarse de camino a visitarle en Reino Unido, el hombre afirmó haber sido detenido por un impago de impuestos que ascendía a US$27.000.
La mujer lo pagó con más préstamos y con la ayuda de una amistad.
Sin embargo, en su último intento de estafa incluyó unos documentos claramente falsos. Fue ahí cuando la víctima se dio cuenta de que había sido timada.
"Solo quería llorar. Mis amigos estuvieron conmigo durante días para apoyarme", lamentó.
Ahora mantiene dos trabajos y está empezando un tercero para así poder pagar sus deudas.
“Listas de tontos”
Los defraudadores comparten “listas de tontos” para abordar a personas vulnerables de forma repetida, de acuerdo al inspector Nick Bellamy, jefe de la unidad de crimen organizado de la policía del sur de Gales.
“Esto es grave. No es un tipo de crimen que podamos investigar y luego arrestar a los culpables a nuestra manera. Se trata de ladrones con trucos y lo que intentamos es que la gente sea capaz de identificar esos trucos”, dijo Bellamy.
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