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Christer Fuglesang: “Podremos llevar personas a Marte en un plazo de 10 a 15 años, si realmente nos esforzamos”
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Desde el inicio de la humanidad, hemos mirado al cielo sondeando con nuestra mente sus contornos, creando mitologías y luego ciencia alrededor de la sinfonía de los objetos celestes. Pero recién en la segunda mitad del siglo XX ha sido posible para la humanidad viajar más allá de nuestros destinos terrenales para explorar físicamente el espacio, la última frontera según un popular programa de ciencia ficción.
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Uno de sus exploradores es Christer Fuglesang, físico y astronauta sueco, quien hizo historia al ser el primero de su nacionalidad en viajar fuera de la Tierra. Y es que durante sus 18 años de carrera en la Agencia Espacial Europea (ESA), Fuglesang participó en dos misiones a la Estación Espacial Internacional - en 2006 y en 2009 -, durante las cuales realizó cinco caminatas espaciales.
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Fuglesang, quien también es un profesor del Real Instituto de Tecnología (KTH) en Suecia, ahora utiliza su tiempo no solo enseñando a las siguientes generaciones, sino también como divulgador científico, abocando no solo por la importancia de la exploración espacial, sino de que los niños se interesen cada vez más en las ciencias. Como parte de esta labor, el científico visitó a mediados de octubre nuestro país, dando una conferencia para la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), una ocasión en la que El Comercio tuvo oportunidad para hacerle algunas preguntas.
-¿Qué lo inspiró a convertirse en astronauta y aspirar a alcanzar las estrellas?
Siempre me ha intrigado y fascinado el espacio, y me encanta viajar. Desde muy joven, tenía en mente que, si alguna vez tenía la oportunidad de ir al espacio, la aprovecharía. De repente, apareció un anuncio en el periódico que decía que la Agencia Espacial Europea estaba buscando astronautas. Así que decidí que al menos tenía que intentarlo, trabajé duro para presentar mi solicitud y, tras dos años de preparación, me convertí en astronauta.
Es un trabajo increíble en el que puedes trabajar a nivel internacional, dedicarte a la ciencia, viajar. Luego tienes la oportunidad de trabajar con muchos jóvenes y transmitirles tu experiencia, con la esperanza de inspirar a las nuevas generaciones que quieren ir al espacio o estudiar lo que es muy importante para nuestra sociedad actual: las materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Por eso, la Embajada de Suecia y la Embajada de Reino Unido están trabajando junto con la compañía farmacéutica sueco-británica AstraZeneca y la compañía aeroespacial sueca Saab, para promover la innovación y las STEM en Perú. Nos gustaría inspirar a los niños peruanos a estudiar carreras STEM y apuntar alto.

-¿Qué fue lo más difícil de viajar al espacio: la preparación o el momento de estar allá arriba?
Una de las partes más difíciles, pero también la más estimulante y divertida, fueron las caminatas espaciales. Hay que prepararse mucho para hacer una caminata espacial, gran parte del entrenamiento se realiza en el agua y es muy difícil hacerlo a la perfección. Así que cada sesión de entrenamiento era más complicada, pero al final logras hacerlo y en verdad es más sencillo hacerlo en la práctica.
-Viajaste dos veces a la Estación Espacial Internacional (EEI) durante tu carrera, con experiencias probablemente inolvidables cada día. Pero, ¿hay algún recuerdo que sea especialmente significativo para ti y que puedas compartir con nosotros?
Probablemente sería durante el primer vuelo espacial y la tercera caminata espacial, que fue una caminata adicional. No estaba programada y no nos habíamos entrenado antes. Esta caminata fue repentina porque uno de los paneles solares se había malogrado y teníamos que arreglarlo sin saber cuál era el problema, aunque luego de un tiempo encontramos la solución gracias al trabajo en equipo de los astronautas, las ocho personas de la estación espacial y el transbordador, así como los cientos de personas del Centro de Control de la Misión en Houston. La verdad es que es un recuerdo inolvidable. Otro memorable recuerdo es estar en lo alto de la estación espacial y ver toda esa hermosa estructura debajo de ti, y luego, 360 kilómetros más abajo, la Tierra pasando y, en alguna ocasión, incluso vi una aurora boreal. Eso es algo que nunca olvidaré.
-La EEI será desmantelada en 2031. ¿Podría hablarme sobre su importancia y si habrá algo que la sustituya en el futuro?
La Estación Espacial Internacional ha sido el centro de los vuelos espaciales tripulados durante los últimos 30 años, y lleva 25 años habitada de forma permanente. No solo nos ha permitido aprender mucho sobre el espacio y poder realizar numerosas investigaciones y estudios científicos en muchos campos, sino que también ha sido una forma de aprender a trabajar juntos. Durante muchos años, incluso se consideró un proyecto de paz.
La EEI ha sido extremadamente importante para la vida espacial humana y ha dado lugar a nuevas formas de hacer las cosas en el espacio. La NASA se ha dado cuenta de que hay una forma mejor de llevar a cabo las actividades espaciales, sin adquirir exactamente un vehículo espacial concreto, sino que solo se necesita un servicio que lleve cargas y astronautas a la estación espacial.
Y es un método que se sabe continuará después de que se desmantele la EEI, ya que habrá, con suerte, un par de nuevas estaciones espaciales, aunque estas no serán propiedad de la NASA, ni de la Agencia Espacial Europea u otras agencias espaciales, sino de empresas comerciales. Entonces, estas agencias espaciales comprarán estos servicios para enviar a sus astronautas allí a realizar experimentos y habrá otros que irán solo para experimentar lo que es estar en el espacio, y esto abrirá muchas nuevas oportunidades.

-Con tantos problemas en la Tierra, ¿por qué es importante la exploración espacial?
Bueno, está en la naturaleza humana nuestra necesidad de aprender, de ampliar nuestros límites y nuestras fronteras. ¿Podemos ir al espacio? ¿Podemos ir a la Luna? ¿Podemos ir a Marte? ¿Podemos empezar a vivir en el espacio? La exploración espacial temprana ha significado que hoy en día muchas empresas pueden enviar satélites al espacio, lo que nos ayudó a mejorar las comunicaciones en la Tierra. Asimismo, nos ayuda a mejorar nuestra comprensión de nuestro entorno, a hacer mejores pronósticos meteorológicos, a tener una mejor navegación. Por lo tanto, la exploración espacial conduce a una mejor calidad de vida en nuestro planeta.
Ahora bien, en última instancia, para mí es importante que los seres humanos aprendamos a vivir en otros lugares, no solo en la Tierra. A menudo la gente dice: “Bueno, ¿por qué tenemos que enviar humanos a Marte? Podemos enviar robots y aprender sobre Marte”. Pero la cuestión es que necesitamos enviar humanos al espacio, porque, con el tiempo, los seres humanos vamos a vivir en Marte, quizá en enormes estaciones espaciales o algo similar.
Pero para lograr que esto suceda necesitamos que más niños estudien carreras STEM. Por eso, estos días, junto con la Embajada de Suecia y la Embajada Británica he estado en diversas en Lima como CONCYTEC, CONIDA, Sociedad Nacional de Industrias, Fuerza Aérea Peruana y el colegio Saint George’s College para inspirar y fomentar la tecnología e innovación como eje clave para el desarrollo del país. También estuvimos en Cajamarca para reforzar la fuerte presencia de AstraZeneca en la región, con proyectos como “Más Salud en Comunidad”. En Cajamarca, tuvimos el honor de conocer el Gobierno Regional, la Escuela Avelino Cáceres y la Municipalidad de los Baños del Inca. Realmente ha sido una experiencia muy inspiradora. Conocer a chicos y adultos tan motivados por la ciencia y la tecnología ha sido un placer.
-Hablando de Marte, después de regresar a la Luna, el objetivo ahora es Marte. ¿Cuánto falta para que un ser humano pise el planeta rojo? ¿Qué significaría ese logro?
Bueno, hay bastantes por hacer antes. Lo cerca que estén depende del esfuerzo que quieran dedicarle. Piensen en el programa Apolo, en el que Estados Unidos pasó básicamente ocho años de decir que iban a llevar a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta. Partiendo de una situación en la que ni siquiera habían puesto a un humano en órbita alrededor de la Luna, lo consiguieron tras invertir mucho dinero y esfuerzo en ello. Del mismo modo, sin duda podremos llevar a personas a Marte en un plazo de 10 a 15 años, si realmente nos esforzamos.
-En los últimos años, el Gobierno parece estar persiguiendo la idea de crear un puerto espacial en el Perú, hasta tal punto que se ha firmado un acuerdo con la NASA para explorar esta opción. ¿Hay algo que haga al Perú especialmente atractivo para el lanzamiento de cohetes? ¿Qué beneficios aporta a un lugar ser un centro de exploración espacial?
En Suecia también tenemos una base espacial llamada Esrange, donde llevamos 60 años lanzando los llamados cohetes sonda y pronto comenzaremos a lanzar satélites, lo que ha impulsado muchas actividades espaciales en Suecia y a su vez inspira a los jóvenes a que estudien ingeniería y también promueve que existan más start-ups. Por otro lado, dependiendo del tipo de lanzadores espaciales que se coloquen, para investigación, cohetes sonda, que solo suben y bajan y alcanzan la atmósfera o la zona baja del espacio —la ionosfera—, eso estimula la investigación y la ciencia.
Respecto a lo que hace al Perú particularmente óptimo, creo que una de las ideas del acuerdo con la NASA es investigar la radiación en el espacio, algo para lo que este país está situado estratégicamente para hacerlo. Y no se trata solo de investigar la ionosfera, sino que también se pueden hacer otras cosas, como investigar la microgravedad, ya que en estos cohetes se puede alcanzar la ingravidez o la microgravedad. También podría ser una ventaja tener una base de cohetes lo más cerca posible del Ecuador y en las altas montañas para lanzar satélites.










