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¿Cómo es el nuevo tratamiento contra el VIH aprobado por EE.UU. y por qué su eficacia cercana al 100% podría marcar un antes y un después?
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Hace algunas décadas, contagiarse de VIH era sinónimo de una sentencia de muerte. Hoy, aunque aún no existe una vacuna definitiva, la medicina ha logrado avances significativos en su tratamiento. Sin embargo, millones de personas en el mundo siguen viviendo con el virus y en el Perú son más de 110 mil, según datos del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades. Ahora, un reciente avance ofrece una nueva esperanza: la aprobación en Estados Unidos del primer tratamiento preventivo de acción semestral contra el VIH.
El medicamento, desarrollado por Gilead Sciences, se llama Yeztugo y está basado en la molécula lenacapavir. Es un inyectable que ha sido diseñado para reducir el riesgo de adquirir el VIH por vía sexual en adultos y adolescentes que pesen al menos 35 kilogramos. En los ensayos clínicos, el 99,9% de los participantes que lo recibieron permanecieron VIH negativos.
MIRA: Estados Unidos aprobó un nuevo tratamiento para prevenir el VIH
Daniel O’Day, presidente y director ejecutivo de Gilead, calificó la aprobación como “un momento clave en la lucha de décadas contra el VIH”, según señaló en un comunicado.
Y aunque en algunos espacios se ha difundido la noticia como si se tratara de una vacuna, esa no es la terminología adecuada. Entonces, ¿en qué consiste este nuevo fármaco? ¿Qué lo diferencia de otros tratamientos preventivos? ¿A quién está dirigido? Aquí te lo explicamos.
Antirretrovirales: del tratamiento al enfoque preventivo
Kovy Arteaga, magíster en Epidemiología Clinica y Bioestadística de la Universidad Científica del Sur, explica a El Comercio que “la infección por VIH es una condición crónica. Es decir, una vez que el virus ingresa al organismo, la persona queda infectada de por vida”.
Hasta ahora no existe un tratamiento curativo. Los medicamentos disponibles son de control: impiden la replicación del virus dentro del cuerpo, lo que ayuda a preservar el sistema inmunológico y evitar la progresión del VIH al sida.
Los tratamientos para personas infectadas se basan en antirretrovirales, fármacos que actúan contra retrovirus, como el VIH. Este virus utiliza ARN como material genético y, tras infectar a la célula, convierte ese ARN en ADN, el cual se inserta en el material genético del huésped, comenzando así su replicación inusual.
Arteraga señala que los primeros antirretrovirales surgieron en la década de 1990. Al inicio se usaban en monoterapia (una sola droga), pero pronto se evidenció que esto generaba resistencias. Con el tiempo, los esquemas terapéuticos evolucionaron hacia combinaciones que atacan distintos pasos del ciclo de vida del virus.

“El objetivo es suprimir la replicación del VIH y evitar que dañe nuestras células de defensa, los linfocitos, que son su principal blanco”, explica el médico.
Con los años, también surgieron enfoques preventivos. Uno de ellos es la terapia de profilaxis preexposición (PrEP), dirigida a personas en alto riesgo de contagio, como ocurre en ciertas zonas del África subsahariana, donde la prevalencia del virus puede alcanzar entre el 20% y 30% de la población.
“Este enfoque —dice Arteaga— sirvió para proteger población en riesgo como parejas y trabajadores sexuales o personas con exposición frecuente. Utiliza antirretrovirales, pero en pacientes sin el virus, para evitar que lo adquieran”.
La PrEP es actualmente reconocida en todo el mundo como una herramienta de salud pública, y en Perú ya cuenta con normas técnicas que regulan su uso.
¿Por qué Yeztugo representa un cambio importante?
Aunque la PrEP ha sido efectiva, su principal limitación ha sido la necesidad de tomar una pastilla todos los días. El nuevo medicamento Yeztugo (lenacapavir) cambia este paradigma.
Los estudios clínicos mostraron una eficacia cercana al 100% en la prevención del VIH. De los cinco mil participantes, solo dos o tres se contagiaron. Su principal ventaja radica en su modo de administración: dos inyecciones subcutáneas al abdomen cada seis meses, que crean un “depósito” del medicamento que se libera lentamente.
“El beneficio es enorme”, sostiene Artreaga. “Para personas en riesgo que no están infectadas, tener una protección semestral representa una gran diferencia frente a tomar antirretrovirales diarios”.
Esto podría incentivar la prevención en personas que, por estigma o dificultades de acceso, no han adoptado otros métodos preventivos.

La barrera del precio
Pese al entusiasmo, el costo podría frenar la expansión del tratamiento. Aunque Gilead no ha revelado el precio oficial, analistas estiman que podría alcanzar los 25 mil dólares por persona al año en EE.UU.
Organizaciones de salud y grupos de activistas han pedido reducirlo a 25 dólares anuales, especialmente si se quiere cumplir con el objetivo global de erradicar la pandemia para 2030.
“Los costos de desarrollo de medicamentos como este son elevados”, explica Arteaga. “Pero ya hay conversaciones entre la OMS y otras entidades para facilitar el acceso a países de menores recursos”.
“En el futuro, como ha ocurrido con otros tratamientos contra el VIH, es probable que los precios bajen. En países de bajos ingresos, el costo real podría llegar a estar entre 40 y 80 dólares, que sería el costo real”, afirma el especialista.
¿Y en Perú?
Actualmente, en el Perú se utiliza la terapia PrEP en población clave, como hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales y personas trans. El acceso se da a través de centros especializados y algunas iniciativas de salud pública.
Para que un tratamiento como Yeztugo sea implementado en el país, primero debe haber un acercamiento entre la empresa fabricante —en este caso Gilead— y el Estado peruano. Luego, el medicamento debe ser evaluado y aprobado por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid).
“Lo primero que tiene que suceder es que haya un contacto entre el país y la empresa para la importación. Después viene el proceso regulatorio, que debe pasar por la Digemid”, explica Kovy Arteaga.
Además, recordó que al tratarse de un medicamento reciente, aprobado por la FDA en 2022, mantiene protección por patente, lo que implica al menos “10 a 15 años de exclusividad”.
Consultado sobre si existen tratamientos similares en el Perú, el especialista fue claro: “Actualmente no contamos con medicamentos de larga duración. Sí hay inyectables, pero están dirigidos a pacientes con VIH multirresistente, no como método preventivo”.
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