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Una moneda virtual fue creada por una start-up para recompensar a los usarios por caminar.
La moneda se llama Bitwalking (BW) y, a diferencia de otras formas de pago digitales como bitcoins, la idea es que cualquiera puede usarla.
Una aplicación para smartphone verifica los pasos dados por los usuarios. Se da un dólar BW cada vez que la persona da 10.000 pasos (cerca de 8 km).
Inicialmente, a los usuarios se les dará la oportunidad de gastar lo que ganan en una tienda en línea o intercambiarlo por dinero en efectivo.
Los fundadores del proyecto, Nissan Bahar y Franky Imbesi, consiguieron más de 10 millones de dólares de financiamiento inicial, proveniente de inversores japoneses.
El gigante tecnológico japonés Murata está trabajando en un brazalete que servirá de alternativa al smartphone y mostrará cuantos dólares BW el usuario ha conseguido acumular.
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Ya hay fabricantes de zapatos listos para aceptar la moneda, y un banco británico está en conversaciones para asociarse con el proyecto durante uno de los principales festivales musicales del próximo año.
Los fundadores ya tienen una trayectoria desarrollando tecnología novedosa que podría servir tanto a las naciones en desarrollo como a los países más ricos.
El año pasado lanzaron Keepod, una memoria USB de siete dólares que se comporta como un computador en Nairobi, Kenia.
Aumento de ejercicio
La idea detrás de Bitwalking es aprovechar la moda de los dispositivos para hacer ejercicio, ofreciendo un incentivo adicional para mantenerse en forma.
Los planes globales incluyen asociarse con marcas deportivas, servicios de salud, aseguradoras, grupos ambientalistas y, potencialmente, anunciantes. Asimismo, el dinero que se gane en BW sería convertido e incluido conjuntamente en sus salarios.
En los países desarrollados, la persona promedio podría ganar cerca de BW$15, pero se espera que en países más pobres, donde la gente tiene que caminar trayectos más largos al trabajo, al colegio o a recoger agua, pueda ser un instrumento que ayude a transformar vidas.
Ingresos dobles
Salim Adam, profesor de Tecnologías de la Información, camina unos 10 km al día para llegar al instituto donde trabaja en Mthuntama, en el norte de Malawi.
Adam calculó que puede ganar BW$26 al mes teniendo la aplicación funcionando en su móvil. Su salario actual es el equivalente a US$26.
El impacto que el Bitwalking podría tener en los países en vías de desarrollo no es algo que ignoran los fundadores del proyecto.
Se trata de una de las razones principales para crear la moneda. En Malawi, una de las naciones africanas que se unirán al lanzamiento del proyecto, el salario rural promedio es de apenas 1,5 dólares al día.
“Puede que algunos tengan la tentación de caminar al trabajo, en vez de trabajar”, apunta la consejera empresarial Karen Chinkwita, quien está a cargo de una firma que presta asesoría a los jóvenes en Lilongwe.
“Sin embargo, la mayoría querrá ganar más dinero y hará las dos cosas. Con un poco de formación le podemos enseñar cómo utilizar el dinero para crear incluso más oportunidades”.
El gerente de Bitwalking para Malawi, Carl Meyer, estableció los dos primeros núcleos de las empresas en Lilongwe y Mthuntama. Allí se entrenará a la gente local para cambiar los BW por dólares o en la moneda local, el Kwacha.
Se tiene pensado establecer un intercambio automático que agrupe a compradores y vendedores, y que un tipo de cambio aproximado comience a emerger.
Contra trampas
La idea no es completamente nueva. Varias startups han intentado conectar el ejercicio físico a la obtención de recompensas, pero la mayoría ha fracasado en medir el movimiento de una forma lo suficientemente precisa para evitar a los estafadores.
Bitwalking aún no ha lanzado oficialmente el algoritmo para verificar los pasos, pero usa la posición de GPS del teléfono y conexiones de wifi para calcular la distancia recorrida.
El equipo ha creado su propio algoritmo para verificar el ejercicio realizado por los usuarios, luego de haber probado el de Google y encontrar que la cantidad real de pasos podría alterarse.
El teléfono reporta la rapidez y el tipo de movimiento tal como ha sido medido por un acelerómetro. El total de dinero que alguien puede obtener en un día tendrá un techo de unos BW$3 (aproximadamente 30.000 pasos) y no se permitirá tener múltiples cuentas.
Sustentabilidad
El éxito del esquema probablemente dependerá del interés que muestren compañías bien establecidas. En Japón no es inusual que las empresas ofrezcan a los empleados recompensas por desempeñar actividades físicas.
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Los fundadores de Bitwalking esperan que su proyecto pueda ayudar a extender esta idea a otras naciones.
La mayor cadena de tiendas del país, Lawson, tiene un exitoso esquema que le paga a sus trabajadores hasta 50 dólares al año para que coman saludablemente y se mantengan en forma.
Sin embargo, a diferencia de Bitwalking, no es verificable y los bonos no se pueden intercambiar por dinero en efectivo.
A pesar de poder ser intercambiados, es probable que, a menos que los BW puedan ser usados para comprar libremente productos y servicios, pierdan su paridad inicial con el dólar.
La tienda online venderá los productos por el mismo precio en las dos monedas. Y mantener llenas sus estanterías virtuales será uno de los primeros retos.
No se espera que esté abierta todo el tiempo, pero se tiene planificado que otros proveedores y distribuidores acepten la moneda en sus tiendas también.
Aún no está claro cómo una moneda que parece ser tan fácil de usarse pueda mantener su valor, ni si el financiamiento inicial será suficiente en el período mientras va desarrollando la confianza en su valor.
Pasos de privacidad
Debido a que el esquema tiene que necesariamente rastrear a los usuarios habrá datos que serán de especial valor para los anunciantes, con consecuentes temores sobre privacidad. “No estarán a la venta”, sostiene el cofundador Nissan Bahar.
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“Quizás podremos ofrecer a los anunciantes la oportunidad de concentrase en distintos grupos, dependiendo de lo activos que sean, pero no daremos información con relación a los movimientos individuales de una persona”, indica.
Las transacciones de la nueva moneda serán cuidadosamente vigiladas. Las transferencias pasarán por un banco central que verificará cada operación, usando el método de bloqueo en cadena que aplican otras monedas virtuales, como Britcoin.
“Es una moneda que puede obtener cualquiera independientemente de quién sea y dónde viva”, apunta Franky Imbesi.
“Para algunos será quizá una taza de café gratis a la semana, para otros podría significar una transformación en sus vidas, permitiéndoles ganar e intercambiar dinero de la misma forma como se hace en el resto del mundo”, explica. “Y todo mientras nos estimula a proteger el planeta y a mantenernos saludables”, agrega.