Desde hace algunos años, cuando que llegaron al mercado local, las aplicaciones de transporte privado o #AppsDeTaxis, han generado opiniones encontradas: están quienes saludaron la llegada de herramientas digitales, que nos mejoran la experiencia de un mal servicio; y quienes han puesto el grito en el cielo por los vacío en el tema de seguridad que presentan.
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En el blog Vida y Futuro he escrito varios posts al respecto, incluso explicando que la desconfianza por la seguridad ya había sido superada y que el nuevo problema era cómo los conductores estaban tratando de “sacarle la vuelta” a la lógica de las aplicaciones móviles, pues ya habían aprendido su funcionamiento.
Sin embargo, otra vez regresa la sombra de los problemas de seguridad, y las redes sociales son el principal vehículo para que se conozcan las diversas denuncias al respecto. La más reciente es muy particular: dos usuarias sin vinculación alguna se quejaron del accionar de un mismo conductor. Aparentemente, este intentó hacer cobros indebidos y maltrató a sus pasajeras. Además, aprovechándose de su acceso a información particular, el conductor acosó a estas señoritas enviándoles mensajes ofensivos a través de servicios de mensajería.
Tras las quejas, la empresa a la que estaba afiliado este conductor dio la misma excusa de siempre: “tomaremos las medidas necesarias”. Yo creo que eso ya no es suficiente. Si el problema sigue siendo la seguridad, no ser transparentes con las medidas correctivas solo ayudará a hacer más grave el problema.
Después de colocar una publicación en Facebook, la empresa me envió un comunicado en el que aseguraba que la persona acusada había sido desafiliada de su servicio. Sin dudas, una buena noticia, no solo para las afectadas sino para todo el resto de usuarios. ¿Pero, nos podrán asegurar que este tipo de acciones no volverán a ocurrir?
Estas aplicaciones móviles (como tantas otras que existen y son exitosas) se basan en la buena fe de las personas. Pero, como todos sabemos, hay gente mala en todos lados. Ninguna #AppDeTaxis está libre de tener un grupo de malos conductores. ¿Qué se puede hacer al respecto?
Desde mi punto de vista, lo único que hay que deben seguir haciendo es ajustar sus medidas de seguridad, mejorar sus procesos de selección, realizar revisiones presenciales de manera periódica. Pero hay que tener en cuenta otra cosa: estas empresas no son compañías de taxi… Entonces ahí es donde deberían entrar las leyes para proteger tanto a los usuarios como a todos los actores en este tipo de negocios.