¿Cómo afecta al cuerpo vivir en el espacio? [Interactivo]

El 1 de marzo del año pasado, Scott Kelly (52) ponía nuevamente un pie en la Tierra. Había terminado una misión que lo mantuvo en el espacio 340 días. En ese período, este astronauta de la se sometió a 400 investigaciones para conocer cómo el cuerpo humano reacciona al aislamiento, la radiación, la microgravedad y el estrés del espacio.  

Los datos recabados han sido comparados con los obtenidos del gemelo idéntico de Scott, el también astronauta Mark Kelly, quien se quedó en la Tierra. Ahora, la ha presentado los primeros resultados de esta investigación sin precedentes.

–Los principales cambios–

En primera instancia, los expertos se percataron de un cambio en la forma del ADN de Scott. Los telómeros –hebras de ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas– de sus glóbulos blancos aumentaron en longitud. Esto podría estar relacionado con el mayor ejercicio y la reducción de ingesta calórica durante la misión, según el estudio de la . No obstante, a su regreso a la Tierra los telómeros disminuyeron de tamaño.

Otro cambio fue una disminución en la formación de los huesos durante la segunda mitad de la misión. Asimismo, los niveles de la hormona IGF-1 –implicada en la salud de los músculos y huesos– se incrementaron. Se cree que se debió al fuerte ejercicio al que fue sometido Scott. A nivel cerebral se detectó una ligera disminución en la velocidad y precisión del proceso cognitivo, que lleva a la persona a incorporar conocimientos.

Una de los aspectos fisiológicos de Scott que se mantuvo igual al de su hermano fue el sistema inmune. Ambos fueron vacunados contra la gripe y mostraron un desarrollo normal de células T.

Aunque los resultados han sido reveladores, el estudio de los gemelos está todavía muy lejos de acabar. Con el tiempo saldrán a la luz nuevas conclusiones. 

Los problemas de visión de los astronautas

En la última década, mientras aumentaba el número de astronautas que pasaban varios meses en la Estación Espacial Internacional (EEI), especialistas empezaron a notar cada vez más seguido problemas de visión causados por cambios estructurales, como el aplanamiento del globo ocular y una inflamación de la extremidad de los nervios ópticos.

Según una reciente hipótesis, presentada el año pasado durante la conferencia anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología, este problema en la visión de los astronautas sería causado por cambios en la presión del líquido cefalorraquídeo, como resultado de la microgravedad.

Los especialistas compararon tomografías cerebrales de siete astronautas que habían pasado varios meses en la EEI con las de nueve de sus colegas que habían hecho solo estancias cortas.

Se encontró que el primer grupo tenía una mayor cantidad de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. La NASA realiza investigaciones para hallar una cura para a este trastorno.

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