Los investigadores creen que esta práctica pudo ser parte de un ritual destinado a calmar un volcán activo cercano. (Imagen: Sara Juengst/Latin American Antiquity)
Los investigadores creen que esta práctica pudo ser parte de un ritual destinado a calmar un volcán activo cercano. (Imagen: Sara Juengst/Latin American Antiquity)
Redacción EC

En un trabajo arqueológico realizado en Ecuador, un equipo de científicos encontró un cementerio ancestral de hace 2.100 años en el que se contaron once cuerpos, dos de ellos pertenecientes a infantes y fueron precisamente estos dos los que llamaron la atención de los expertos ya que fueron enterrados utilizando cráneos como cascos sobre sus cabezas.

El estudio, que fue publicado esta semana en la revista , relata el hallazgo arqueológico a mano de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, que encontró a estos menores enterrados junto a nueve personas mayores que no contaban con esta particularidad.

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Los investigadores creen que uno de los bebés tenía aproximadamente 18 meses de edad al momento de la muerte; su casco de cráneo provenía de un segundo niño que se creía que tenía aproximadamente de cuatro a 12 años al momento de la muerte.

El otro infante tenía aproximadamente seis a nueve meses de edad al morir, y el casco de cráneo provenía de un niño de aproximadamente dos a 12 años de edad al morir.

Las personas que vivían en el lugar del hallazgo en ese momento se llamaban Guangala; los investigadores también encontraron múltiples artefactos además de los huesos.

Cráneo de bebé con casco hecho del cráneo de un niño. (SARA JUENGST)
Cráneo de bebé con casco hecho del cráneo de un niño. (SARA JUENGST)

Los restos de los dos infantes fueron desenterrados entre 2014 y 2016, durante estos años los investigadores han tratado de revelar por qué utilizaban calaveras de niños mayores en forma de casco. De acuerdo a los científicos, es posible que los cráneos utilizados como “protección” aún tuviesen rastros de piel en ellos. Esto porque de no haber tenido estos indicios, no se habrían unido de la forma en estaban al ser encontrados.

Otros objetos encontrados junto a las sepulturas podrían ayudar a revelar por qué fueron utilizados estos cráneos en los miembros más pequeños de este grupo social.

De acuerdo a Sara Juengst, autora principal de la investigación, podrían ser indicadores de “una preocupación sobre la protección y el futuro empoderamiento de las cabezas” en los más pequeños.

También creen que podría ser parte de un ritual que buscaba calmar un volcán activo cercano.

Con información de Emol, GDA

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