ATENAS (AP)
Arqueólogos equipados con tecnología de última generación han investigado uno de los naufragios más valiosos de la antigüedad en busca de tesoros olvidados, recolectando artefactos dispersos y analizando que piezas de arte pueden estar aún escondidas en las profundidades del mar.Sumergido a unos 50 metros debajo del nivel del mar en las cercanías de la isla Anticitera, al sur de Grecia, el buque comercial romano fue hallado accidentalmente en 1901 por pescadores de esponjas.En aquella época, usando trajes primitivos y asistidos por la armada griega, lograron rescatar estatuas de marfil y bronce, utensilios de lujo y el llamado “mecanismo de Anticitera”, un complejo reloj que registraba los ciclos del sistema solar y podía predecir eclipses con precisión de día y hora.Por años realizar una investigación en el lugar se hacía complejo por la profundidad, pero hoy los restos de la nave son accesibles a través de la ciencia moderna.Durante las últimas tres semanas, un equipo liderado por estadounidenses y griegos han hecho un mapeo del lecho marino, pese a ser interrumpidos por fuertes vientos que permitieron a los arqueólogos hacer uso sólo una vez de su artefacto estrella: un traje de buzo al más puro estilo “Iron Man”, que permite sumergirse hasta más de 300 metros de profundidad sin el peligroso y costoso, en términos de tiempo, proceso de descompresión.Un comunicado del Ministerio de Cultura de Grecia informó que los buzos recogieron algunos artefactos, como una lanza de bronce que pudo ser parte de una estatua de tamaño humano, accesorios de metal del barco que datan del siglo I a.C., un frasco de cerámica que pudo contener vino o aceite y la pata metálica de una cama. Sin embargo, los excursionistas esperan encontrar mucho más en el fondo del mar.“No sé qué es lo que hay ahí, quizás más trabajos artísticos o partes del equipamiento de la nave, pero debemos excavar”, afirmó Angeliki Simossi, encargada del departamento de antigüedades submarinas de Grecia, quien coordinó el numeroso equipo que incluyó a marinos griegos.“(La lanza) no está conectada a ninguna de las esculturas que se conocen del naufragio”, dijo Simossi. Agregó que la nave, que se cree navegaba desde una isla griega a Italia, portaba piezas artísticas de la Grecia entonces conquistada por los romanos, que habían sido específicamente solicitadas por algún personaje adinerado o cosmopolita, con el fin de adornar sus propiedades.La nave era de al menos 40 metros de largo, y se sumergió en algún momento del siglo I (a.C.), en lo que era una ruta comercial muy utilizada entre la Grecia continental y la isla sureña de Creta.El arqueólogo Brendan Foley, de la Woods Hole Oceanographic Institution de Massachusetts, dijo que la evidencia en el lugar muestra que se trata del “mayor naufragio antiguo jamás descubierto”. “Es el Titanic del mundo antiguo”, manifestó.