Aproximadamente un 50 por ciento de los seres humanos están infectados con helictobacterias. (Foto: Pixabay)
Aproximadamente un 50 por ciento de los seres humanos están infectados con helictobacterias. (Foto: Pixabay)
Redacción EC

Las no sólo tienen la función de regenerar los tejidos, sino que también tienen un mecanismo para protegerse de infecciones con bacterias, según un estudio del hospital de La Charité de Berlín y del Instituto Max Planck de biología infecciosa.

El estudio, publicado en la revista , fue realizado con base en una infección estomacal con helictobacterias y los autores esperan que el conocimiento sirva en el futuro para detectar precozmente el riesgo de cáncer.



"Esperamos poder utilizar en el futuro este conocimiento para identificar a los pacientes infectados con helictobacterias en los el mecanismo de autoprotección del cuerpo se haya estropeado", explicó el director del estudio Michael Signal.

A esos pacientes se les ofrecería ayuda terapéutica especial teniendo en cuenta que los científicos consideran que tienen un riesgo más alto de desarrollar cáncer de estómago a partir de una infección crónica con helictobacterias.

"En estudios futuros, queremos investigar con más precisión las relaciones que existen entre la perturbación del mecanismo de defensa de las células madre y el surgimiento de cáncer no sólo en el estómago sino en todo el aparato gastrointestinal", agregó.

Aproximadamente un 50 por ciento de los seres humanos están infectados con helictobacterias

La mayor parte de las células que se ven afectadas por ellas son reemplazadas en poco tiempo por células sanas con lo que no hay mayores consecuencias.

Sin embargo, sí puede haber repercusiones graves cuando las bacterias atacan las células madre lo que puede terminar generando carcinomas.

Lo que muestra el nuevo estudio es que las células madre se defienden activamente contra los ataques bacteriales.

"Hemos podido observar que las células madres producen una proteína, llamada Interlectina 1", dijo Signal.

Esa proteína impide que las bacterias ataquen las células madre y se empieza a producir cuando el cuerpo detecta un ataque bacterial con lo que el cuerpo, si el mecanismo funciona, está en condiciones de evitar grandes infecciones y el surgimiento de carcinomas.

(Fuente: EFE)

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