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Unas imágenes coloridas, grabadas con una cámara térmica, revelan cómo los evitan recalentarse mientras mueven sus alas hasta 70 veces por segundo. Las aves tienen “ventanas” para la salida del calor alrededor de sus ojos, en las articulaciones de los hombros, y las patas.
Este estudio, liderado por la universidad George Fox en Oregón, Estados Unidos, forma parte de un proyecto financiado por la NASA para descubrir los efectos del cambio climático en las aves.
Los resultados fueron publicados en la revista científica británica Royal Society Open Science. Eliminar el calor es una tarea difícil para los pájaros debido a que sus plumas son unos aislantes excelentes.
Los colibríes pueden mover sus alas hasta 70 veces por segundo. (BBC)
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Ventanas de calor
El jefe de la investigación, doctor Donald Powers, explicó que muchas aves, cuando se ponen a incubar, crean “parches desnudos” para que las plumas no aíslen los huevos del calor de su piel. “Queríamos entender cómo los colibrís, y los pájaros en general, se deshacen del exceso de calor”.
Tal y como se aprecia en los parches blancos y brillantes de las imágenes, los colibrís -y según expertos es posible que sea el caso de las aves en general- tienen áreas especiales alrededor de sus ojos, hombros y patas con una menor densidad de plumas.
Estas sirven como ventanas para disipar rápidamente el calor durante el vuelo. “En la medida que aumenta la intensidad del vuelo -que es mayor en el caso de los colibrís- la cantidad de calor generado aumenta”, sijo Powers.
“Pero a temperaturas moderadas estas 'ventanas' son suficiente para disipar todo exceso de calor que se genera en una gran variedad de velocidades de vuelo de los colibríes”. Actualmente los expertos investigan si estos ágiles pájaros comedores de néctar podrán evitar el recalentamiento cuando aumenta la temperatura.