. (Foto: AP)
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Redacción EC

Las mujeres que habían llegado a las pequeñas aldeas agrícolas de Alemania en la época medieval deben haber resaltado por su aspecto: eran de pelo oscuro y piel bronceada, hablaban una lengua diferente y tenían cabezas notablemente altas.

Los científicos que analizaron esos cráneos dicen que proporcionan evidencia de que las mujeres también migraron largas distancias por Europa en la época medieval, no sólo los hombres. Mediante un análisis genético se determinó que viajaron desde lo que hoy es Rumania, Bulgaria y el norte de Grecia durante el periodo de reconfiguración del continente tras la caída del imperio romano.

de la Academia Nacional de Ciencias, los investigadores afirman que las cabezas alargadas de las mujeres _resultado de vendajes que les hicieron después de su nacimiento_ dejan entrever que tal vez eran personas de clase alta.

“Estas mujeres tenían una apariencia extremadamente distinta a la de las mujeres locales, muy exótica si se quiere”, afirmó uno de los investigadores, Joachim Burger, experto en genética de poblaciones en la Universidad de Mainz, Alemania.

Junto a sus colegas de Europa y Estados Unidos, Burger comparó el perfil genético de casi 40 restos humanos retirados de sepulturas de los siglos V y VI en Baviera, ubicadas a lo largo de los ríos Isar y Danubio.

Los investigadores esperaban encontrar indicios que revelaran los siglos de la presencia romana en la zona: soldados del Mediterráneo que hubieran dejado su impronta genética en las poblaciones locales. Pero, por el contrario, encontraron la huella genética al parecer de personas “muy del centro o el norte de Europa: rubias de piel blanca, como los escandinavos modernos”, señaló Burger.

--- Estética y jerarquía ---

La excepción fue un grupo de calaveras deformes. Los cráneos alargados en forma artificial, una práctica en diversas culturas, quizá eran considerados una forma de belleza o denotaban una clase social alta debido al tiempo y el esfuerzo que se necesitaba para vendar la cabeza a un menor, afirmó Burger.

Aunque la práctica es a menudo asociada a los hunos que se extendieron hacia Europa desde el Este en el siglo V, el rastro genético de los cráneos de las mujeres encontradas en Baviera mostró poca ascendencia asiática, lo que deja entrever que el vendaje de la cabeza fue adoptado por personas que vivían en el sureste de Europa o quizá surgió en la zona en forma independiente.

Aunque se desconoce por qué las mujeres _aparentemente sin hombres_ viajaron una distancia tan larga, los autores del estudio aventuran que podrían haber sido representantes de alianzas estratégicas entre poblaciones distantes de Europa.

“Deben haber venido con un propósito”, dijo Burger. “No es un solo caso, hay varios”.
(Fuente: AP)

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