(Foto: NASA/JPL-Caltech/ESA/DLR/FU Berlin/MSSS)
(Foto: NASA/JPL-Caltech/ESA/DLR/FU Berlin/MSSS)
Redacción EC

Un análisis de sedimentos realizado por el rover Curiosity de la NASA en el cráter Gale, ubicado en el ecuador de Marte, determinó que dicho lugar fue -posiblemente por decenas de millones de años- un lago. 

Las conclusiones de este estudio, publicado en la revista "Science", afirman también que entre 3.800 y 3.100 millones de años atrás Marte tenía las condiciones físicas, químicas y energéticas imprescindibles para la habitabilidad.

Si bien aún la comunidad científica no sabe si Marte llegó a albergar organismos complejos, la búsqueda de vida en cualquier planeta comienza con la reconstrucción de los ambientes primitivos para determinar si era capaz de sustentarla.

Así, los investigadores, entre ellos el español Alberto González Fairén, del Centro de Astrobiología (CAB), en España, utilizaron datos del Curiosity para realizar una reconstrucción geológica del entorno del cráter Gale, de unos 150 metros de diámetro.

Gracias a las evidencias recogidas por el rover y a esta reconstrucción, los científicos confirman ahora la presencia de este lago antiguo en Marte, del que se cree que su máxima extensión podría haber ocupado todo el cráter, excepto el monte central que formaría una isla. Su profundidad es muy discutida, pero podría alcanzar algunos cientos de metros, detalló a EFE Fairén.

De este lago ya se había hablado en anteriores estudios científicos; de hecho, los investigadores sospechan de su presencia desde hace años, por eso es ahí donde aterrizó el Curiosity.

Desde entonces se han ido publicando trabajos en distintas revistas, pero esta nueva investigación de "Science" ofrece un análisis más profundo.

Confirma que existió un lago, pero señala que era estratificado, con una discontinuidad química entre las aguas superficiales -más ricas en oxidantes- y las más profundas -pobres en ellos-, explica en una nota el CAB.

"Si bien en la Tierra son muy comunes este tipo de lagos estratificados -agua ordenada por capas según su composición química-, es la primera vez que se documenta en otro mundo", subrayó Fairén.

Además, señaló que este tipo de ecosistemas ofrecen una enorme diversidad de entornos favorables para el crecimiento de microorganismos.

En este sentido, este trabajo establece una "ventana de habitabilidad" marciana para organismos mesófilos, aquellos cuya temperatura de crecimiento óptima está entre los 15 y los 35 grados.

"Los resultados obtenidos permiten establecer que la ventana de habitabilidad para estos organismos existió en Gale entre 3.800 y 3.100 millones de años atrás", resume el investigador del CAB.

El citado cráter se formó hace unos 3.800 millones de años y, por lo tanto, no se dispone de datos de ese entorno de épocas anteriores.

No obstante, "es muy posible que otros lugares en Marte fueran habitables para organismos mesófilos desde antes de esos 3.800 millones de años, tal y como lo era la Tierra en ese mismo período".

Eso se cree por datos de otro rover de la NASA, el Opportunity, que ha constatado que la zona de Meridiani reunía las condiciones necesarias para organismos mesófilos hace 4.000 millones de años, aunque también ha demostrado que tuvo un ambiente ácido algún tiempo después -contemporáneo al período del lago de Gale-.

En este sentido, Fairén indicó que con este y otros trabajos se puede concluir que Marte tuvo entornos potencialmente habitables para organismos acidófilos en Meridiani, contemporáneos a los mesófilos del Gale, y posiblemente también pudo haber tenido ecosistemas aptos para organismos halófilos (que viven en ambientes alcalinos o de alto pH) y psicrófilos (organismos adaptados a vivir en ambientes con bajas temperaturas) algún tiempo más tarde.

El artículo de "Science" proporciona además evidencias del cambio climático: mientras que el lago estaba presente en Gale, las condiciones climáticas cambiaron de frío y seco a caliente y húmedo (el Marte de hoy en día es árido). 

Fuente: EFE

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