Elmer Huerta

Llegamos otra vez al trágico momento del año en que, en el Perú, centenares de personas vulnerables –especialmente niños– empiezan a morir por el frío. La semana pasada, por ejemplo, cinco niños de la comunidad nativa de Parijaro (Junín) murieron por el frío. Tanto nos hemos acostumbrado a este vergonzoso fenómeno, que su periódica ocurrencia no causa mayor impacto en la opinión pública. Nadie se da por enterado.

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