Los gatos pueden espantar ratones más no cazarlos, señala investigación. (Foto: estockiausdel en Pixabay. Bajo licencia Creative Commons)
Los gatos pueden espantar ratones más no cazarlos, señala investigación. (Foto: estockiausdel en Pixabay. Bajo licencia Creative Commons)
Redacción EC

Según la tradición popular, tener un en casa o en el vecindario ayuda a evitar la presencia de ratas y ratones, porque con su olor las espanta y si aparecen, el felino cazaría a los roedores. En la actualidad, esta actividad de los gatos parece haber desaparecido, o por lo menos, relajado, según un estudio llevado a cabo con ambas especies en la ciudad de Nueva York.

Los investigadores siguieron durante 79 días a un grupo de 100 ratas, con sistema de localización incorporados, y analizaron 306 videos en los que se podía ver el encuentro entre estos animales con gatos callejeros. De los casos estudiados, los felinos solo persiguieron a los roedores en 20 ocasiones, con solo tres intentos de caza y dos capturas mortales, tal como se puede leer en el estudio publicado en la revista , en la cual participaron científicos de las universidades de Sídney (Australia) y Fordham (Estados Unidos).

Los autores del estudio concluyen que, en la actualidad, los gatos no son efectivos depredadores de las ratas y ratones, pero que sí provocan pérdidas en otras especies como aves, reptiles y otros animales pequeños.

A pesar de ello, confirmaron que los roedores urbanos cambian parcialmente sus hábitos cuando detectan la presencia de gatos. “Las ratas sobreestiman los riesgos de la depredación y en presencia de los gatos ajustan su comportamiento para hacerse menos aparentes, pasando más tiempo en sus madrigueras”, explicó Michael H. Parsons, de la Universidad de Fordham (Estados Unidos), quien es el investigador principal del estudio.

Con ello se puede confirmar que las ratas se esconden cuando hay gatos a la vista, algo que no sucede cuando hay presencia humana. Este efecto podría explicar la percepción que tenemos sobre los gatos y su efectividad en hacer desaparecer a las ratas; aunque en realidad no las matan.

“Hasta ahora nadie había proporcionado datos reales sobre la cantidad de ratas muertas por los gatos en las ciudades”, detalla Michael A. Deutsch, coautor del estudio.

Asimismo, se puede evidenciar que la capacidad depredadora actual de los gatos no se centra en las ratas, sino en alimentos más fáciles de conseguir, como residuos de la comida de los humanos.

“Queríamos saber si el número de gatos presentes influiría en la cantidad de ratas observadas, y viceversa”, dice Parsons. “También nos interesaba ver si la presencia de gatos tenía algún efecto sobre ocho comportamientos comunes de las ratas o su dirección de movimiento”.

De los ataques observados, dos se produjeron cuando los gatos encontraron a las ratas escondidas. En otro caso, el gato se cansó de perseguir al roedor y este escapó.

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