

Investigadores han descubierto un fenómeno notable entre los chimpancés salvajes de África Occidental: el uso de piedras para producir sonido, presumiblemente como forma de comunicación.
Durante un estudio de campo de cinco años, biólogos del comportamiento de la Universidad de Wageningen y el Centro Alemán de Investigación de Primates recopilaron imágenes de video en cinco lugares distintos dentro de una reserva natural en Guinea-Bissau. Esto fue posible gracias al uso de cámaras trampa y al apoyo esencial de guías de campo locales. En áreas específicas, se observó un patrón de comportamiento sorprendente: los chimpancés machos adultos golpeaban repetidamente piedras contra los troncos de los árboles, lo que resultaba en característicos montones de piedras al pie de estos.
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El estudio se publica en la revista Biology Letters.
La autora principal, Sem van Loon, se refiere a este comportamiento como “tamboreo asistido por piedras”. “Parece estar relacionado con el clásico tamborileo con las manos o los pies sobre raíces huecas de contrafuertes, que los chimpancés utilizan para transmitir información a largas distancias o para demostrar dominio”, explica en un comunicado.
Sin embargo, existen claras diferencias: antes de lanzar piedras, los animales tienden a emitir fuertes jadeos, seguidos de silencio, un patrón opuesto al de los tambores tradicionales, donde el silencio suele preceder al ruido.
Transmisión cultural
Van Loon sospecha que este comportamiento tiene una motivación diferente. “Es posible que estos sonidos fuertes y de baja frecuencia tengan como objetivo transmitirse más allá de la comunicación intragrupal habitual”, sugiere. “Las propiedades acústicas de una piedra al impactar contra un árbol lo hacen posible en zonas densamente arboladas”.
Las observaciones apuntan a la transmisión cultural. Los chimpancés jóvenes adoptan el comportamiento de los miembros mayores del grupo, lo que indica que se aprende socialmente y no se hereda genéticamente.
Marc Naguib, profesor de Ecología del Comportamiento, subraya la importancia general del descubrimiento: “Ilustra que la cultura no es exclusiva de los humanos y que estos comportamientos deben considerarse también en la conservación de la naturaleza”.
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