(Foto: AFP)
Redacción EC

Los medicamentos que consumimos para tratar enfermedades de capa simple tradicionalmente son fármacos que se elaboran a partir de la combinación de ingredientes químicos. Sin embargo, existe otra clase de medicamentos más complejos en su producción que son elaborados gracias al avance de la biotecnología y que se convierten en una alternativa que puede controlar hasta en 70% una enfermedad.

Un biológico es un medicamento de prescripción, producido a partir de organismos vivos (una cepa bacteriana, un cultivo de hongos o una estirpe de células de mamífero, por ejemplo) a los que se introduce un cambio genético que acelera el cultivo y que permite obtener fármacos con pureza, enzimas y procedimientos para aislar.

Así, mientras los fármacos químicos son moléculas muy pequeñas con estructuras y características muy definidas perfectamente reproducibles, los biológicos son moléculas de gran tamaño formadas por proteínas que son producidas por organismos vivos.

Cuando un paciente recibe un medicamento biológico, este funciona como una proteína natural, resuelve los síntomas y previene o retarda la progresión de la enfermedad.

Elaboración compleja

Su proceso de fabricación es sensible a cualquier modificación. Pequeños cambios pueden afectar la seguridad y eficacia del medicamento. Por ello, a diferencia de los medicamentos de síntesis química, no es posible copiarlos con total exactitud. Su aprobación se da en base a una amplia investigación y análisis que incluye datos preclínicos y clínicos.

Mark Cunningham, director de operaciones del Centro de Investigación y Desarrollo en Janssen, comentó que cuentan con más de 200 científicos enfocados al desarrollo de cómo transformar las moléculas complejas en medicina, desde el descubrimiento a la fase final.

“Descubrir un anticuerpo monoclonal es un proceso muy complejo, similar a encontrar un copo de nieve en una tormenta”, indicó durante el Seminario de Inmunología para periodistas realizado en Spring House, Pennsylvania.

Una de las ventajas de estos medicamentos biológicos es que tienen menos secuelas en el paciente, ya que la dosis que se suministra es menor y más efectiva. Sin embargo, son medicamentos muy costosos y en general necesitan ser subsidiados por el Estado por lo que no se venden en farmacias. Algunas de las enfermedades tratables con esta clase de medicamento son: carcinomas, la diabetes, la esclerosis múltiple, los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoidea y la psoriasis.

¿Quién puede acceder a los medicamentos biológicos?

La mayoría de los medicamentos biológicos son más costosos que los medicamentos químicos tradicionales y, por lo tanto, no están disponibles para todos los pacientes. Los pacientes biolegibles pasaron por varios tratamientos y al no tener una respuesta satisfactoria, se verifica que están listos para un tratamiento más complejo que es aprobado por su especialista médico.

Diferencia entre un medicamento bilógico y un biosimilar

Un medicamento biosimilar se desarrolla con el fin de ser muy similar al medicamento biológico que ya se ha aprobado. Es legal fabricar un medicamento biosimilar en base al mismo principio activo que el medicamento biológico original después del vencimiento de la patente. Un medicamento biosimilar es una versión muy similar, pero no idéntica, al medicamento biológico.

Hacia un futuro sin enfermedades


La farmacéutica es una de las industrias que invierte mayor porcentaje de sus ganancias en investigación y desarrollo. Los expertos de Janssen aseguran que en el futuro las innovaciones médicas permitirán encaminarnos a un mundo sin enfermedades como “orientarnos a monitorizar el nacimiento de los niños y realizar un perfil sobre las enfermedades que pueda desarrollar para intervenirlas y/o tratarlas a tiempo. Un perfil de biosuceptibilidad por 100 días nos permitirá saber qué le va pasar por el resto de sus días. Generar un ADN digital para entender cómo va crecer, interceptando las enfermedades antes que de desarrollen, necesitamos ser audaces,” Indicó Cunningham.

Aunque resaltó que la medicina no solo debe buscar la innovación con cara al futuro, sino pensar en los pacientes actuales, la gente que tiene la enfermedad hoy para poder ayudarlos.

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