Apple y la Unión Europea han entrado a un nuevo campo de batalla, que tiene a los cargadores universales como el centro de atención. Los eurodiputados buscan que la Comisión Europea adopte urgentemente una norma para imponer cargadores universales a los teléfonos móviles dentro de la comunidad, una resolución no vinculante y a la que se opone el gigante estadounidense.
“El exceso actual de oferta de cargadores genera costes excesivos e inconvenientes a los consumidores, así como una huella ambiental innecesaria”, escriben los diputados europeo en un texto adoptado por amplia mayoría (582 votos a favor, 40 en contra y 37 abstenciones).
Por eso piden que la UE adopte “urgentemente una norma sobre un cargador común” antes de julio de 2020.
La idea de uniformizar los cargadores de teléfonos y dispositivos móviles, lanzada en 2009 por la Comisión Europea, se ha enfrentado a varios obstáculos.
Sin embargo, en diez años, el número de tipos de cargadores disminuyó considerablemente, de 30 a solo tres, recordó recientemente el comisario europeo Maros Sefcovic en un debate con los eurodiputados.
Sefcovic prometió que la Comisión estudiaría la cuestión con una mezcla de “opciones políticas con medidas reglamentarias y no reglamentarias”.
El grupo estadounidense Apple, que tiene su propia sistema de conexión, se opone a la reglamentación porque “ahogaría la innovación en vez de alentarla”, según un comunicado publicado la semana pasada.
“La legislación tendría un impacto negativo directo perturbando centenares de millones de aparatos y accesorios activos utilizados para nuestros clientes europeos y por un número todavía más importante de clientes Apple en el mundo”, añadió la compañía de California.
Los eurodiputados evalúan en 50 millones de toneladas los residuos electrónicos que se generan cada año en el mundo, una media de más de 6 kilos por persona.
En Europa la producción de residuos en 2016 fue de 12,3 millones de toneladas, es decir una media de 16,6 kg por habitante.
AFP
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