Una parte del antiguo Circo Máximo de Roma será abierta al público el jueves tras siete años de restauración, en momentos en que la Ciudad Eterna se preocupa por la degradación de sus sitios históricos.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
“Es importante devolver a nuestra ciudad un lugar tan bello”, se congratuló la alcaldesa de la capital italiana, Virginia Raggi.
En el Circo Máximo, de 600 metros de largo y 140 de ancho, se celebraban carreras de cuadrigas que encantaban a los romanos en la Antigüedad. Era el lugar por excelencia del “consenso” político y los emperadores invirtieron mucho en el sitio, indicó la arqueóloga responsable de su restauración, Marialetizia Buonfiglio.Las carreras de “azules” contra “verdes” desencadenaban las pasiones de un pueblo que solo deseaba “pan y circo”, como decía el poeta satírico Juvenal.El Circo Máximo fue durante mucho tiempo abandonado tras la caída de Roma y convertido luego en el barrio de La Moletta, antes de ser vaciado de sus centenares de habitantes en el periodo fascista de Benito Mussolini, en los años 1930.Solo la extremidad noroeste del Circo fue restaurada en esta ocasión, pero toda la parte baja del monumento se encuentra intacta, según Buonfiglio, quien espera revelarla un día al público y a los turistas.Durante la inauguración del Circo Máximo, se le preguntó a la alcaldesa sobre las medidas que piensa tomar para proteger el sitio, así como iglesias, fuentes y otros lugares excepcionales que conforman el rico patrimonio cultural y artístico de la capital italiana.A comienzos de esta semana, una escultura de Gian Lorenzo Bernini de un elefante cargando un obelisco, fue dañada en pleno centro de Roma. Hace poco más de un año la famosa fuente situada al inicio de las escalinatas que llevan a la Iglesia de la Trinidad de los Montes fue utilizada para jugar fútbol por hinchas holandeses.Y la reapertura hace unas semanas de esas mismas escaleras tras meses de restauración volvió a lanzar el debate: miles de turistas y romanos se sientan ahí de día y de noche, dejando botellas vacías de cerveza, chicles e inclusive grafitis.Para Virginia Raggi, elegida en junio bajo el patrocinio del Movimiento Cinco Estrellas, antisistema y opuesto al euro, la solución no consiste en encerrar el patrimonio detrás de barrotes.Por el contrario, considera que es posible implementar una “mejor vigilancia y desarrollar la conciencia cívica colectiva”.“El patrimonio forma parte de la vida de la gente. Si está cerrado a la vida de la ciudad, ya no forma parte del patrimonio”, afirmó por su parte el concejal de Cultura, Luca Beamo, interrogado por la AFP.El reforzamiento de la red de cámaras de vigilancia, que ya es una de las mejores de Europa según Beamo, facilitará prevenir algunos incidentes y detener a los culpables.También será necesario lanzar una campaña de sensibilización, incluso dirigida a millones de turistas que recorren a lo largo del año el centro histórico.En el caso del elefante de Bernini, cuyo colmillo fue quebrado, la investigación tiende a concluir que se trató de un accidente, un desafortunado disparo de balón en esta plaza donde los jóvenes del barrio vienen a jugar fútbol.Fuente: AFP