Estudios demuestran que los pacientes más jóvenes se siente más cómodos con médicos que no visten de blanco, mientras que las personas mayores esperan encontrar a un doctor impolutamente de blanco. (Foto: AFP)
Estudios demuestran que los pacientes más jóvenes se siente más cómodos con médicos que no visten de blanco, mientras que las personas mayores esperan encontrar a un doctor impolutamente de blanco. (Foto: AFP)
Redacción EC

El negro fue el color oficial de la medicina hasta el siglo XIX porque era representaba la formalidad, la seriedad y, en buena parte, porque la visita de los doctores era la antesala de la muerte. Pero a mediados de este siglo se empezó a comprobar una teoría: muchos gérmenes causantes de enfermedades eran invisibles a simple vista.

Una cultura de antisepsia y limpieza se hizo indispensable en la práctica de la medicina. Los médicos, y sus herramientas, empezaron desde entonces a mostrarse como las personas más pulcras que se puedan ver, y así, de a pocos, se introdujo el color blanco como 'representación' y la bata de este color como su símbolo.

El primer acto simbólico en las escuelas de medicina es la 'ceremonia de bata blanca', un encubrimiento que da la bienvenida a los futuros médicos. Pero no todos la visten en la actualidad. Según la American Medical Association, los pediatras y psiquiatras evitan este color, mientras que en Dinamarca e Inglaterra también desprecian el blanco.

Estudios demuestran que los pacientes más jóvenes se siente más cómodos con médicos que no visten de blanco, mientras que las personas mayores esperan encontrar a un doctor impolutamente de blanco.

Cultura del color

La palabra latina 'candidus' significa blanco. Su derivado, candidato', fue el nombre que recibieron las personas que aspiraban a un cargo público y que para ser identificados vestían togas blancas: la idea era mostrarse como gente sincera. Mientras que la justicia en diferentes sociedades siempre fue una estatua de blanco.

El negro siempre representó el mal o la muerte, pero también seriedad y forma. Hasta 1900, fue utilizado por los médicos para interactuar con sus pacientes por ser la consulta un acto considerado serio -en ese mismo sentido, los sacerdotes también visten de negro-. Y, porque, hasta la década de 1870, una visita del médico traía rara vez una buena noticia para el paciente -casi toda la medicina de esa época era charlatanería-.

Es por la misma década de 1870 que se empieza a afianzar la idea de asepsia entre los médicos de Europa. Fue con Joseph Lister que la medicina dejó de lado los remedios caseros por la biociencia y cuyos resultados hicieron comprender que lo mejor era la prevención de la contaminación por bacterias.

La ayuda del arte

En la pintura al óleo de Thomas Eakins 'La clínica de Agnew' (1889) se aprecia al doctor Hayes Agnew de la Universidad de Pensilvania con una bata blanca acompañados de asistentes también de blanco ofreciendo una sensación de limpieza en el ambiente para representar la nueva cultura adoptada por Europa: hasta el paciente aparece con sábanas blancas.

La pintura apoyó la idea de limpieza y antisepsia como núcleo de la ciencia médica que ofrecieron los estudios del informe Flexner (1910), que reestructuró la educación médica; y el libro de medicina de William Osler y la observación de Walter Reed (1892) sobre la propagación de la malaria por mosquitos durante la construcción del Canal de Panamá.

Es a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX que la medicina se convirtió en la empresa científica que se conoce en la actualidad: lleno de blancura y pureza. Incluso, las monjas, que ofrecían sus servicios en hospitales como enfermeras, cambiaron sus hábitos negros por blancos. Y así fue como la bata blanca se convirtió en el nuevo símbolo de la autoridad médica.

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