Es una prueba sencilla que permite detectar los cambios celulares anormales que se producen en el cuello uterino antes de que se desarrolle el cáncer cervical, el cuarto cáncer más común en las mujeres, según la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, muchas mujeres tienen reparos en someterse a este test.
Erica, una enfermera británica especializada en citologías vaginales, explica cómo se hace.
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