Quizás no sea un complemento muy estético, pero puede ser útil: una correa que se ajusta en la barbilla y convierte los movimientos de la mandíbula en electricidad.
Así, masticar podría producir la energía necesaria para cargar pequeños dispositivos, por ejemplo audífonos.
Esa es la invención de un equipo de ingenieros, que crearon la correa con un material “inteligente” que se carga de electricidad cuando se estira.
Según Aidin Delnavaz y Jeremie Voix, de la École de Technologie Supérieure de Montreal, en Canadá, los movimientos de mandíbula son buenos candidatos para ofrecer energía natural.
Los investigadores, que se especializan en tecnología auditiva, quieren hacer uso de esa energía para no depender de baterías desechables.
“Buscamos todas las fuentes de energía que hay disponibles”, le dijo Voix a la BBC. Entre ellas, el calor que hay dentro del canal auditivo y los movimientos generales de la cabeza.
“Pero en el proceso nos dimos cuenta de que cuando movemos la mandíbula, la barbilla es la que más se mueve”, explicó el ingeniero.
“Y si tienes que usar algún equipo de seguridad (como un casco), entonces obviamente la correa podría de hecho obtener mucha energía”.
Masticando electricidad
Por eso Delnavaz y Voix decidieron extraer energía de la masticación, utilizando lo que llaman “efecto piezoeléctrico”: cuando ciertos materiales se estiran o presionan (“piezo” viene del griego, estrujar) adquieren una carga eléctrica.
Utilizaron un material piezoeléctrico para la correa y la unieron a unas orejeras para fabricar su prototipo que probaron con la mandíbula de Delnavaz.
Así, masticando chicle por 60 segundos, obtuvieron 18 microvatios de electricidad.
Esto quizás no sea mucho: para alimentar algo tan pequeño como un audífono harían falta 20 de estas correas.
Pero los ingenieros dicen que esto podría solucionarse agregando más capas del material a la correa.
Con 20 capas, dice Delnavaz, “y un grosor total de 6mm, se podrían alimentar unos auriculares inteligentes de 200 microvatios”. La correa seguiría siendo cómoda, según afirman sus creadores.
Delnavaz usó el prototipo durante varias horas para probarlo, y en ningún momento sintió que le molestara para masticar o hablar.
“Demostramos en este estudio que no es necesario que la correa esté muy ajustada”, explicó. “Suelta es suficiente para obtener energía”.
Los resultados del experimento se publican en la revista especializada Smart Materials and Structures, de la organización internacional Instituto de Física.
Cascos recargables
“Podrías cargar implantes cocleares y cosas así”, comentó Steve Beeby, otro científico de la Universidad de Southampton, Reino Unido, que no participó en este trabajo.
“Pero no será útil para recargar un teléfono móvil ni nada por el estilo”.
En esto, Voix concuerda. Según lo que ha imaginado, será útil en situaciones en las que las personas ya estén usando una correa y puedan enchufarle un dispositivo pequeño y esencial.
Por ejemplo, quienes trabajan con maquinaria pesada y deben usar cascos y auriculares protectores para los oídos.
El científico también sugiere aplicaciones militares, como cascos y auriculares de comunicación para soldados.
Sin embargo, estas posibilidades aún son remotas, aunque ya hay compañías interesadas en nuevas formas de recarga para audífonos con tecnología de bluetooth.