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El grafeno, uno de los materiales más nuevos y prometedores, puede trabajarse con una técnica inspirada en el ancestral arte japonés del “kirigami” (papel recortado), lo que abre un potencial para el desarrollo de dispositivos muy finos con múltiples aplicaciones en la robótica a nanoescala.
El estudio, publicado en la revista Nature, realizado por expertos de la Universidad de Cornell describe cómo han adaptado el “kirigami” para emplearlo con el grafeno, un material bidimensional, lo que permite crear estructuras en tres dimensiones.
El grafeno, procedente del carbono, es la sustancia más fina que se conoce, es más duro que el acero, es superconductor de la electricidad y tiene múltiples propiedades.
Tanto el “kirigami” como el “origami” (figuras de papel) se han empleado durante siglos para crear bonitas estructuras tridimensionales a partir de hojas de papel, técnicas que los científicos usan cada vez más para crear estructuras complejas a partir de materiales en dos dimensiones.
Este material, compuesto por una única capa de átomos de carbono, es “muy apropiado” para el “kirigami”, pues algunas de sus propiedades mecánicas son similares a las de un trozo de papel, lo que permite crear estructuras sólidas a microescala“ y ”metamateriales mecánicos como electrodos elásticos, muelles y bisagras“, señala la investigación.
Los rusos Andre Geim y Konstantin Novoselo, recibieron en 2010 el Premio Nobel de Física por lograr aislar el grafeno, material del que hay tres millones de capas, apiladas unas sobre otras, en un milímetro de grafito.
Fuente: EFE