Lisboa. (EFE). Dos jóvenes creadores lusos han diseñado una elegante toalla que, con dos palos de madera, se convierte en una confortable silla que está causando furor en las playas del país. La idea surgió al inicio del verano de 2012 cuando ambos se plantearon cómo solucionar el problema de la posición en la playa: "conseguir mirar al mar y comunicarse con los demás sin apoyar los codos", relata Pedro Ravara, el inventor de la innovadora silla quien junto a su novia, Francisca Falcão formó la firma Origama.
Lanzada en 2013 y distinguida como "Producto del Año 2014", la silla que algunos definen incluso como la "chaise longue" de playa, ha tenido una "gran aceptación" según Ravara.
Además del mercado español, Origama trabaja también en su expansión a Brasil, Angola, Francia y Estados Unidos, así como en el lanzamiento de una gama completa de productos y accesorios de playa.
"Pretendemos estimular la felicidad de las personas y hacer que disfruten más al aire libre", explica Pedro Ravara, antes de desvelar su intención de adaptar sus productos a los espacios reservados para el cámping, para los que ya están trabajando en una silla especial para hierba.