Christina Hendricks como Beth Boland, Retta como Ruby Hill y Mae Whitman como Annie Marks en la serie "Good Girls". (Foto: Difusión)
Christina Hendricks como Beth Boland, Retta como Ruby Hill y Mae Whitman como Annie Marks en la serie "Good Girls". (Foto: Difusión)
Patricia Castañeda Alva

Beth Boland (Christina Hendricks), Ruby Hill (Retta) y Mae Whitman (Annie Marks) son tres madres con problemas financieros que ven cómo única solución a su drama robar un supermercado. Y como toda acción trae consecuencias —sean positivas o negativas—, estas son expuestas en la serie 

Estas mujeres suburbanas de Michigan tienen familias relativamente "normales": un exesposo pesado, un esposo infiel, hijos que mantener, problemas de salud y muchas deudas. Ella buscan la manera de sacar adelante a sus familias convirtiéndose en "buenas chicas" ("good girls") que toman malas decisiones.

CAUSA Y EFECTO
Robar el supermercado —porque un banco es más peligroso— nace de una broma que hace Mae y que a medida que van ocurriendo los problemas familiares y económicos se transforma en una posibilidad real. 

Mae lidia con su expareja y la idea de perder la custodia de su hija porque ganar lo suficiente le atormenta; Beth intenta salvar su casa a raíz de las malas decisiones financieras de su esposo mujeriego; y Ruby tiene una hija con una enfermedad cara y, sobre todo, mortal.

Por ello a Mae no le cuesta mucho convencer a su hermana, Beth, y a su amiga Ruby a tomar las armas para su propio beneficio. Pero nada en sencillo en "Good Girls" y este robo inicia una reacción en cadena en las que, además de la Policía, se involucra la mafia. ¿Por qué?

El supermercado lava dinero. Mucho dinero.

FUERZA FEMENINA
Beth es la líder del grupo y, probablemente, la que más cambios de personalidad pasa en toda la temporada. La serie no es de época, pero ella es el "ideal" de ama de casa norteamericana de los años sesenta: cuida de los hijos, del esposo, de la casa, pero no tiene voz ni voto en cuanto a las finanzas de la empresa familiar.

Interpretada por una imponente Christina Hendricks ("Mad Men"), Beth se da cuenta que, como Walter White en "Breaking Bad", ya no tiene nada que perder, y arriesgará todo para sacar adelante a sus cinco hijos. No tiene cáncer ni cocina metanfetaminas, pero sí lava dinero para no perder su casa por las malas decisiones de su esposo. 

Las tres dejarán de depender de sus esposos para convertirse en mujeres capaces de todo por sus hijos, a veces, sin medir las secuelas.  

Beth, Ruby y Mae verán las secuelas en el final de temporada, en donde no habrá marcha atrás. No les quedará más que asumir los efectos colaterales de haberse convertido en delincuentes.

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