Mark Ruffalo en una escena de "I Know This Much is True". De lzquierda a derecha, como los gemelos Thomas y Dominick Birdsay. Foto: HBO.
Mark Ruffalo en una escena de "I Know This Much is True". De lzquierda a derecha, como los gemelos Thomas y Dominick Birdsay. Foto: HBO.
Redacción TV+

¿Hasta dónde serías capaz de llegar para ayudar a las personas que amas? Esa es la historia de los gemelos Dominick y Thomas Birdsey, que si bien han estado juntos desde el vientre de su madre han tenido características que los han separado de manera progresiva. La historia de ellos se cuenta en la miniserie “I Know This Much is True” (basada en la novela homónima), disponible en HBO y la app HBO GO, que se transmite todos los domingos. A propósito, el canal comparte con nosotros una entrevista con el actor , quien hace el doble papel protagónico y es productor ejecutivo.

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¿Conocías la novela de Wally Lamb?

Antes, no. Wally Lamb y yo tenemos la misma agente literaria. Los derechos del libro estaban disponibles de nuevo y había un montón de peces grandes interesados, pero a Wally le pareció que tal vez yo pudiera quererlos. Entonces la agente me contó sobre ello. Yo no lo había leído. Lo leí en un fin de semana, la historia me movilizó mucho y me pareció que sería una serie maravillosa. Pero no sabía si era eso lo que él quería hacer. Nos encontramos y la primera cosa que dije, después de decir que me había parecido sensacional y que estaba muy agradecido, fue que en mi opinión no quedaría bueno como película. Dije que me parecía que debía hacerse una miniserie y a él le encantó la idea. Entonces le pregunté: “¿Qué te parece Derek Cianfrance (para el guion)?”. Le encantó y prácticamente me dio el proyecto. Después estuve en todos los demás canales y mi equipo, especialmente Margaret Riley, me alentó. En un comienzo estaba la idea de producir y tenía duda respecto a mi capacidad, pero ella insistía con que yo lo venía haciendo desde años atrás y que bastaba con seguir haciéndolo: desarrollando materiales, colaborando, eligiendo a las mejores personas y siguiendo mis impulsos creativos, y que todo saldría bien. Y lo hicimos.

¿Qué te atrajo de la historia?

Soy descendiente de inmigrantes italianos. Mi familia era pobre y vino a Estados Unidos buscando una nueva vida. Mi abuelo comenzó un negocio de pintar casas. Eran trabajadores que querían dejar a Italia atrás y convertirse en norteamericanos, y eso fue lo que hicieron. La familia es todo. Y los secretos familiares se quedan en la familia: enfermedades mentales, dramas. Mi hermano, como tenemos menos de un año de diferencia de edad, es lo que llamamos “gemelo italiano”. Crecimos en un ambiente en el que la familia lo era todo. La familia ve todo: lo bueno, lo malo, lo lindo, lo feo. Entonces me conecté con la historia, sentí que eran personas que conocía, personas con las que había crecido. Nadie cuenta historias sobre esas personas, pero ellas son la esencia de los Estados Unidos o un aspecto de los Estados Unidos. Lo que me atrajo fueron todas esas cosas, y el desafío de interpretar a hermanos mellizos.

¿Estabas al mismo tiempo intimidado y entusiasmado con la perspectiva de interpretar a gemelos?

Estaba aterrado. Me zambullí con todo mi coraje de los 40 y tantos años, pero en ese momento tenía 52 y había perdido la seguridad como actor, como hombre, todo. Aquello se estaba convirtiendo en realidad y, al mismo tiempo, yo tenía cada vez más miedo de hacerlo.

¿Y cómo fue?

No podría haber deseado un socio mejor que Derek. Él quiere esa vulnerabilidad y te alienta, dice que va a ser genial. Dice que lleves todo lo que sientes con el trabajo a la filmación, que así algo más puede suceder. Y era eso lo que sucedía todos los días. Yo decía que estaba aterrado y él decía “sí, Thomas está aterrado”. Yo decía que no sabía qué estaba haciendo y él decía “sí, Dominick no sabe qué está haciendo”. E íbamos barriendo la realidad del presente. Si logras hacerlo y tienes a alguien con el ojo de Derek para llevarte hacia adentro, de donde no puedes caerte –eres la montaña, no puedes escalar–, te conviertes en eso. Entonces todo lo que sentía –la incertidumbre, la sensación de ser un fracaso, la pérdida de la seguridad– era todo lo que esas dos personas también sentían.

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¿Entonces la inseguridad también entró a escena?

Mucho.

¿Cómo fue la pausa de seis semanas después de interpretar a Dominick para prepararte físicamente e interpretar a Thomas? ¿Fue extraño?

Sí. Estaba en una especie de limbo. Había terminado de hacer a Dominick y quedaba esa otra jornada aterradora por delante. Todo el tiempo mientras interpretaba a Dominick, estaba ansioso por esa segunda etapa, y esta había llegado. Mi rutina era que yo vivía con Derek, el equipo y el elenco, y pasaba los fines de semana en casa, pero solo tenía un día. Iba a casa un viernes a la noche, pasaba el sábado con la familia y volvía el domingo por la mañana. Tenía que leer las 20 o 30 páginas que íbamos a filmar cada día o prepararme para hacerlo. Venía teniendo una vida monástica concentrada en el trabajo. Y ahora, de repente, me iba a casa. Cuando fui a encontrarme con mi familia sabía que tenía ese trabajo enorme por delante, y aún no sabía qué iba a hacer con Thomas. Estaba trabajando en eso, pensando, probando algunas cosas, pero no sabía qué iba a hacer. Solo comía, comía y comía, todos los días. Y Derek me preguntaba: “¿Estás comiendo?”. Yo pensaba: “Hombre, tengo 52 años, tal vez comer así no sea una buena idea. Puede ser mucha sobrecarga para mi corazón”. Pero él me decía que siguiera comiendo (risas), que el resto sucedería solo. Y seguí. Pasé algún tiempo con mi consultor técnico, una persona que sufre de esquizofrenia paranoide, y vi centenas, tal vez miles de horas de personas hablando sobre eso. Entrevistas con personas hablando sobre sus vidas diarias, sobre las diferentes maneras como la medicación las afectaba. Usé todo eso. Pero en última instancia la esquizofrenia no es un personaje –es un impedimento para alguien que ya es complicado–. Y descubrir quién era Thomas fue fundamental. Debía ser el equilibrio de Dominick –su opuesto–. Derek me incentivaba, diciendo que eso necesitábamos en las escenas. El proceso fue así. Fue así como entendimos qué debíamos hacer con Dominick y cómo hacer que le gustara al público.

¿Al final sentiste que te habías librado de las inseguridades y dudas del comienzo?

Este trabajo fue muy distinto a todo lo que haya hecho. No me había dado cuenta, pero me contuve, como si así pudiera disculparme si algo no salía bien. Creía que lo estaba dando todo, pero cuando un actor interpreta, a veces comienza a pensar en qué espera el público de él. Cada uno tiene sus trucos, sus zonas de confort. Los seres humanos somos así: buscamos nuestras zonas de confort y nos quedamos allí. Yo estaba muy cómodo. Pero Derek no es así. No le importa nada eso. Quería ir más a fondo, quería que yo fuera terrible. Y no es posible prepararse para eso –ninguno de los trucos de la zona de confort funciona–. Cuanto más te esfuerzas, es peor. Entonces llega un momento en el que te tiras al vacío y solo sabes que darás todo de ti, y que va a funcionar. Y gran parte de eso se debe a Derek y a su dirección.

Wally Lamb contó que, cuando escribe, surge una voz y él se entrega a ella. ¿En la actuación es así? ¿Tienes que dejar que el personaje asuma el comando?

Mi profesor solía decir: vas a la biblioteca, entiendes el contexto político, emocional e histórico; entiendes como se mueve tu personaje, qué lo hace distinto, cómo usa un accesorio, cómo bebe, cómo hace un sándwich; haces todo ese trabajo y después lo tiras y vuelas. Es realmente así. Eso hace Wally. No comienza solo con una voz. Tiene un terreno fértil anterior y la voz viene de ahí.

¿Wally Lamb vio la serie? ¿Estabas con él en ese momento?

No estaba con él. Me sentía aterrado mientras sabía que él la estaba viendo (risas). Desde lo alto de su generosidad y comprensión, Wally manifestaba que ahora la historia era nuestra, que había 20 versiones en FOX (donde originalmente sería una película, cosa que no prosperó) y nadie había imaginado eso, entonces ahora éramos nosotros, que era nuestra. Era como si dijera que estaba el libro y estaba la serie, y que nosotros teníamos toda la libertad de creación. Aun así, no sabía cómo él iba a reaccionar. Tanto Derek como yo admiramos y respetamos mucho a Wally, pero también sabíamos que para hacer otra obra sólida teníamos que hacerla a nuestra manera. Entonces hicimos esa mezcla interesante de ser honestos con él y con el espíritu del libro, y al mismo tiempo darle a la historia una nueva vida. Pero cuando la presentamos y esperábamos su opinión hubo mucho miedo. En realidad, él podía destrozar la serie, decir que era una basura y que no quería su nombre en eso. Pero, gracias a Dios, no lo hizo.

¿Qué te dijo?

Nos envió un e-mail lindo. Literalmente tomó cada parte de la serie y destacó todo lo que le había gustado, todo lo que habíamos cambiado para hacer la adaptación por cuestiones de tiempo y para que funcionara en una serie de televisión. Hizo algunas observaciones y dijo: “Quiero estar seguro de que ustedes van a lograrlo y agradecerle a sus familias –a sus esposas, a sus hijos– por dejarlos hacer esto de una manera tan linda. Ellos también merecen un agradecimiento”. Él estaba muy contento.

¿Participaste del armado de este elenco increíble?

Sí. Todo fue una colaboración entre Derek, el equipo, el elenco y yo. Lo que Derek hace muy bien, y yo lo intento, es extraer lo mejor de las personas y crear un espacio en el que puedan ser lo mejor de sí mismas. Entonces todo comienza a funcionar como una colmena, estamos juntos, no hay jerarquía, cada uno tiene su trabajo y todos estamos dedicando nuestras vidas a eso. Todos nos sentimos más cómodos en el set, como si estuviéramos en casa. Entonces dejas que las personas vuelen y las apoyas. Fue eso lo que hicimos. Y el elenco fue armado en conjunto por mí, por Derek y por Bonnie Timmermann (director de elenco). Todos dimos ideas, buscamos personas, charlamos con personas. La decisión final era de Derek, porque es el director. Pero estábamos muy alineados. Yo traía una idea, charlábamos, conocíamos a personas, mucha gente hizo audiciones y salió bien.

La historia habla mucho sobre familia –aspectos buenos y malos–. En este momento, en el que gran parte del mundo está en cuarentena, ¿crees que la historia es especialmente oportuna?

Todo gran drama, en mi opinión, se basa en familias. No hay ningún otro espacio donde estés tan expuesto, tan vulnerable, donde las personas te conozcan tan bien, donde seas tan desafiado y donde seas obligado a aprender a ser un ser humano, o no. Algunas personas no tienen esa experiencia con sus familias, pero muchas sí. Creo que este momento es de mucha reflexión. Las familias son las raíces de lo que somos. La familia en la que nací, en la que crecí o la familia que formé son las fuentes de las relaciones importantes y ahora estamos viendo el valor de eso. La familia es hacia donde vamos cuando el resto del mundo está en peligro y cuando estamos en retirada. ¿Dónde estamos? Estamos con nuestras familias. Y eso es muy relevante ahora. A veces algunas cosas llegan en un momento específico y perfecto.

DATO

Puedes ver nuevos episodios de “I Know This Much Is True” los domingos a las 8:00 p.m. (Perú, Colombia y Ecuador) por el canal HBO. También está disponible en la app de streaming HBO GO.

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