Watts interpreta en “Gipsy” a una terapeuta que husmeará en la intimidad de sus pacientes.
Watts interpreta en “Gipsy” a una terapeuta que husmeará en la intimidad de sus pacientes.
Redacción EC

Ha sido un reencuentro feliz entre Naomi Watts y David Lynch. Con la tercera temporada de la serie “Twin Peaks” –el canal Showtime estrena un nuevo episodio los domingos a las 9 p.m.–, el director hace lo que le da la gana y destruye las convenciones y la lógica. En ella, Watts encarna con solvencia a la esposa de un hombre que parece haber sido poseído por el alma de otra persona. Difícil resumir el argumento de “Twin Peaks”, pero quizás cabría decir que es la visión de Lynch sobre fuerzas opositoras –¿el bien y el mal?– que atraviesan distintas dimensiones. “Twin Peaks” es un prodigio e hito inclasificable de la televisión de todos los tiempos.

La vida de Watts cambió por completo cuando fue elegida por Lynch para protagonizar “Mulholland Drive” (2001). Hasta entonces, su carrera era intrascendente. Acaso eso era lo que buscaba Lynch: la verosimilitud de una actriz venida a menos. En “Mulholland Drive”, el realizador vuelve a sumergirse en el inconsciente de sus personajes y Hollywood es mostrado como una pesadilla antes que como una fábrica de sueños.

—Invadir la intimidad—
Watts también aparece en “Gipsy”, serie que acaba de ser estrenada por Netflix. Aquí interpreta a una terapeuta que se inmiscuye más de la cuenta en las vidas de sus pacientes para descifrar sus deseos, como si se preguntara cuáles son las fuerzas que movilizan sus comportamientos. “Gipsy” es un estupendo vehículo de lucimiento para Watts. Y ella, entregada, no defrauda.

"Gipsy" está disponible en Netflix. Mira el tráiler:

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