Kyle MacLachlan, en el papel del agente Cooper, vuelve a enredarse en una serie de confusas y enigmáticas situaciones. (Foto: Difusión)
Kyle MacLachlan, en el papel del agente Cooper, vuelve a enredarse en una serie de confusas y enigmáticas situaciones. (Foto: Difusión)
Juan Carlos Fangacio

Mientras el Festival de Cannes sigue inmerso en su batalla contra Netflix, el director David Lynch metió una serie de televisión en el legendario Gran Teatro Lumière y recibió como respuesta una ovación de cinco minutos.

Los dos primeros episodios de la nueva temporada de “Twin Peaks” –estrenados por TV e Internet el domingo pasado, y proyectados sobre el ecran cuatro días después– han pasado por alto cualquier divagación sobre las fronteras entre formatos. Y no es que la discusión Cannes/Netflix sea bizantina ni mucho menos, pero solo Lynch podía triturar sus tensiones a punta de delirio y genialidad.

Esta noche se emitirán, vía Showtime, los episodios 3 y 4 de la serie (aunque los cuatro capítulos ya están disponibles previo pago desde la semana pasada). El arranque ha sido tremendo: una reafirmación de la compleja y cautivante narrativa de su autor, que se regodea en saltos temporales, espacios y realidades paralelas, personalidades dobles. Todo lo cual responde a una fórmula tan simple como la de los sueños (o las pesadillas). Un recurso que, en otros, podría lucir desgastado, pero que con Lynch se impregna de un sello reconocible y, a la vez, sorprendente.

Además, sin haber perdido su toque humorístico e irreverente, esta tercera temporada es muchísimo más oscura que las anteriores entregas. Al absurdo acostumbrado, David Lynch le ha sumado dosis altísimas de terror y desgracia. Solo en los dos primeros capítulos ya hay un buen saco de muertes que impactan. Y a eso lo acompañan otros elementos siniestros: cuerpos mutilados, deformidades, atmósferas inexplicables. El visionado de los capítulos se torna incómodo, pero eso también es parte de su atractivo.

ALUCINACIÓN ESTIRADA

También hay que pensar en el formato: con una filmografía que con los años ha ido tendiendo al gigantismo (su última película, “Inland Empire”, es la más larga de su carrera), la duración extendida de la serie le sienta perfecta a Lynch. Con ella, el director se toma la libertad de contar una historia densa, de tramos largos y lentos que, sin embargo, no es cansina. Por el contrario, su efecto es hipnótico y misterioso, y le permite manejar eficazmente el suspenso de la narración televisiva, y saber cuándo dejar puertas abiertas (aunque en Lynch casi todas sean puertas abiertas).

Por eso es también muy difícil que con “Twin Peaks” funcionen los spoilers (uno de los mayores látigos de las producciones actuales). ¿Habrá alguna otra obra que pueda resistir tan bien a la infidencia, al desvelamiento, sin ver afectada un ápice su capacidad de asombro? Difícil de decir.

Quienes esperaban con expectativa el regreso de la serie pueden darse por satisfechos: solo estos cuatro capítulos han superado con creces a todo lo anterior. Y aún faltan 12 episodios más de locura.

Horario TVCanal: Showtime.
Estreno de capítulos 3 y 4: hoy, 9 p.m.

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