Jimmy Kimmel condujo las últimas dos ediciones de los premios Oscar. (Foto: Agencias)
Jimmy Kimmel condujo las últimas dos ediciones de los premios Oscar. (Foto: Agencias)
Redacción EC

Si los nuevos esfuerzos republicanos por imponer un resistido plan de salud fracasan, será en parte por el comediante

Las punzantes críticas de Kimmel han transformado el debate en torno al proyecto auspiciado por los senadores Lindsey Graham y Bill Cassidy y, de paso, demostrado hasta qué punto los programas televisivos nocturnos conducidos por comediantes han adquirido un tono político. 

“Los programas de la medianoche han pasado a ser una parte importante de la conversación cívica”, afirmó el jueves Robert Thompson, director del Centro Bleier para la Televisión y la Cultura Popular de la Universidad de Syracuse. 

Los monólogos de Kimmel del martes y el miércoles fueron de un tono muy personal. Su hijo recién nacido fue operado en mayo por un defecto cardíaco y sobrellevará otras dos intervenciones. Y Kimmel dijo haberse sentido traicionado por el senador Cassidy, quien se presentó en su programa luego de que Kimmel hablase en el aire de los problemas de su hijo. El comediante afirmó que Cassidy le mintió en la cara durante esa presentación, ya que su proyecto contradice todo lo que planteó en esa ocasión. El legislador responde que Kimmel no está bien informado. 

Jimmy Kimmel insistió en el tema el jueves, en que dijo que tal vez sea cierto que él no está calificado para opinar del tema, pero al mismo tiempo se preguntó si algunos senadores escuchan a las numerosas organizaciones del campo de la salud que se oponen al proyecto. 

Los comentarios iniciales de Kimmel en su programa de ABC fueron reproducidos ampliamente online y pasaron a ser parte del ciclo noticioso. Cuando Cassidy se presentó en el programa de CNN “New Day” se le pidió que respondiese a Kimmel.  

El gobernador de Nueva Jersey Chris Christie declaró en MSNBC que Kimmel “no es una persona seria”. 

Kimmel dice que sí lo es. 

“Antes de escribir mensajes desagradables en Facebook diciendo que estoy explotando los problemas de salud de mi hijo con fines políticos, quiero que sepas que lo hago porque no tengo otro remedio”, dijo Kimmel.  

Cuando Brian Kilmeade, del Fox News Channel, criticó a miembros de la elite de Hollywood “como el comediante Jimmy Kimmel por promover sus ideas políticas”, Kimmel respondió al día siguiente diciendo que Kilmeade era un “farsante repelente” que “cada vez que lo veo me adula como un niño que ve a Batman”.  

Rob Burnett, cineasta y ex productor ejecutivo del programa nocturno de David Letterman “Late Show”, afirmó que los monólogos de Kimmel son de lo más importante que ha visto en televisión. 

“Me sentí profundamente conmovido por ellos y al mismo tiempo entretenido”, manifestó. 

Los talk shows han adquirido un tono marcadamente político en los últimos años con gente como Stephen Colbert, John Oliver, Samantha Bee y Trevor Noah, herederos del legado que dejó el "Daily Show" de Jon Stewart. Casi todos los comediantes exponen puntos de vista liberales. Peter Hasson, editor del portal conservador Daily Caller, dijo en Twitter que “ser comediante hoy es ser un cabildero”.

Jimmy Kimmel no evita meterse en la política como hace un Jimmy Fallon, de NBC, pero tampoco hace que su programa gire en torno a comentarios políticos, como hacen muchos de sus colegas.

Comediantes del pasado como Johnny Carson tendían a no meterse en política, según Thompson. Sus cadenas no lo veían bien pues no querían espantar a televidentes. Ahora, en cambio, los comediantes le apuntan a un grupo específico de personas que se identifican con sus puntos de vista.

“Están en otro nivel”, comentó Thompson. “Me siento como uno de esos tenistas viejos que usaban raquetas de madera”.

Letterman marcó una transición. Al principio no se metía en política, pero hacia el final de su paso por el “Late Show” hacía comentarios afilados.

Si bien los comediantes no tienen ni por asomo la teleaudiencia de un Carson, su impacto es mayor en el mundo moderno de las redes sociales. Si Carson hubiese hecho un monólogo sobre la guerra de Vietnam, nadie lo hubiese reproducido hasta el hartazgo en la internet o la televisión por cable. Si uno no lo vio, no se enteraba.

Jimmy Kimmel enfocó la atención en un tema que los líderes republicanos no querían fuese analizado demasiado.

“Transmite una franqueza que no se ve a menudo”, dijo Thompson. “Ni en los comediantes ni en los líderes políticos”. 

(Fuente: Agencia AP)

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