Ricardo Morán: visiones de una mente televisiva

No le rehúye al sano ejercicio de intercambiar opiniones e ideas. Entrevistamos a Ricardo Morán a propósito de su nueva función de conductor en “Dilema”, el programa de entrevistas de Latina en el que el público puede calificar si las respuestas de los entrevistados son creíbles. 

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Aun cuando el ráting no lo acompañó en su debut (con 8 puntos, el programa no estuvo entre los cinco más vistos del sábado), Morán está tranquilo porque, más allá de la sintonía, una de sus prioridades es depurarse como entrevistador. 
Estos fueron algunos puntos que abordó Morán: 

1. ‘Déjà vu’. Se le pregunta por las inevitables comparaciones entre “Dilema” y “El valor de la verdad” y si eso le juega a favor o en contra. Morán ríe. Luego señala que no siente presiones, que admira a Beto Ortiz, y agrega: “Es un formato que me desafía porque es la primera vez que hago entrevistas. Pero soy un buen alumno y soy consciente del valor del ensayo, la práctica y la dedicación”. 

2. Farandulizar la coyuntura. Juntar en “Dilema” a Tilsa Lozano y a Evangelina Chamorro, el ícono de las tragedias por los huaicos, no fue mezclar papas con camotes. Por lo menos así opina Morán, quien no considera que se haya banalizado un tema tan delicado. “No les pregunté lo mismo a las dos ni les pedí que opinaran sobre la otra, sino que cada una tuvo su momento. Si solo nos vamos a dedicar a invitar a artistas o políticos, nos vamos a limitar y la idea es que el público tenga un gran abanico de posturas para que puedan debatir en sus casas”. 

3. Gusto por la polémica. Morán aceptó conducir “Dilema” porque le gustan los temas controversiales y debatir. Él comenta: “Me gusta hacer preguntas difíciles y también responderlas. Me atrae poner a la gente en situaciones complicadas y ver cómo salen de ellas y cuáles son sus argumentos. Creo que yo, al ser homosexual y formar parte de una minoría relegada, enfrento muchos prejuicios y mi Twitter es prueba de que estoy en permanente defensa de mis posiciones”. 

4. Narciso. Morán acepta que el ego a veces se le va de las manos, pero que felizmente hay quienes se encargan de hacerlo pisar tierra. “Algunos deben entender que en ‘Yo soy’ hago un personaje que pretende saber absolutamente todo, pero que en la vida real no soy tan hijo de puta. Aun así, a veces no lo controlo y mis compañeros de trabajo me dicen: ‘¿Por qué no te vas a visitar a tu familia para que te bajen un poco de tu nube?’”, se sincera.

5. Testear los límites. Morán sabe que su trabajo consiste en atender las necesidades del público. Aun así, no duda en poner a prueba los límites y pondrá en pantalla discusiones que para muchos pueden ser incómodas. “En este momento hay varios temas en debate. Por ejemplo, aquellos en los que yo soy activista: el derecho legislativo 1323 (sobre los crímenes de odio ) o la legislación del matrimonio universal. Temas que algunos dirán que no son válidos, que provocan el morbo o que simplemente no querrán ver, pero nuestra función como comunicadores es enfrentarlos a un dilema, desafiarlos y hacer que se cuestionen”.

6. Imitación, no creación. Morán asegura que no vende gato por liebre cuando cuestionan que “Yo soy” es un programa que fomenta la imitación en desmedro de la imitación: “es como estar molesto porque en el gimnasio no sirven pizzas con doble mozzarella. ¿Por qué tendrían que hacerlo? No tendría ningún sentido porque allí la gente va a levantar pesas”. A continuación, ironiza y se responde a sí mismo: “‘En “Yo soy” fomentan la imitación y no la creación de contenido’. ¿Será por qué es un programa de imitación? ¿Qué parte del letrero no leyeron?”.

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