Por: José Puga Aunque últimamente su relación con la prensa peruana no ha sido la mejor debido a sus explosivas declaraciones y su simpatía por Hugo Chávez, nadie puede borrar los más de 40 años de carrera actoral de Roberto Moll. Con más de treinta producciones en cine y televisión y decenas de papeles sobre los escenarios teatrales, el recordado actor de la telenovela “Carmín” (1984) posee una vida profesional y espiritual efervescente, aunque polémica por donde se la mire.

Tras su separación de la actriz Carmen Padrón, Moll dejó la ciudad de Caracas (Venezuela) por una rústica cabaña en el poblado de La Victoria (estado de Aragua) para dedicarse de lleno a la lectura de los Evangelios y dictar clases de teatro.

Sin embargo, esta vida de asceta y el desarrollo del proyecto chavista lo llevaron hace 10 años a politizarse sin quererlo. Hace ocho meses dejó las telenovelas comerciales y retornó a las tablas donde en comunión con su pensamiento dice haber interpretado sus mejores papeles hasta el momento: a Salvador Allende (“La muerte de un presidente”) y Simón Bolívar (“Bolívar, la gloria de un general”).

Durante una pausa en las grabaciones que realizará hasta el 7 de julio para la nueva “sitcom” “El enano”, en la que interpreta a Papá Pitufo, un periodista experto en teñir de sangre las páginas de un diario sensacionalista, el artista nos recibió para explicarnos al detalle su relación con el presidente de Venezuela, la conexión del chavismo con los grupos evangélicos y de paso criticar al papa Benedicto XVI.

¿Cómo se sintió cuando Hugo Chávez lo elogió tras interpretar a Allende en “La muerte de un presidente”? En la quinta presentación yo estaba con la cabeza agachada, muy emocionado, hasta que sentí una sombra que subía y se acercaba: era el presidente Chávez. Me abrazó y me levantó en peso. Luego me dijo: “Esto es extraordinario. Cómo has crecido como actor. Te felicito”. Eso fue en diciembre del año pasado en el teatro Teresa Carreño en Caracas.

¿Ustedes son amigos? Sí, por supuesto. No es solo mi amigo, sino que yo lo admiro mucho. Es una persona que por fin entrega la riqueza petrolera a los que nunca la tuvieron. Usted también fue su guía espiritual cuando estuvo en prisión tras el fallido golpe de 1992. ¿Cómo fue esa experiencia? Efectivamente, con mi entonces esposa Carmencita Padrón estuvimos realizando una fuerte labor en las cárceles con el Voluntariado Cristiano Evangélico Penitenciario (Vocep), un grupo religioso en Venezuela. En el lapso en el que los 40 comandantes estuvieron en la cárcel, fuimos a predicar el Evangelio y ellos fueron muy receptivos. El señor Hugo Chávez aceptó a Jesucristo, confesándose católico. Le hice la oración de entrega: le puse la mano sobre su cabeza y él cerró sus ojos. Entregó su vida a Jesús y le dijo: “Tú sabes Señor por qué quiero llegar al poder”. Cayeron sendas lágrimas por su cara. Fue un momento espiritual muy hermoso.

¿Fue usted entonces quien lo introdujo al Evangelio? Bueno, ellos eran católicos como yo originalmente. A nosotros nos mueve el bien y el servir a los demás. Cuando a los dos años salieron libres, he escuchado que predicaban el Evangelio de Cristo en televisión. Me hubiera encantado ser su pastor espiritual. Igual él tiene a mucha gente cristiana con la que ora y lee la palabra de Jesucristo.

No es entonces coincidencia que el conjunto de programas sociales en Venezuela haya sido bautizado como Misión Cristo. No es casual. Indudablemente que no. Además, quien manda en Venezuela no es el presidente Chávez sino otros 20 cerebros que vienen trabajando desde antes de llegar al poder. Se buscan las garantías sociales y que reine la igualdad entre todos. Cristo me reafirma en mi fe como socialista, pero siempre apegado a la Constitución y a la democracia.

*¿De qué manera intelectuales que han apoyado a Chávez, como la historiadora Herma Marksman, se han nutrido de esta visión religiosa? * Muchos de ellos se basan en las enseñanzas de Jesucristo, ya que es la fuente de agua viva que nos da luz. Al abrir nuestra conciencia social, eso nos evita la codicia, el egoísmo y la soberbia; trata de alejar las oscuridades del alma. Por eso si algo es impuesto al pueblo, deja de ser legítimo y democrático para nosotros.

*Pero no considera una “oscuridad del alma” atentar contra derechos civiles como el derecho a la propiedad privada y la libertad de expresión. * ¡En el Perú es donde no hay libertad de expresión! En el contexto sudamericano es una vergüenza. Además, si tu país produce riqueza, se debe distribuir. En cuanto a las expropiaciones, esa es una ley que existe en toda Europa. Ahí sí nadie habla de expropiación.

Pero en Venezuela se han expropiado más de 2,4 millones de hectáreas, lo que solo ha llevado a que las importaciones de alimentos se quintupliquen. Eso sin contar lo que ocurrió con la licencia al canal de oposición RCTV Esas tierras no estaban siendo cultivadas. A mí me da risa que hablen de un dictador, cuando realmente quienes son dictadores son los que ejecutan leyes contra el pueblo. En el caso de RCTV, la concesión de la señal fue usufructuada por 40 años por una familia. Ahora se les venció la concesión y esta fue dada a otras personas que estaban en lista. Además, ellos son fascistas porque no toleran que pienses distinto.

Sin embargo, tampoco es demócrata y tolerante un mandatario que es reelegido tres veces consecutivas. Hugo Chávez ha ganado elecciones democráticas consecutivas con más de 70% de aprobación y al pueblo le da la gana que esté ahí. Como decía Bertolt Brecht: “Primero el estómago, después la moral”. Me da pena el Perú porque aquí hay gente rica a la que le importan tres pepinos los indígenas de la selva y los serranos de la sierra. Entonces, yo digo: ¿dónde está el país?

Y sobre los movimientos nativos en Bagua, ¿cree que existe un complot internacional? Para mí eso es una estupidez. Están hablando sin base. El robo a mano armada de los recursos de los indígenas es una cuestión de irresponsabilidad política. La Amazonía es para mí un país independiente donde viven etnias con distintas costumbres y se está repitiendo el libreto que la conquista española utilizó. El gobierno de Lima tiene que entender que hay una Constitución y que no se puede enviar a nadie a disparar a un ser humano. Si no, el presidente García se convierte en lo que él critica: un dictador. Luego los indígenas entrarán a gobernar a Palacio de Gobierno.

¿En algún momento ha pensado entrar en la arena política? El problema es que soy demasiado honesto y yo no me caso con nadie. El humanismo no se conoce aquí. Prefiero ser nadie y estar con la conciencia limpia por no haber dañado a nadie.

¿Cree que la Constitución peruana debe ser cambiada como opina el Partido Nacionalista? ¿Conoce a Ollanta Humala? No conozco a Humala, pero yo sí cambiaría la Constitución, porque hay muchos artículos que no sirven para nada. Así se les abrirán los ojos a los ignorantes y la conciencia social a los que estaban dormidos.

Eso suena sacado de los Evangelios… ¿Pero qué sucederá con los que no quieren “abrir los ojos” o piensan distinto? ¿Son retirados del sistema? Con mucho amor y paciencia se les van abriendo los ojos. Que los anglosajones se vayan a comer su hot dog a Anglosajonia, pero que nos dejen en paz en nuestro continente de latinos. No queremos costumbres ni modas de afuera.

También declaró hace poco que el papa Benedicto XVI había “matado a mucha gente”. ¿No le parece muy grave lanzar una acusación de ese tipo? ¿Lo dice por su pasado en las Juventudes Hitlerianas? Algún día te voy a buscar la hora y la fecha en la que apretó el gatillo. No solo lo acuso de asesinato, sino de violar niños. Es decir, de ser cómplice de proteger a más de 20 mil sacerdotes católicos en el mundo que se acuestan con niños. Para mí la Iglesia no representa a Jesucristo ni cree en Dios. Es una organización política que está siempre en contubernio con la riqueza y el poder. Jesucristo vino a la tierra descalzo y a servir, no a usar grandes vestidos.

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